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Críticas de Cinemagavia
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Críticas 3.956
Críticas ordenadas por utilidad
8
26 de septiembre de 2018
63 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
TIEMPO DE CAZA

El Reino ya es una de las favoritas en el Festival de Cine de San Sebastián. Y lo cierto es que tiene todos los ases para ganar. No solo porque sea original y distintiva, con el sello cercano y veloz de la cotidianidad que caracteriza al reconocido Sorogoyen, si no por cómo se aproxima a una historia realista, con muchos matices, sin perder el foco más importante: el retrato de la vida misma y de sus consecuencias.

La película comienza de manera armoniosa, con escenas frívolas que desentierran la calidad de vida de los personajes y sus respectivas motivaciones, para después continuar con un ritmo frenético y colmado de ansiedad. Manuel es la figura protagonista, el hombre que vende su ética para comprar su destino. Y ese el primer secreto que conocemos al embarcarnos en una caza oscura y dramática donde la atención no decae en ningún minuto, y donde aprendemos que las injusticias siempre se descubren, ya salgan estas o no a la luz pública.

LA GUINDA DEL PASTEL

En El Reino, todos se mueven por algún motivo. Como seres humanos, cada uno busca algo, y, de un modo u otro, sobrevive por (¿o para?) ello. Es en esa parte donde el nivel actoral pone su máximo esplendor en pantalla y los actores reciben un sobresaliente.

Sí, Antonio de la Torre merece una mención especial; su trabajo es espectacular. Encarna a un tipo impulsivo, irascible, feroz, mezquino y lleno de soberbia hasta los huesos. Alguien sin escrúpulos, orgulloso y agresivo, que, pese a sus actos contra la ley, es capaz de transmitirnos la vena sensible con la que cubre (y que Manuel también se autoimpone como razón última) su comportamiento: el amor hacia su familia, la posibilidad de estrechar entre sus brazos a su mujer y a su hija, al precio que sea. Y todo esto el actor lo logra con naturalidad.

Sin embargo, el resto del elenco también está a la misma altura. Ana Wagener, Nacho Fresneda, José María Pou, Luis Zahera, Mónica López… independientemente de cuántos minutos hayan pasado en pantalla, todos han sabido aportar un gramo especial de humanidad a sus papeles, tanto con carga cómica, como visceral o emocional. Resalto a Bárbara Lennie, que en esta cinta (al igual que en las demás) saca lo mejor que lleva dentro y nos ofrece un análisis sublime, una caracterización correcta, grisácea y tremenda que encaja a la perfección con el tono de la supervivencia y los intereses personales, llevando la carga dramática más allá de su personaje con elegancia, rabia y fuerza.

FIRMA DE CALIDAD

¿Y qué hay de los aspectos técnicos? El Reino apuesta por un guión (escrito a mano por Isabel Peña) cuidado, preciso, con diálogos sustanciosos y acertados, y aunque la historia se sitúa hace casi diez años, la veracidad contemporánea se traspasa hasta nuestros días con total claridad. La música tiene una carga hipnótica, un aura fría y ávida de agitación que atrapa al espectador y le impide pensar, obligándole a centrarse en el presente, a sobrevivir ante los hechos impremeditados.

Y todo ello, junto a los planos de cámara, a veces rápidos y obtusos a modo de reportaje televisivo, a veces pulcros y detallistas para captar la esencia del actor, se acopla al 100% a la trama.

SABOR A REALIDAD

Pero, quizá lo mejor del largometraje sea su propuesta. Un film que reivindica justicia sin mencionar apellidos ni siglas políticas, un material que habla del poder y de la codicia sin señalar ideales, una creación que dibuja la realidad con el pincel de la dureza y la sutileza a partes iguales. Mil elementos que pretenden que nos cuestionemos los claro-oscuros del mundo actual y las múltiples caras de la verdad, los bordes de la supremacía y el ansia de dominio de aquellos (y/o aquellos) que nos rodean.

En palabras del propio Antonio, “Mantener la capacidad de indignación es algo obligado como ser vivo. Posicionarse es un compromiso con la vida”.

Y qué cierto es. Porque los jugadores de la cúspide caen, sí. Pero a veces, el reino de naipes se mantiene en pie, en la sombra, alimentado por la deshonra humana.

Escrito por María Iglesias
https://cinemagavia.es/el-reino-pelicula-critica/
Cinemagavia
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6
28 de febrero de 2024
85 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Luengo y Keuchkerian destacan en sus papeles

La adaptación cuenta con un elemento muy importante que hace que destaque: la gran química entre los protagonistas. Vicky Luengo y Hovik Keuchkerian funcionan a la perfección como dúo de investigadores, dependen completamente el uno del otro y forman así una especie de familia, algo disfuncional, pero que hace que el espectador conecte con su dinámica. Ambos actores se han volcado al máximo en los papeles y encarnan a Antonia Scott y Jon Gutiérrez a la perfección. Eso puede resultar increíblemente complicado, incluso intimidante, cuando tienes delante a dos personajes que forman ya parte de la cultura popular en nuestro país. Pero, ambos dan vida a estas dos almas perdidas, que estaban destinadas a encontrarse y a hacerse compañía mutuamente.

Otro de los elementos a destacar en Reina Roja es el apartado visual. Tal vez, sea la primera vez que vemos unos efectos visuales tan bien diseñados para una serie de producción nacional. Además, se ha intentado utilizar la mayor cantidad posible de efectos prácticos para dar mayor veracidad a la historia. La imaginación de Antonia Scott no conoce límites y esta adaptación tampoco. Resulta impactante ver la cantidad de escenarios exteriores que se utilizan. Así, Madrid se convierte en un personaje más en la historia, tal y como Juan Gómez Jurado había ideado en su novela. Serra está acostumbrado a dirigir grandes superproducciones, con escenarios tan grandes que intimidan al espectador y controla la acción perfectamente.

*El listón estaba demasiado alto

Sin embargo, en los momentos en los que Reina Roja se centra más en los elementos fantásticos de la misma, cuando entramos en la mente de Scott, el ritmo de la trama cae y deja al espectador desenganchado de la misma. El punto fuerte de la serie es el thriller y sería interesante que en futuras temporadas desarrollaran más esa parte. Los momentos de flashbacks no parecen estar bien cohesionados con el resto de la trama. Su montaje atropellado hace que resulte complicado seguir el hilo narrativo.

*Conclusión

En conclusión, Reina Roja es una producción que peca, a veces, de ambiciosa. Aunque cuenta con dos intérpretes principales que están a la altura de las expectativas y que han dado todo por estos personajes, la serie no consigue enganchar al espectador. Tal vez, sea por la falta de regularidad en su montaje o por ese deseo de querer superar al material original, haciendo que todo se vea más grande. Sería interesante ver cómo se sigue explorando la relación entre Scott y Gutiérrez y el thriller, que es lo que de verdad funciona.

Escrito por Maria José Cánovas
Cinemagavia
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8
2 de octubre de 2021
52 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Difícil transición

Pasar de una dictadura durante cuarenta años a una frágil democracia no fue nada fácil. En la España de la segunda mitad de los 70 había grandes ansias de libertad y, sobre todo, de vivir nuevas experiencias. Las leyes de la frontera eran implacables, todo dependía del lado en el que se estuviera.

Nacho, el Gafitas, interpretado por Marcos Ruiz, lo sabrá muy bien. Él, al igual que cualquier muchacho de clase media, se enfrentaba a los problemas propios de su edad. Sin tener una personalidad definida, era muy sencillo cruzar al otro lado de la frontera. Sobre todo si al otro lado había una atractiva joven que diera cuartel, que pusiera las cosas fácil. Antes, como hoy en día, todo tenía un precio, y conseguir la atención de quien te gustaba podía resultar peligroso.

Fueron tiempos de frenesí, de vivir muy rápido lo que antes no había sido posible. Tiempos de coquetear con las primeras drogas fumando canutos de hachís. Lamentablemente, después llegarían otras duras y letales, llevándose la vida de muchos imprudentes.

*Madurar de golpe

A veces, la vida no es muy delicada que digamos. El lugar de nacimiento marca para siempre las posibilidades y las decisiones.

La banda de delincuentes formada por Zarco, Chechu Salgado, Tere, Begoña Vargas, Guille, Carlos Oviedo, Gordo, Xavier Martín, Chino, Jorge Aparicio, Daniel Ibañez, Drácula, Victor Manuel Pajares y Cintia García, no conceden ningún momento de tregua.

Sus continuos asaltos, hurtos y persecuciones pueden recordar a otras míticas bandas llevadas al cine. Sin embargo, en Las leyes de la frontera, un halo de nostalgia, de herida sin cerrar, se adueña de los espectadores.

Nacho, una vez dentro de la banda, tendrá que tomar serias decisiones y crecer de golpe. Encuentra en ella una familia, un grupo al que pertenecer. Curiosamente no lo encuentra con los de su clase, sino en esta pandilla que le da cariño y acoge. Claro que las consecuencias podían ser fatales.

*Otra mirada de la novela

El guion, escrito por Jorge Guerricaechevarría y el propio Daniel Monzón, es una adaptación de la novela de Javier Cercas. Su intención fue la de recrear aquel mundo quinqui, de pandillas y delincuentes, pero también de traspasar la línea que separa el bien del mal.

El cine de aquellos años 70 u 80 estaba interpretado por los propios quinquis, tendía más a un cierto tipo de documental. Gente que acabó muerta por la policía o un pico de heroína. Antes del rodaje de Las leyes de la frontera, a la hora de acercarse a aquel cine, tan sólo pudieron contar con el testimonio de el Pera.

Para Daniel Monzón no se trata de emular aquellas películas, más bien de mostrar aquel mundo desde la perspectiva de Gafitas, el chico de clase media. Además, desde niño sentía fascinación por aquel mundo, de su forma de vivir, de saltarse las convenciones.

*Conclusión

En realidad se trata de una preciosa historia de amor, del primer amor adolescente, en aquel contexto quinqui. Su formato de scope, en formato cuadrado, de 1.85, así como los coches de aquella época, el vestuario, son como una mirada contemporánea de entonces.

Aquel verano de 1978 fue el último antes de la aparición de la heroína. Por eso se aprecia en Las leyes de la frontera una parte inicial emotiva, para después dar un giro hacia la tragedia.

Resulta conmovedor ver cómo algunos personajes, como ocurre en la vida real, están destinados a estar en el agujero, mientras otros, digamos, normales, se granjean la simpatía, la compresión de haber tenido un desliz.

Para los jóvenes de entonces, cincuentones y sesentones de hoy en día, resulta una película nostálgica y hermosa. Para las generaciones que no vivieron aquella época, una interesante visión de un mundo que forma parte de nuestra historia.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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7
24 de marzo de 2019
53 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia de palabras

En pleno siglo XIX el Profesor James Murray (Mel Gibson) finalmente es acreditado por la Universidad de Oxford para comenzar de manera formal la formación del “Diccionario de Oxford de la lengua Inglesa”. El profesor Murray decide que hará que la gente de todo el país participe mandando palabras del uso común. El proceso es difícil, pero inesperadamente comienzan a recibir miles de cartas con palabras. El inesperado colaborador es el Doctor William Minor (Sean Penn) un ex soldado del ejército norteamericano que tiene una peculiaridad: es un paciente en el hospital Psiquiátrico de Broadmoor.

Ah, pero antes…

Antes de hablar de The Professor and the Madman, es interesante comentar algunos puntos con respecto a su producción. Porque de hecho, esta cinta estuvo a punto de no ver la luz jamás. Está basada en un libro publicado en 1998 titulado “El cirujano de Crowthorne” en el que se narra la historia verdadera. Mel Gibson adquirió los derechos, con el proyecto de realizar la cinta después de que el suceso de Corazón Valiente lo colocara en uno de los puntos altos de su carrera. Pero… Todo el propósito comenzó a tener uno de los incontables descalabros que sufriría hasta su conclusión.

Unos entran, otros van saliendo…

A Mel le gustó el proyecto desde el principio, pero al paso del tiempo otros trabajos se atravesaron y este se fue relegando. Directores entraron y salieron, estrellas entraron y salieron y total, nunca se llegaba al set. Gibson siguió ocupándose dirigiendo diversos films como La pasión de Cristo o Apocalypto, o actuando en diversas películas. Y el proyecto flotaba en el éter.

De esta manera, la producción y escritores fluctuaban. Todo acabó cuando Safinia, quien ya había colaborado con Gibson en Apocalypto, finalmente entró a la silla del director. Safinia básicamente había ocupado el área de guión y aquí arma un equipo con John Boorman, Todd Komarnicki, y Simon Winchester para escribir y después toma la dirección.

Se llama a Nathalie Dormer para hacer el papel de Eliza y Sean Penn como el atribulado Dr. Minor, y Mel se queda con el papel coprotagonista.

La cinta se realiza en el 2016 y los problemas no terminan ahí. Tiempo después enfrenta todo un caso en la corte y finalmente sale a la luz hasta este estreno.

No todo lo que parece un muermo…

Aparentemente ir a ver una cinta relacionada con investigaciones lingüísticas sonaría de entrada un muermo. Pero no es así. De hecho, lo que hay detrás de lo que vemos en pantalla es aún más interesante que lo que alcanza a decirnos la película.

Minor en efecto fue un convicto, acusado de asesinato y demencia y realmente contribuyó de manera excepcional a la recopilación de las palabras del diccionario. Penn esta convincente en su papel de psicótico, lleno de amargura y resentimientos, pero a la vez poseedor de una inteligencia privilegiada que le había permitido ser un lector voraz y poseer una mente fotográfica para recordar dónde había visto tal o cual palabra (en libros, novelas, poesía, ensayo) y el significado de las mismas.

Los opuestos se atraen y otros, simplemente llegan a amargar

Entreverado a la trama principal está un ligero avistamiento a la vida familiar del profesor James Murray y a cómo, siempre, hay quienes hacen lo imposible por truncar el camino de otros que consideran competencia. Murray había tomado en sus manos la elaboración del diccionario y esa tarea, pese a todos los contratiempos le llevó, en la vida real, el resto de su existencia.

La extraña relación amistosa entre Murray, un hombre de familia y erudito del lenguaje y Minor con todo y su demencia y sus cargos de asesinato, es un pivote que funciona bien para comercializar la cinta. Aún más cuando se le agrega el ingrediente amoroso de la tortuosa relación entre Minor y Eliza.

Adaptación contra original. La batalla

Evidentemente, el verdadero placer de la novela original es internarse en la selva ignota de las palabras, en la pasión de los que (a la sombra de la razón) se devanaban el seso buscando los significados; por ejemplo de “arte” y el entrecruzamiento entre las diversas maneras de usarlo y dónde y quién lo había utilizado por primera vez. Esa sed de investigar, comparar, replantear y seguirse adentrando en los lugares infinitos del lenguaje y su evolución, no son patentes del todo en la película, es una lástima. Pero al mismo tiempo, haberlos explotado hubiera reducido aún más sus posibilidades de ser exhibida a nivel masivo.

Cómo hemos cambiado

El tema del tratamiento psiquiátrico empleado en el S. XIX también es dado de forma colateral y sin embargo podemos apreciar cómo en la búsqueda de penetrar en la mente humana, ha habido a lo largo de la historia tantos caminos errados o que ya están en desuso, como la frenología y los experimentos mayores, como la lobotomía.

Conclusión

Se puede decir con razón que The Professor and the Madman sufrió muchos descalabros en su crecimiento y formación y que finalmente es una puesta donde se trata el tema de manera muy sencilla, sin entrar en grandes confrontaciones ni discursos retóricos y esto traiciona o “modifica” en un cierto sentido el espíritu original, aunque se entiendan perfectamente las razones de llevarla por el camino simple. Sin embargo, sí tiene el mérito de, a quién le interese y no haya leído la novela original, se acerque y entre de manera más profunda al fascinante y siempre expansivo mundo de las palabras.

Todo esto nos lleva a la pregunta que se ha llegado a repetir innumerables veces: ¿llegará el hombre algún día a tener el conocimiento absoluto de algo? No ha terminado de descifrar su mente y ha creado inteligencias artificiales, viaja ya al confín de la galaxia, y no ha terminado de conocer su planeta.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/professor-and-the-madman-pelicula-critica/
Cinemagavia
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9
10 de octubre de 2020
70 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una serie muy cinematográfica

La serie Antidisturbios es increíblemente cinematográfica. Había leído varias entrevistas al director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, diciendo que merecía ser vista en pantalla grande. Tras tener la suerte de verla en el Kursaal, entiendo a qué se refería. Son cinco horas que se pasan volando. Se nota que Rodrigo Sorogoyen y todo su equipo han afrontado los capítulos como si fueran parte de una película. Tienen el mismo ritmo narrativo y una estética visual similar a la que encontrábamos en trabajos anteriores como El Reino o Que Dios nos perdone.

El punto de partida de la serie es mostrarnos el día a día de un equipo formado por seis policías Antidisturbios, pero acaba yendo mucho más allá. En el primer capítulo, los iremos conociendo al tiempo que son enviados a ejecutar un desahucio de riesgo. En el piso donde deben proceder, encuentran gente de una plataforma antidesahucios esperándolos. Enseguida vemos que no va a ser fácil. Este primer capítulo es el mejor de todos y consigue unos índices de tensión acumulada magistrales. Las consecuencias trágicas que tendrá el alzamiento, derivarán en una trama mucho más compleja con implicaciones políticas y sociales.

Cada capítulo de Antidisturbios, tiene como título el nombre de uno de los integrantes del cuerpo. Se buscará profundizar en la psicología de cada uno de los personajes implicados, combinándolo con la investigación del incidente por parte de unos policías de asuntos internos. Y es que, aunque la serie lleva el título de Antidisturbios, el punto de vista principal lo tiene una policía metódica y obsesiva encarnada de forma sorprendente por la actriz Vicky Luengo. En la primera escena que aparece, la veremos jugando al Trivial Pursuit con su familia. Un momento de apariencia banal que servirá para describirnos a ese personaje magistralmente.

*La corrupción como mal endémico

Antidisturbios es pura adrenalina. Prepárate para asistir a un espectáculo de primer orden que combina acción y thriller policíaco, sin descuidar nunca la concepción de sus personajes. Tiene un reparto espléndido donde encontramos a Raúl Arévalo, Álex García, Hovik Keuchkerian o Roberto Álamo. Todos están magníficos, protagonistas y secundarios. Para hilar todos los episodios y no perder el interés, Sorogoyen, Isabel Peña y Eduardo Villanueva, urden una trama compleja con buenos giros, donde se incide en algunos temas que ya estaban presentes en El Reino. Se describe la corrupción como mal endémico de un país y la necesidad de las cloacas del Estado de buscar chivos expiatorios para salvaguardar el status quo de las instituciones.

A veces sobrevuela un discurso ventajista que se mira en el espejo de hechos recientes acontecidos en España, pero nunca acaba siendo tan adoctrinante para que moleste. Más allá de algunas pequeñas licencias de guion y pequeños excesos innecesarios en la caracterización de los personajes, la serie funciona como un tiro. Estoy convencido que va a reventar audiencias al tratarse de una de las mejores ficciones para televisión que se han hecho jamás en este país.

La realización y el montaje están llenos de garra. Nos deja sin respiración y con los ojos como platos durante todos los capítulos. Hay que destacar las escenas de acción de los episodios 1 y 5 (el desahucio y el control policial de un partido de fútbol). Son secuencias de pura tensión verdaderamente antológicas, nada que envidiar a los mejores blockbusters norteamericanos. En el resto de la serie se apuesta más por una intriga policial clásica que mantiene siempre la carga dramática, gracias a la sólida construcción de unos personajes poliédricos. Los buenos y los malos se confunden. Los prejuicios y los estereotipos se matizan.

*Conclusión

Antidisturbios es una miniserie española de 6 capítulos de unos 50 minutos de duración cada uno. Está creada por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, que llevan trabajando juntos desde Stockholm. Combina intriga policíaca y acción frenética, con un trasfondo social muy reconocible. Pero por encima de la trama, está la concepción de los personajes, todos muy bien interpretados. Si tuviera que elegir, me quedo con el trabajo de Vicky Luengo y de Hovik Keuchkerian. Pero todos están geniales y muy bien elegidos para cada rol.

El tratamiento visual es poderoso y espectacular, siempre subrayado por la música de Olivier Arson. Sorogoyen se luce como nunca y demuestra que es el cineasta español actual con más talento, junto Alberto Rodríguez, para poner en imágenes este tipo de secuencias. Antidisturbios tiene un concepto curioso con el uso de las lentes de cámara. El primer episodio está filmado con muchos grandes angulares, sin embargo, a medida que avanzamos por los siguientes episodios irán desapareciendo. Ya en el último capítulo no se utiliza ninguna lente angular.

Con esta concepción visual, se busca sumergirnos dentro del cuerpo de Antidisturbios, como si el espectador fuera uno más en plena acción. Luego, se propone un distanciamiento progresivo para que evaluemos la situación desde una posición más lejana y analítica. Para entonces, ya conocemos los hechos y quién es quién. Es un recurso inteligente que nos sirve para abstraernos y liberarnos de todos los prejuicios iniciales con los que afrontemos la serie. Por cierto, el productor ya ha confirmado la intención de realizar una segunda temporada si se encuentra una trama suficientemente interesante. Yo os adelanto que no me la perderé y vosotros tampoco deberíais. Antidisturbios es la mejor serie española del año.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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