Comienza con cierta solvencia... escenas meticulosas, bien planteadas, para avanzar hacia un inesperado final (no es spoiler, pues no desvelo la manera en que concluye).

A lo largo de su extensa duración, superando las dos horas, Vince Vaughn, muestra un trabajo firme y bien realizado. Un guion trazado con rigurosidad en sus dos primeros tercios; se aleja de lo previsible, aunque en el último lo que ofrece, en mi opinión, incurre en la incertidumbre.

No descubrí a Don Johnson entre los secundarios. No aprueba.

Fluctúa después de la primera media hora en un despropósito del que no se hace partícipe al espectador, confundiéndolo; evitando cualquier explicación sobre lo que está sucediendo.

Auguraba entretenimiento a lo largo de los primeros minutos. Una historia que arranca potente, para bajar hasta situarse en un thriller carente del más mínimo interés, atiborrado de escenas que se solapan y conducen al bostezo.

Carece de una trama bien estructurada, y los giros e imprevistos lo único que trasladan, son mensajes de escasa credibilidad.

Los minutos iniciales están muy bien ejecutados... nos encontramos ante una trama planteada como una sucesión de acontecimientos inquietantes, ordenados para confundir al espectador; haciendo que pierda cualquier orientación de su destino.

La justificación a todo, es ofrecer una película de acción, con músculo... un thriller bien planteado, que se despacha a buen ritmo, haciéndose acompañar por un puñado de lagunas que debes ignorar si deseas desentrañar su final.

Entretenida e inquietante. Creo que era lo que pretendía.

La vi hace tiempo, y recuerdo que me había entretenido. Hoy la vi de nuevo y no pude entrar en ella como la primera vez. Eso confirma lo que en otras ocasiones he pensado: Las películas interactúan con nosotros según el estado de ánimo o las propias complejidades del momento.

Me ha gustado, pero no me enamoró. Es triste, muestra las distintas capas de una búsqueda, detrás de las cuales se encuentran intereses no tan legítimos. Willem Dafoe, encarna a un rastreador del último tigre de Tasmania vivo.

Se sumerge en una melancolía triste, carente de esperanza, con un final bastante inesperado. No desvelo que sucede en ese final.

El cuñado de Elsa Pataky, en 2.013 con 23 años, se encontraba en proceso para convertirse en actor... o por lo menos en el tipo de actor que él tenía en mente. Con una estatura de 1.91 y generosas características físicas, podía lograrlo si se empeñaba en ello. Ahora con 33 años, ha conseguido un discreto lugar en el Start system, donde se maneja cómodamente.

EL PODER DEL DINERO, es una película de ambición y renuncia. Asume tópicos en una línea similar a WALL STREET, aunque carente de su interacción, ni calidad. La he valorado con un 6 porque me gusta mucho el género y por supuesto me ha entretenido.