En una época en la que los youtubers andorranos aglutinan millones de seguidores que se entusiasman viéndoles jugar a videojuegos, es lógico que una videojuegopelícula como esta logre la calificación que tiene.

Para un apasionado de los cómics Marvel que se hicieron hasta inicios de los noventa, sin aplicaciones informáticas de por medio, y un desinteresado por completo de los videojuegos. esta película. sin principio ni final, solo puede provocar sopor infinito.

Eso de que cada dos por tres desenmascaren a los personajes, ¿es para justificar que los actores cobren el sueldo o para intentar disimular (infructuosamente) que el 90% ha sido generada informáticamente?

A ver, habría que haber llamado a las cosas por su nombre desde el principio. Esto NO es una adaptación de Watchmen.

Al principio parece una especie de spin-off de Watchmen centrado en un personaje nuevo, una watchwoman, Sister Night, que en el Watchmeniverse combate el supremacismo blanco. ¿Y qué queda de los Watchmen de Moore en este spin-off? Pues prácticamente nada, el attrezzo en forma de cuadros o figurines que reproducen las representaciones que hizo Gibbons en el cómic, y la única presencia regular de Ozymandias, en una historia paralela que no parece concebida más que para el divertimento de Irons hasta que...

Hasta que el Dr. Manhattan se revela, y lo que era spin-off se va transformando en secuela, de tal modo que se tiene la impresión que para quien no haya pasado previamente por la lectura del cómic original no tendrá ni pizca de sentido lo que se le está contando.

Más accesible que la extravagante Doom Patroll pero menos atractiva que la Umbrella Academy… en espera de más series de superhéroes raros que vayan surgiendo.

Este es el episodio de presentación de Doctor más flojo, y con mucho, desde que se relanzó la serie. Da la impresión de que a la Doctor la hubiesen hecho participar en un remake de Predator.

Si echamos un vistazo atrás el punto en común de los anteriores doctores y sus respectivos ayudantes sin duda ha sido lo carismáticos que resultaban. Peter Capaldi supo mantener la personalidad de un Doctor que sus dos antecesores inmediatos (David Tennant y Matt Smith) habían llevado a niveles muy difíciles de alcanzar.

El Doctor de Jodie Whitaker es un claro retroceso y recuerda, por su sonrisa impostada, al desafortunado de Christopher Eccleston. Si a ello se añade que, a diferencia de Eccleston, tiene un trío de compañeros a cual más anodino y, sobre todo, que los guiones son reiterativos y convencionales, no hay ninguna razón para seguir a esta nueva encarnación pudiendo disfrutar revisando las aventuras de cualquiera de los anteriores.

Si la serie continúa es por pura inercia, pero ha perdido su esencia.

Aburrida hasta decir basta (ose abandonar el visionado, en mi caso a mitad del episodio 7, lo más que puede aguantar).

Tiene todas las papeletas para Aburrilandia:

1.- Evolución tan lenta de la trama que probablemente los diez episodios hubiesen dado para condensarlos en un telefilme poco memorable de duración estándar.

2.- Muy reducido número de personajes para la historia que tienen que contar, se hace todo muy reiterativo, siempre salen los mismos y están en lo mismo.

3.- Personajes nada sobresalientes, ni los actores ni los personajes que les han tocado te motivan para ver lo que les pasa.

CONSEJO DE VISIONADO: si tras ver el primer par de episodios te aburres, no lo des más vueltas, la serie continúa en la misma línea y el límite estará en lo que aguante tu paciencia.

Sorprende la generosidad de las calificaciones cuando lo que se puede dilucidar es un argumento convencional (en el que los personajes se mueven como meras marionetas en manos de los guionistas de turno) y sorprendentemente mal interpretada tanto por la protagonista como por la mayor parte del elenco (falló a todas luces el departamento de casting). Para no desperdiciar el tiempo en ella.