Esta película es tu película si eres una ama de casa sin tiempo para nada más que no sea trabajar, cuidar a tus hijos y ver Salsa Rosa. Si tu marido es un aburrido barrigudo que no puede ofrecerte más que estabilidad económica y emocional. Reconócelo: sueñas con que Paul Newman y Robert Redford (o en su defecto, Brad Pitt) te lleven contigo a atracar bancos, y te proporcionen una vida llena de emociones, peligros, y la culminen con la guinda de un triángulo amoroso-platónico. Adoras esta película porque te traslada al corazón de tus más absurdas fantasías.

Para el resto de mortales, es una buena película. Entretenida y divertida. No está al nivel de los grandes clásicos del Western. Ni siquiera la consideraría un western, puesto que el argumento de fondo bien podría llevarse a cabo en las más variopintas épocas y localizaciones.

No pretendo que nadie crea que esperaba ver una obra maestra del cine del siglo XXI. Me esperaba echar unas risas con los colegas, unas pizzas, unas birras... y este engendro de película.

Una cosa es caricaturizar los tópicos de los europeos mediante personajes y situaciones disparatados, y otra cosa es un hatajo de situaciones sin sentido y personajes totalmente inverosímiles que ni siquiera se ciñen a los tópicos. En el spoiler destaco una lista de momentos en los que he pasado vergüenza ajena.

Desde la perspectiva de alguien que pasa los 30 años es mala... como también ahora resulta cutre visionar a Espinete, a Los Aurones, y jugar al Pac-Man.

Dicho esto, que sea mala y tópica no es impedimento para disfrutar de su visionado de nuevo y recordar cómo de niños nos impresionamos con los músculos de Stallone y hacíamos torneos de pulsos para emularlo. Incluso nos poníamos una gorra del revés a modo de "interruptor" y hacíamos ese movimiento in-extremis de dedos para apretar la mano del oponente cuando nos veíamos perdidos.

Esta película es sin duda uno de los grandes clásicos del cine de acción cutre de los ochenta, y junto a Rocky, Rambo y Cobra, el Halcón es uno de los grandes y entrañables personajes de Stallone.

¡Larga vida al cine de músculos, explosiones, y ostias como panes!

Podría haber sido una película notable si hubieran trabajado un poco el carisma de los personajes. Llega un momento en que uno deja de ver personajes para ver un grupo de estereotipos.

Alguien puede ser un tipo duro sin necesidad decir "joder tío la mierda ostia puta" al final de cada frase simple.

Retrato del surfero medio: chico guapete, vestido con ropa carísima pero que no le hace parecer pijo, furgo guapa para ir a surfear día sí y día también, rebelde antisistema, y una novia mazizorra que le repite frecuentemente lo guapo que es.

Al menos Bodhi atracaba bancos, y no necesitaba financiación de sus progenitores pro-sistema.

Agradezco no haberla visto con 14 años... este tipo de ideologías fecales entran demasiado fácil cuando la personalidad no está madurada.