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Críticas de Kyrios
Críticas 1.319
Críticas ordenadas por utilidad
6
14 de agosto de 2016
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podría decirse que In the Deep (In the Deep, 2016) es una película que viene a rebufo de otra película mucho más comercial, como es la que ha dirigido este mismo año el español Jaume Collet-Serra The Shallows (Infierno azul, 2016). Sin embargo, esto no tin porqu desmerecer In the Deep, que es una película bastante digna dentro de la serie B en la que se inscribe. El director es Johannes Robert, un cineasta de origen británico (también la producción es británica, por ejemplo, la recreación de las escenas submarinas se realizó en los estudios británicos de Essex), que se ha especializado en producciones de terror. Sin embargo, no ha sido hasta el momento que ha conseguido despuntar de entre la mediocridad que había venido dirigiendo. También se ha afirmado que junto a Infierno azul, se ha producido un pequeño Revival del cine que nació a corriente de Jaws (Tiburón, 1975), aunque eso no sería del todo justo cuando hablamos de In the Deep. Porque la película de Johannes Robert explora otro tipo de situaciones que no nos encontrábamos en la película de Spielberg. De hecho, y a pesar de lo que indica el poster de la película, en este filme se explota más la fobia conocida como talasofobia que no tanto la explotaiton de escualos (que eso no quiere decir ni mucho menos que estos no tengan importancia en el filme).

Y eso que la película no empieza precisamente bien. De hecho, la primera parte del filme es un horror, en el sentido estricto del término. La presentación de los personajes está hecha a desgana (típicos turistas pijos norteamericanos en busca de aventuras fuertes, sin que haya una explicación lógica de sus decisiones, como por ejemplo, porque deciden realizar una actividad tan arriesgada con gente de la que no saben nada) y además con una selección musical de lo más desafortunada. Por suerte, el cineasta va directo al grano y esta primera parte dura apenas unos minutos. Johannes Robert sabe que la historia personal importa entre poco y nada, y por esto se pasa directamente a la acción. También chirrían en estos primeros compases algunos elementos, como a ver a Mathhew Modine hablar en castellano (no se sabe muy bien con qué objetivo). Pero pronto empieza la acción y se desvela el eje principal del filme, y es que nuestras protagonistas, que están probando la inmersión submarina mediante jaula quedarán atrapadas en el fondo del mar después de un incidente. Nunca te fíes de un bote no estadounidense.

A partir de este momento, la película es un tour de forcé continuo, donde el cineasta pierde todos los complejos. Sin duda se podría decir que la gran virtud del filme es que consigue construir una película de género que continuamente consigue poner en tensión al espectador. Para ello el filme se sirve de pequeños recursos de guión, de pruebas que han de superar las protagonistas, que si bien no aportan demasiado al género si resultan la mayoría lo suficientemente estimulantes y sobre todo, variadas.

Y es que el cineasta consigue realizar una interesante diversidad de planos que consiguen romper con la monotonía general. Para ello se combinan planos subjetivos (pero Roberts no abusa de ellos como si fuera un videojuego) con otros planos y movimiento de cámara. El director consigue algunas imágenes de mucho interés estético, y pese a los recursos limitados, la creación de la atmósfera submarina es prácticamente perfecta.

Quizá en los temas de producción es donde la película se desarrolle peor. Es cierto que en comparación con anteriores películas del cineasta esta sea mucho más respetable (incluso como estrella invitada aparece Matthew Modine, aunque el reparto es más o menos desconocido) pero hay algunos defectos que pueden traslucirse. Especialmente si hablamos de los escualos, que aunque curiosamente consiguen parecer verosímiles en algunas escenas complicadas (como aquellas en las que atacan y se les ve de mucho más cerca en el plano) en algunas otras (como en las que simplemente aparecen de fondo) canta bastante más.

El guión tiene también algunos defectos. Que se necesitaba carnaza era obvio, y para ello el filme incluye innecesariamente un momento un tanto absurdo, que afortunadamente es sólo un pequeño detalle. Incluso el giro final de guión que realiza la película en su último tramo no resulta tampoco demasiado brusco, o por lo menos podríamos decir que el director consigue realizarlo correctamente, especialmente si comparamos el filme con otros del mismo género que abusan de este recurso sin demasiado éxito. Pero, ¿Era necesario?

Se puede concluir que In the Deep sabe perfectamente a lo que va, y que al no andarse con rodeos esto la convierte en un entretenimiento perfecto. Cierto que no pasa de ahí, pero ya les gustaría a muchas películas del género conservar ese toque de terror tan clásico y a la vez contemporáneo que desprende el filme de Roberts.

https://neokunst.wordpress.com/2016/08/14/in-the-deep-2016/
Kyrios
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2
28 de agosto de 2023
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El club de los lectores criminales (2023) se trata de una película española estrenada directamente a Netflix, dirigida por Marcos Alonso y que se ha colado en el top mundial de películas más vistas dentro de la plataforma. Como veremos en esta crítica, esto no es sinónimo de calidad. La película está basada en una novela de Carlos Miranda, quien a su vez escribe el guion. 

La línea entre el homenaje y el plagio es muy delgada. El Club de los lectores criminales no solo la traspasa, sino que pasa por cuatro carriles más allá. No es solo es que hayan escenas calcadas de Scream (la saga principal a la que plagia), sino que originalmente en la saga inaugurada por Wes Craven aquellas secuencias tenían un sentido coherente, mientras que en la película carecen de cualquier lógica interna. Por poner un ejemplo, podríamos citar el momento de la máscara. La propia película lo admite sin tapujos. Y lo cierto es que un servidor tampoco tendría demasiado reparo si se hubiera hecho como mínimo en términos técnicos de manera decente. No es el caso.

La película es un caos. Un desastre. Los personajes teóricamente estudian en una universidad, pero lo cierto es que el grado de imbecilidad que demuestra tanto su entorno como ellos mismos parecen indicar lo contrario. La película parte de la premisa de un grupo de lectura que se reúne para comentar libros, pero las referencias a la literatura son totalmente nulas (literalmente no se menciona ni un solo libro en toda la película). Por otra parte no se entiende que tipo de nexo hay entre estos personajes, que no solo no tienen pinta de no haber cogido un libro en su vida, sino que además tienen una personalidad totalmente diferente entre sí.

La película intenta apuntalar su "discurso" con ciertos discursos que toman por idiota al espectador. En cierta secuencia, un profesor universitario explica palabra por palabra lo que es una secuela (así, tal cual suena). Es solo un ejemplo de que al ser incapaz de hacer estas referencias o sacarlas a colación mediante otros subterfugios, el guion debe hacer verbalizar mediante estos discursos directos a los personajes. 

¿Por qué no llaman a la policía en ningún momento? ¿Por qué cierto personaje va al encuentro del asesino y no muere? ¿Por qué el fenómeno del payaso parece ser viral cuando nunca se ha hecho referencia a ello? ¿Por qué no hay rastro de los cadáveres o del crimen en ninguna escena? ¿Por qué el guionista es incapaz de prescindir de ciertos personajes que después debe acumular en un body count deprisa y corriendo (hay dos muertes que suceden sin apenas espacio)? ¿Por qué Netflix da proyectos a gente de la ESCAC exclusivamente? ¿Por qué hay que depurar a la película de todo elemento hispano para hacerla pasar por una universidad americana?

Conclusiones

El club de los lectores criminales es quizá el Iceberg de las producciones Netflix. Producciones que se hacen como churros para cumplir cuota y en las que no importa ni el cómo ni el por qué se realizan. Y es una pena, porque teniendo la película presupuesto y unas localizaciones interesantes, el resultado es un desastre.
Kyrios
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7
14 de julio de 2019
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Papa, sdokhni (2018) es una de aquellas cintas que pasan a veces injustamente desapercibidas, a pesar de tener muchas virtudes en su haber. La película fue estrenada con un presupuesto muy bajo (cincuenta millones de rublos) y apenas consiguió reunir a poco más de diez mil espectadores en toda Rusia. Aún así, como decimos, se trata de una cinta que sólo por la singularidad de su propuesta merece un visionado. Poco a poco, con el boca a boca, la película está logrando bastante culto.

La película aprovecha el no tener la necesidad de recaudar una gran cantidad de dinero y de ser una película independiente para emplear una puesta en escena mucho más arriesgada que la de otras películas rusas. Se le nota la juventud al cineasta, Kirill Solokov, quien apenas cuenta con 30 años en el momento de escribir esta crítica y que debuta en el largometraje después de haber rodado varios cortos. Es precisamente esas ganas de demostrar el talento que tantas veces asociamos con la juventud la característica principal de la cinta. Más allá incluso podemos hablar de un autor total, puesto que el propio Solokov firma el guión de la película. El director apenas necesita un par de escenarios contados (aunque la mayor parte del metraje sucede en un solo interior) y unos pocos personajes para consagrarse como una de las jóvenes promesas a seguir en un futuro cercano.

La dirección, al igual que el argumento, están pensados para causar una provocación en el timorato público ruso. En cierta manera la película puede recordarnos a las cintas del primer Tarantino, aunque la comparación no es del todo acertada, porque Sokolov emplea una violencia mucho más física. De esa fisicidad, y de las repercusiones sangrientas que obtiene en cámara (y hay que señalar que no aparta la cámara en ningún momento), el director hace su propia estética, a la que añade muchas dosis de un humor negro, que parece más sacado de las cintas occidentales que no de las autóctonas. 

Incluso el lenguaje utilizado choca contra todo pronóstico, pues la película está llena de insultos y palabras malsonantes que como es costumbre en el cine ruso, son censurados con una bocina por encima. Algo que en la película tiene además connotaciones bastante cómicas.

Lo que son temas totalmente tabús en el cine contemporáneo ruso, por lo menos el que se estrena en salas, tienen aquí un despliegue de manera masiva. Violencia explícita, insultos, traiciones, agresiones. La cámara, dopada como si tratara de enseñar de todo lo que es capaz el director, (y en ocasiones esto puede ser demasiado cargante) ofrece una gran variedad de recursos. Desde la narrativa, que el propio montaje divide en capítulos, hasta secuencias que no tienen lugar y que son simplemente un desvío imaginario con voz en off incluida. Planos detalles de zonas escabrosas o incluso alguna cámara lenta (en el momento de la pelea inicial). Todo es una ensalada de recursos que rompen con la puesta tradicional a la que nos tiene acostumbrada cualquier película. Una puesta en escena muy en la línea de las primeras películas de Guy Ritchie.

No solo son obvios los homenajes a la cultura pop, sino también más específicamente a Sergio Leone y sus spaghetti western, en escenas donde el director hace un símil entre las míticas secuencias de tensión en aquellos míticos westerns y las escenas de tensión del filme, añadiendo además una banda sonora que evoca y copia a las de Ennio Morricone. Son numerosas las secuencias en las que directamente nos encontramos con ese juego de miradas tan típico de las películas de Leone, y en la que los personajes aguantan la respiración, antes del tiroteo final. Teniendo en cuenta que el dinero (conseguido mediante engaños) es además parte fundamental de la trama, no es equivocado pensar que la propia película bebe muchísimo de las estructuras de los Spaghettis.

A pesar de que, como ya hemos comentado, la película denota muchas influencias más occidentales que propias, lo cierto es que también es propiamente una película rusa. ¿Puede suponer el filme una nueva vía en la cinematografía rusa? Veremos como evoluciona el proceso, pero esperemos que Sokolov y las nuevas generaciones que él representa (y que antes de esta película no tenían voz propia) no se domestiquen ante las autoridades. Sí es cierto, y todo hay que decirlo, que la película cuenta con presupuesto oficial del ministerio de cultura, quizá una estrategia para tener toda esa violencia atada con correa. Solo el tiempo dirá.

Papa, Sdokhni se trata de una película que aunque no hayas visto ninguna vez una película rusa, si eres fan de Guy Ritchie o de Tarantino resulta imprescindible. Pero más allá de esto, puede suponer un significativo avance dentro del cine ruso, si Sokolov es capaz de seguir la puerta que él mismo se ha abierto.

Crítica escrita para https://cinemagavia.es/
Kyrios
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Cuidado con Slenderman
Documental
Estados Unidos2016
5,7
1.627
Documental
5
7 de febrero de 2017
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Beware the Slenderman (Beware the Slenderman, 2016) se trata de una película documental producida por la HBO que nos presenta los lamentables hechos que ocurrieron en Estados Unidos en el mayo de 2014, cuando dos adolescentes apuñalaron a una amiga suya, porque según su propio testimonio, un ser sobrenatural conocido como Slenderman se lo había ordenado. En cierto sentido la película se puede relacionar con el también documental producido por la HBO, Paradise Lost (Paraíso perdido, 1990). En ambos documentales, la productora se centraba en crímenes con un componente macabro incluso podríamos decir esotérico, en el caso de Paraíso perdido, los presuntos culpables del homicidio fueron acusados de practicar ritos satánicos, mientras que en Beware the Slenderman, la productora nos presenta un intento de homicidio relacionado con la figura de Slenderman (un mito contemporáneo del terror, como ya veremos). Sin embargo, en ambos filmes las intenciones de la HBO distan bastante de presentarnos una serie de relatos sensacionalistas, más bien al contrario, los documentales desmontan (O tratan de hacerlo) la leyenda negra de ambos acontecimientos, adentrándose en las cara oculta y real.

¿Qué es Slenderman? El espectador que no sepa la existencia de dicha criatura (creada por internet como uno de los primeros seres mitológicos de nuestra era contemporánea) quedará totalmente sorprendido. Por ello, la primera parte del documental se centra en contarnos la historia de la figura de Slenderman, una figura creada enteramente en Internet, como una especie de hombre del saco contemporáneo. Lo cierto es que es un tema realmente apasionante, por el poder que ha sido capaz de generar la figura, aunque la película realiza una aproximación sucinta, puesto que no es el tema de interés principal. A la cineasta le interesa básicamente la disección del caso policial, así como los tejemanejes que se producen tanto en la vida de los padres de los “culpables” así como en las propias niñas. La segunda parte de la película está dedicada prácticamente por entero a estos motivos.

El problema principal de Beware the Slenderman es que es una obra unidireccional. Probablemente, por temas personales, la directora del filme, Irene Taylor Brodsky, no pudo contactar con la víctima principal de los hechos (ni tampoco con ningún allegado suyo), pero eso, y la tesis principal del filme, empañan el resto del documental. Por una parte, que no se nos muestre ni siquiera por un momento la visión de uno de los participantes más importantes de toda esta historia, es un condicionante bastante importante de la perspectiva de la película.

Y el segundo error imperdonable resulta la conducción que realiza la cineasta hacía sus propias intenciones. En esto, la película varía tremendamente de Paraíso Perdido. En aquella película, el cineasta no intentaba condicionar al espectador, sino que simplemente se dedicaba a narrar los hechos de una manera objetiva (aunque debido a lo surrealista de lo que se estaba relatando, el espectador obviamente se decantaba por un juicio más justo hacia los detenidos, puesto que eran objeto de comentarios totalmente disparatados relacionados con la magia negra, en ocasiones por el mero hecho de vestir de negro). Aquí no sucede lo mismo, puesto que la tesis principal de la directora (la supuesta enfermedad de la niña) es la que se impone antes que nada. Es decir, se intenta una racionalización extrema, de lo que podría haber sido un simple acto de barbarie (o quizá no, se deberá esperar a un dictamen más preciso para aventurarse). Ni siquiera se nos presenta el juicio de una manera consecuente.

El documental resulta interesante especialmente por el material de archivo que se consigue mostrar, aunque quizá, levantar nuestra vena más voyeurística no sea precisamente un gran elogio. La película presenta numerosas secuencias tomadas en la comisaría el mismo día en que las dos chicas fueron capturadas por la policía, y el interrogatorio consecuente. Más allá de esta dosis de realidad, el documental utiliza los recursos habituales del género, sin destacar especialmente en ningún campo. Más allá de las citadas grabaciones tenemos entrevistas a diversos personajes ajenos a la historia, que pretenden realzar el discurso (psicólogos que hablan sobre la enfermedad de la niña, algún especialista en folclore…) pero resultan intervenciones más bien insustanciales. De más calado son las entrevistas a los padres y madres de las dos niñas, por la importancia intrínseca que conlleva semejantes testimonios. Así hay que remarcar alguna que otra secuencia que resulta realmente impactante por el calado emocional (relacionada con uno de los padres y su enfermedad).

Y desde luego, el vibrante montaje que nos encontrábamos en Paraíso perdido, no aparece aquí ni por casualidad. En aquella ocasión, a pesar de tener un documental delante, la manera como se contaban los hechos, hacían del filme prácticamente una aventura que despertaba el interés del espectador, lo que no sucede en ningún momento del metraje de Beware the Slenderman, cuya factura resulta en la mayoría del metraje totalmente anodina. Quizá una de las cosas que justifica su visionado son las pequeñas secuencias que nos presentan en un estilo animado los terrores y pesadillas de las dos niñas sobre Slender, y que están diseñadas de una manera realmente conseguida.

https://neokunst.wordpress.com/2017/02/07/beware-the-slenderman-2016/
Kyrios
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8
3 de octubre de 2013
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El testamento de Orfeo es la última película del cineasta Jean Cocteau. Aunque digo cineasta, seguramente el preferiría el término poeta (además fue un célebre dramaturgo y cultivó la pintura, de hecho en el film podemos ver de pasada una pintura suya), y sin duda su testamento cinematográfico es una obra que respira poesía en todos sus aspectos. De hecho, sólo como relato poético puede degustarse con todos los sentidos, pues la película rehúye a cualquier convencionalismo narrativo y temporal (hay un momento del film en que un personaje pregunta qué hora es y el otro le contesta que no hay hora).

La película es un discurso emocional que involucra toda la obra y conocimientos del artista de su universo más recóndito hacia fuera, es decir, hacia el receptor o espectador de la obra. Hemos de recordar que la figura mítica de Orfeo fue tratada en más ocasiones por Cocteau, llegando a elaborar una trilogía, puesto a que a esta película se le unen La sangre de un poeta (1930) y Orfeo (1952). En el propio final de la película, oímos la voz del propio director hablando sobre algunos de los motivos que le impulsaron a cerrar el mito órfico.

Y digo testamento (lo digo yo y el propio artista en el título de la película) porque la obra está concebida como un repaso a la trayectoria del director francés, en la que se sirve de diferentes alusiones tanto a sus propias obras como a ideología suya o referencias artísticas de diversa procedencia. La película es un sueño y un viaje onírico y surrealista (con un tono muy diferente al que otros directores como Buñuel han plasmado sus visiones en el cine). Se ordena en diversos fragmentos en los que Cocteau mismo aparece interpretándose él mismo.

Como sueño, muchos de los fragmentos no tienen conexión entre ellos, mientras que en otros si podemos ver un hilo, aunque sea ocasiones en los que sea tan vago y lejano como las conexiones que aparecen en los sueños de cualquiera de nosotros. Se pueden destacar sin duda varios momentos del film. Uno de ellos es el tribunal, un momento clave en la película y que resume muy bien la esencia de la película. En ella, nuestro personaje es interrogado por un peculiar tribunal acerca de la relación entre el artista y la humanidad. Cocteau elabora unos preciosos diálogos en los que se recoge su ideología. Cocteau refleja parte de la ideología romántica, poniendo de relieve la figura del artista como un ente capaz de bailar entre dos mundos, aunque el director también afirma que esta posibilidad se vuelve en su contra, moviéndose siempre entre las sombras y la realidad, fijándose en el aspecto creativo más romántico posible. También se destaca la importancia de la obra creada (en la película aparece un personaje que forma parte de una película anterior de Cocteau) que llega a cobrar una dimensión propia en la que el artista ya no puede conseguir ejercer un control absoluto.

Además cuando en este tribunal aparece un profesor de ciencias que había aparecido en la primera parte de la película, se manifiesta la dicotomía entre los dos mundos que parecen irreconciliables. El artista creador y humanista por una parte, y el hombre lógico por otra. Evidentemente la balanza se inclina a favor del poeta, básicamente porque este sí es capaz de ver otras cosas que los demás no pueden.

La película centra su iconografía principal en dos aspectos: El ya citado de las propias autorreferencial del artista por una parte, y por la otra una revisión actualizada de diversos mitos clásicos. ¿Podría ser de hecho, que todo lo que le sucede al protagonista está relacionado con el episodio más mítico de Orfeo, el célebre personaje griego, que desciende a los infiernos en busca de su amada Eurídice? Sin captar muchas de las inclusiones que Cocteau hace a la mitología clásica, no ya los guiños que hace en múltiples ocasiones, como es final en el que aparece Edipo y la Esfinge mencionadas, sino gran parte de la trama principal, la película no se disfruta a un alto nivel. En este sentido, el testamento de Orfeo no es una película digerible para todos, y puede quedarse estancada en muchos estómagos.

Por otra parte, también resultan destacables diversas escenas en las que simplemente se recrea una estética que cautiva por su intrigante atmósfera. El hombre vestido de caballo (que se interpreta a su vez como un símbolo de mal augurio y que así lo reconoce nuestro personaje principal) o las diferentes escenas que suceden en el trayecto final del viaje revelan un trabajo de composición muy planificado (cada personaje tiene un sentido y no hay una posición aleatoria de personajes dentro del espacio en el que actúan).

Por otra parte, personajes ilustres como Picasso, Roger Vadim, Yul Brynner, Charles Aznavour forma parte del reparto, y están escogidos por ser precisamente amigos del director, para poder formar así parte del testamento final de Cocteau.

http://neokunst.wordpress.com/2013/10/03/el-testamento-de-orfeo/
Kyrios
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