le cuenta que la ha dejado preñaílla y él se queda con cara de póker, y sólo puede decir "ahora no puedo tener un crío". Pues vaya por dios, nos quejamos de esta crisis pero más putas las pasaron en los 80 en algunos sitios. Pues a la mina. El caso es que a la mina no quiere ir, pero tampoco tiene claro querer ser futbolista. Esa parte no la entiendo, porque parece que su vida es el fútbol, pero tampoco mucho. Las motivaciones de Jimmy tiran más a beber e irse de juerga con sus colegas. De todas formas, al final la chica lo reforma y pasa lo esperado. Tras las dificultades iniciales y cagarla un par de veces, Jimmy debuta y marca dos goles. Aunque puede que haya que poner un poco en duda la habilidad futbolística de Sean Bean, porque no hay un plano de cintura para abajo cuando intenta controlar el balón adecuadamente; sí lo hay cuando quieren reflejar sus pifias. De todas formas tiene mérito destacar en semejantes barrizales, aunque sólo sea por el hecho de darle un patadón al balón y no ahogarse en la ciénaga del área.

Al final, lo que me quedará para el recuerdo y que nunca olvidaré de esta película es que Sean Bean la sobrevivió. De hecho intentó suicidarse en la vía del tren después de asistir a la muerte de su hermano en la mina, pero no fructificó. Aunque lo intentó. No le dejaron y por eso Jimmy vive.

"Mr. Robot" es un relato confuso y oscuro que trata de hackers, de la economía de mercado, de la anarquía y del poder. Pero sobre todo va de psiquiatría. Supongo que no la van a poner en las clases de las facultades de Medicina porque es difícil encasillar a Elliot. Ansiedad, depresión, síntomas sicóticos, abuso de múltiples sustancias, voyeurismo enfermizo, egocentrismo, nula empatía, rasgos antisociales, tendencia al aislamiento, dificultad para mantener relaciones de cualquier tipo... Pero aún así enganchas con él porque crees que puedes llegar a comprenderlo, o puede que simpatices con su obsesivo objetivo. Es un personaje carismático llevado al extremo por su representante en el mundo de los humanos, Rami Malek, un chaval que parece hipertiroideo, con los globos oculares salientes, la mandíbula muy perfilada y la mirada perdida.

La serie empieza espectacular, su primer episodio se inflama hasta casi estallar, pero conforme pasan los episodios, las tramas profundizan, la tela de araña se engruesa y pierde fuelle hasta los tres últimos. En ellos aunque la historia del hacker que quiere poner patas arriba el mundo sigue siendo el eje, toma protagonismo la mente de Elliot. Lo siento, me cuesta hablar de enfermedad mental. Sus voces se lo dicen, ¿qué es más real? ¿qué quieres que sea más real, nosotros o esa "realidad" podrida y llena de mentiras? Y Elliot termina agarrando su delirio con las manos y retorciéndolo a su antojo, y así nos dejan con las ganas de saber realmente qué pasa, aunque probablemente no sea necesario ni conveniente. La sensación es de que, aunque los creadores intentan mantenernos un suelo firme en el que pisar y no caer en una serie psicotrópica que nadie entienda, nos meten en su delirio y nos llegamos a creer ese "amigo invisible" que dice Elliot.

Tiene fallos, le faltan cosas. Tiene virtudes y una banda sonora que me encanta. Sobrará una segunda temporada, pero en el fondo queremos saber qué le ha pasado a Wellick, quién carajo es White Rose o quién ha llamado a la puerta de Elliot.

La última escena con el profesor arrestado camino de la comisaría parece querer culpabilizarlo y, al mismo tiempo, ser la chispa que le encienda la lucecilla a la autocrítica a su forma de ser, tan rockera, alternativa y "guay". El pobre se da cuenta de que él no era mejor en su ideología, o algo así, ¿no?. Pero a mí me queda la sensación de que se critica más su método que el fin que perseguía, y si no es así, probablemente sea culpa mía. Porque no sé hacer autocrítica a mis razonamientos, no ver que el fascismo es tan peligroso que no se puede jugar con él. Es como dejar a los niños ver capítulos de Dragon Ball: demasiados mamporros. Terminarán siendo Gokus repartiendo sopapos a la cristiandad, o buscando sacrílegas bolas mágicas.

No, al final la moraleja de que la culpa de que Fulanito de Tal ha mandado al hospital a cinco señores de raza negra no es del Grand Theft Auto, sino que es un imbécil categoría galáctica.

No, si es que ni intentándolo podríamos levantarle el ánimo a "Beautiful Girls". Uma Thurman aparece pero ni se lo cree y termina escapando de esa panda de treintañeros "rallados" que ni en tres décadas han sido capaces de encontrar una motivación adecuada. Me pregunto qué pensará un sudanés si ve esta película. Como mínimo creerá que nos falta un tornillo, o que somos extraterrestres. Para amigos así de taciturnos mejor hacerse amigo de Siri, de Cortana o de Loquendo.

He leído dos comentarios que actualmente están entre los menos votados por los usuarios de Filmaffinity y con los que estoy de acuerdo, porque es justo lo que pienso de esta serie.

- La violencia: no necesito ver cómo le explota la cabeza al príncipe Oberyn para saber lo que le pasa. No necesito ver las puñaladas múltiples de Arya a Meryn Trant para saber lo que pasa. No necesito ver una cabeza volando para imaginarme que han decapitado a alguien. O al menos no necesito verlo tres o cuatro veces por capítulo. Y no soy aprensivo, por mi trabajo estoy acostumbrado a ver cosas desagradables, pero me parece gratuito por parte de los productores. ¿Qué pretenden explicarnos? ¿Que el mundo es un sitio muy cruel? La serie gira en torno a eso y no hace falta más violencia de propina. He llegado a un punto en que aborrezco estas escenas tan descaradamente desagradables que no sé si buscan insensibilizar o simplemente buscan llamar la atención a lo bruto.
- Las tetillas: culos y tetillas sobre todo, algún chochete, pero no se atreven a mostrar aún muchas pichillas. Así todo el rato. Algo que en los libros se narra por encima, en la serie hay tropecientas escenas en las que parecen más interesados en enseñar "cacho" que en contarnos algo interesante. En las primeras temporadas parece como que quieran usarlo como refuerzo de algunas escenas, pero ahora ya es que hay veces que sobra. No le veo sentido, para ver eso me pondría porno en vez de semejante chorrada hormonada no se sabe bien para quién.
- La telenovela: quizá lo que más me saca de quicio es ese montaje en plan culebrón de los 90 en forma de pequeñas escenas de cuatro o cinco minutos con un diálogo muchas veces absurdo y que luego se enlaza con el de otro personaje. Y así todo el rato. Me dí cuenta precisamente porque los momentos que más me han enganchado son aquellos que mantienen la misma historia al menos un cuarto de hora seguido, pero eso apenas pasa en un puñado de episodios, en el resto están siempre saltando de diálogo en diálogo tras cuatro minutos, siempre con el mismo esquema aburrido.
- Las chorradas: la historia de amor de Gusano Gris inventada para contentar no se sabe a quién, es de lo que más me desespera. Es como una prueba de paciencia para los seguidores de la serie, el momento "sálvame deluxe".
- La fatalidad: lo más desagradable de todo a mi parecer y por lo que no voy a seguir viendo la serie. Esta quinta temporada es una verdadera basura de malos pensamientos, de malos rollos, de acontecimientos fatales, de desagradables coincidencias. El mundo de G. Martin en las novelas es así, pero la serie nos lo trae todo de golpe, nunca pasa nada bueno y las únicas alegrías de las que puedes disfrutar como espectador son fruto de la fatalidad de los personajes a los que detestes. Todo lo que puede salir mal, sale, y además de una forma grotesca y retorcida. El último capítulo de la temporada solo es un ejemplo de lo que ha pasado en toda ella y, casi casi, en todo el resto de la serie. Pero me resulta todavía más irritante que en ese último capítulo todo salga desastroso para los protagonistas. Y la escena final, tan cruel en la forma de plasmarla y recrearla (una vez más) me ha parecido el colmo. No creo que hagan falta semejantes trucos-basura para captar tu atención, para removerte el cuerpo. Me hubiese llegado con un par de puñaladas a Jon nieve para entender lo que pasaba, no necesito que sea Olly quien lo engañe y, aún encima, "se piense" si darle el toque de gracia. Pero es lo mismo con todos los personajes. Lo han dejado todo abierto de una forma infantil. ¿Hace falta dejarlo todo así a la espera de otra temporada? Me caen mal los guionistas y los productores. Al final Juego de Tronos no era más que una serie simplona que busca llamar la atención con truquillos violentos, sexuales para públicos homo y hetero que sean susceptibles a ellos, y seudotramas políticas que al final son bastante tontas.