Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de Koonery
<< 1 2 3 4 5 10 >>
Críticas 49
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
5 de febrero de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo una época en la que la proyección de imágenes en movimiento fascinaba a quienes presenciaban ese nuevo espectáculo. Pese a que el pronóstico de su futuro era negativo, la magia que desprendía el proyector se prolongó durante más de cien años. Por eso ahora, en otro periodo diferente en el que el cine empieza a ser infravalorado, no es casualidad que se produzcan diversos homenajes a un tiempo que fue dorado para algunos, pero ya olvidado o desconocido para otros.

En el marco de esta carencia generacional, conseguir que los jóvenes descubran los antecedentes de toda la industria audiovisual es todo un reto. "La invención de Hugo" trata de superar ese objetivo mediante un relato dirigido tanto a mayores como a pequeños, enfocando algunos acontecimientos históricos al entretenimiento. Pero el mérito procede de la novela original, escrita e ilustrada por Brian Selznick. De este libro, Martin Scorsese ha recreado la mayoría de los planos, calcando los dibujos trazados por el autor, e incluso reproduciendo los travellings descritos en el texto.

En una cuidada escenografía, enriquecida con una infinidad de pequeños detalles, la iluminación resalta los tonos marrones, propios de la nostalgia por el pasado, para situar temporalmente la acción. Además, la tridimensionalidad es utilizada para aportar un juego de contrastes a través del foco, distorsionando en ocasiones parte del cuadro. Todo ello acompañado por la misteriosa banda sonora de Howard Shore, que marca un ritmo demasiado lento y pausado al que, como si se tratase de un viejo reloj, no vendría mal darle cuerda de vez en cuando.
Koonery
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
2 de febrero de 2012
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llegada de Sam Worthington a la cornisa de un rascacielos, pocos años después de haber protagonizado "Avatar" (James Cameron, 2009), podría ser el preludio de otra estrella de Hollywood estrellada sobre el pavimento. Afortunadamente, no es el caso. Su paseo por las alturas responde a una historia que presenta cierta originalidad en su contenido, sobre todo en la forma de desarrollar los acontecimientos y de resolver algunos conflictos. Sin embargo, las tramas secundarias que complementan este filme pueden encontrarse en una infinidad de películas, como en las sagas de "Misión imposible" o de "Ocean's Eleven", por citar algunos ejemplos.

Con el tono grisáceo que el cine utiliza para retratar las mañanas de Nueva York, la acción principal puede recordar a la de "Última llamada" (Joel Schumacher, 2002). Pero los intentos de rebajar tanta tensión, a base de pequeños y desacertados golpes de humor, suponen un primer aviso de decadencia. Por desgracia, no es el último. Un sentimentalismo gratuito logra arruinar parte del relato, rompiendo con toda la verosimilitud que aún pudiese conservar en ese momento.

Pese a todo esto, "Al borde del abismo" no deja de cumplir con sus objetivos: su potente argumento logra mantener la intriga y el entretenimiento a través de una realización vertiginosa que no teme a la caída. Aun así, por si acaso, lo más recomendable será no mirar demasiado al suelo, no sea que el desenlace termine siendo algo inesperado.
Koonery
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
15 de septiembre de 2011
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es algo extraordinario, maravilloso. Un cúmulo de casualidades que han desembocado en todo lo que hoy conocemos. Pero, frente a esto, ¿cómo afrontar un duro golpe? ¿Cómo seguir adelante cuando solo se piensa en volver atrás? En la búsqueda del consuelo, retroceder en el tiempo puede ayudar a comprender la dimensión de un problema. Para recordar cómo se ha llegado hasta el presente, el viaje debe iniciarse más allá de donde alcanza la memoria: ha de comenzar en el enigmático origen del propio mundo.

En "El árbol de la vida", Terrence Malick agarra de la mano al espectador para juntos realizar un camino desde el principio de los tiempos. Asesorado por científicos, recrea algunos de los momentos clave de la formación del universo y de la tierra. Esta poética secuencia de acontecimientos es un estímulo sensorial que, unido a la música que lo acompaña, supone uno de los momentos más reflexivos de la historia, pese a que la relación que guarda directamente con ella sea escasa. Pero la larga duración de esta parte desagradará notablemente al público que esté menos predispuesto al misticismo de la imagen cinematográfica.

El resto de la película no deja de ser parte de este poema audiovisual. La siempre adecuada música de Alexandre Desplat es acorde a los movimientos que la cámara realiza, empeñándose en perseguir la acción por cada escenario. Los encuadres artísticos contribuyen a que la belleza de esta obra impregne cada fotograma, adquiriendo todavía más fuerza en conjunto.

La historia está repleta de dualidades temáticas, como la ciencia y la religión, el amor y el odio, o la esperanza y la desilusión. Sin embargo, ambas realidades logran convivir sin que ninguna de ellas se anteponga a su contraria, formando parte de una misma verdad. En general, se acerca bastante a algunas posturas adoptadas en "La fuente de la vida" (Darren Aronofsky, 2006), aunque mientras que aquella buscaba una visión de la humanidad, en esta ocasión se centra en el ser humano como pieza de un conjunto más complejo. Hay que recordar que Brad Pitt estuvo involucrado al principio en el proyecto de Aronofsky como protagonista, pero después decidió abandonarlo.

Precisamente es Brad Pitt quien más destaca en su rol de padre de familia fracasado, añadiendo otro registro a su larga lista. Aunque el reparto cuenta también con Sean Penn, sus contadas apariciones y su leve interpretación deberían apartar su nombre del cartel como actor principal. Jessica Chastain queda en un correcto y modesto segundo plano, dejando así más protagonismo a los jóvenes hijos. Los pequeños son capaces de transmitir la frescura e inocencia de su edad, pero también la espontaneidad del juego o el miedo a la autoridad.

(Sigue en "Spoiler")
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Koonery
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
28 de agosto de 2011
128 de 197 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una sociedad en la que la ciencia avanza más deprisa que la propia moral, resulta necesario establecer ciertos límites sobre lo correcto e incorrecto. Así, la bioética ofrece una constante vigilancia sobre el desarrollo adecuado de cada estudio científico. Pero, ¿qué sucede con las investigaciones personales? ¿Cómo regular los experimentos clandestinos? Conociendo la respuesta, el Doctor Robert Ledgard busca, bajo la complicidad de las paredes de su hogar, perfeccionar la piel humana. Sin embargo, el proyecto es demasiado ambicioso como para aplicarlo simplemente a unos ratones de laboratorio.

El nuevo trabajo de Pedro Almodóvar mantiene la característica huella del director en cada plano. Pero "La piel que habito" no es una continuación de su estilo anterior, sino más bien una evolución del mismo. Las historias que escribe Almodóvar suelen ser o demasiado alejadas de lo común ("La mala educación", "Todo sobre mi madre") o demasiado corrientes ("Volver", "Los abrazos rotos"). En esta ocasión se presenta un argumento poco habitual escondido en otro más usual. Para conseguir este efecto, juega con una alteración temporal que dosifica la información, equilibrando una tensión narrativa que se perdería si el relato fuese lineal.

Con respecto al reparto, el director sigue obteniendo mejores resultados de sus actrices que de sus actores. Elena Anaya destaca por encima del propio Antonio Banderas, pese a la poco creíble pelea que ambos mantienen. Marisa Paredes, rostro habitual en sus anteriores filmes, demuestra su veteranía en un papel secundario cuyo único problema es soportar demasiado bagaje dramático, sin que su historia personal se termine de desarrollar.

Sería difícil situar esta película en un solo género cinematográfico. Junto a la clasificación de drama, es necesario añadir un matiz: el de terror. Un ambiente de angustia emana del miedo psicológico creado, pero ya no tanto por las acciones, sino por esa estética de un vestuario tan ortopédico. Es el miedo a la deformación, al deterioro, al irremediable paso del tiempo, y también a la pérdida de la autonomía. Por otro lado, hay algún pequeño momento cómico que concede breves respiros de aire fresco.

En "La piel que habito" pueden resultar desconcertantes los puntos de giro de su guion. Algunos son tan bruscos que pueden dar la sensación de que la película va a la deriva. Pero, tras una historia tan bien desarrollada, es imperdonable terminar con un final tan simple, sencillo e incluso vulgar. Tal vez hubiera sido preferible cortar y suturar o antes o después, pero no donde se ha practicado la incisión. Así, la cicatriz ha quedado al descubierto, y ni el maquillaje de la música o de los títulos de crédito podrá disimular esa marca.
Koonery
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
28 de julio de 2011
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La prima cosa bella" (Paolo Virzì, 2010) cuenta con una historia centrada en los miembros de una familia italiana. Alternando el presente con el pasado, las escasas acciones ceden su protagonismo al desarrollo de los rasgos psicológicos. En cambio, si el relato estuviese cronológicamente ordenado, no sería posible encontrar en ellos un arco de transformación continuo. La personalidad de la infancia y de la adolescencia no solo no tiene nada que ver con la actual, sino que es totalmente opuesta. ¿O acaso alguien tan introvertido podría haberse enfrentado de pequeño al chico más popular del instituto?

Pese a estos personajes mal construidos, el guion consigue sostener el relato. En él, los momentos de más sensibilidad están cuidadosamente dosificados para no recurrir nunca a la lágrima fácil. Tal vez sea uno de los motivos por los que tampoco crea una gran identificación con los problemas y preocupaciones expuestos. En su búsqueda del neorrealismo italiano, se estanca en un nivel más superficial, en el que la situación dramática en realidad nunca lo fue tanto. Por lo demás, algunos diálogos no responden a una conversación natural, distanciándose todavía más de lo común. Aun así, hay algunas secuencias sobre las que resulta imposible no reflexionar, aunque no sea el espacio más apropiado para hacerlo.
Koonery
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 10 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow