Comienza el film despertando indudable interés en el espectador ya que posee capacidad de fabulación y ofrece un planteamiento atractivo así como una interpretación -B. Lugosi y J. Carradine- sobria y convincente.
Parece una película del buen terror de los años 40.
Pero enseguida se ven las costuras de un trabajo precipitado al que no se ha prestado el cuidado y la atención debida, como si la prisa por terminar se hubiera impuesto a cualquier otro objetivo.
Así su previsibilidad y su falta de coherencia narrativa van mermando sus valores y agostan las expectativas creadas.
Reseñar, a modo de anécdota, las vicisitudes del rodaje que afectaron a G. Zucco y a F. Moran en el papel de hombre prehistórico.

A la historia le falta mordiente y el desarrollo de la acción se atiene a unas pautas de moralina cándida que resulta poco convincente y de escaso atractivo salvo que el film vaya deliberadamente destinado a un público de menor edad.
La ambientación, en cambio, consigue una altura envidiable y también la interpretación de G. Cooper y de C. Lombard raya a nivel destacado.
La factura cinematográfica, en general, resulta elegante y cuidada pero su planteamiento teórico siempre sugiere un talante ingenuo y se envuelve en una atmósfera fantasiosa y de precario vigor narrativo.
Película simplista y algo mistificadora.

El cortometraje opta en su inicio por un registro adulto y picarón de manera que el trazo del personaje de B. Boop adopta su perfil más insinuante, sugestivo y cautivador.
Luego la historieta gira hacia el público infantil e incorpora componentes de carácter cómico y lúdico dirigido a este sector de audiencia pero mantiene la misma naturalidad que al comienzo.
La trama es desenfadada y su desarrollo posee la viveza y frescura de otros episodios.
Y en ningún momento pierde gracia o atractivo.

Sencilla película que enseguida delata la parquedad de su planteamiento y la flaqueza de su desarrollo.
A la historia le falta empaque, vigor y tensión argumental. Las situaciones resultan forzadas y algo reiterativas de manera que el factor sorpresa que siempre cabe esperar en una obra de enredo apenas produce el efecto deseado.
El sentido del humor tampoco alcanza las cotas de brillantez esperadas y el tratamiento cinematográfico es convencional y poco imaginativo.
La serie de anécdotas puntuales permite pasar un rato entretenido siempre que el espectador ocupe su butaca con pocas exigencias y sin mayores complicaciones.

Agradable comedia, aunque algo simplona, que ofrece un cine negro deliberadamente ingenuo y tierno para presentar un argumento de enredo capaz de atraer la atención del espectador y de mantenerla hasta el final de la película.
Los giros de la historia son ocurrentes y la diversas situaciones se suceden en una atmósfera de humor revoltoso.
Es estilo narrativo es ágil, la ambientación juega con la sencillez pero también con la eficacia y la interpretación del elenco -no sólo de los protagonistas- es de las que favorecen el éxito de la historia.
Excelente ejemplo de frescura y comicidad en un thriller