No aburre esta historia de estafas bancarias, amores comprados y venganzas ingeniosas. Camus consigue entretener al espectador aunque no profundice lo suficiente en los diversos temas que presenta la película.
Adorable Verónica Forqué.

No entiendo como se pueden calificar "guionistas" los responsables del guión, al menos en el primer capítulo, de "Los misterios de Laura".
Plantean situaciones ridículas, muestran deseos de ser graciosos y acaban resultando espantosos. Con la ayuda del resto de responsables de la serie,- director, productor, étc. - la convierten en insoportable. Secuencia tras secuencia, pocas veces hemos sentido tanta vergüenza ajena viendo una serie televisiva.
¡Qué lejos está de series como "El comisario" donde se respiraba autenticidad en los personajes, principales y secundarios! Donde había una cuidada dirección de actores.
Una dirección de actores que no se percibe en "Los misterios de Laura". Todo el elenco parece un grupo de aficionados representando su primer papel sin convicción alguna. Dan la impresión de ir a su aire. Ninguno convence en su interpretación y menos que nadie María Pujalte que deberá estar llorando por su participación en la serie. Representa un fallo lamentable en su estimable carrera de actriz.

Una película con ritmo narrativo, con personajes bien definidos, con interpretaciones soberbias, con economía de medios, con una fotografía impecable.
Una magistral lección de cine del maestro Hawks dirigiendo un elenco encabezado por Edward G. Robinson, Miriam Hopkins y Joel McCrea, con secundarios de lujo como Walter Brennan.
Muy recomendable.

El argumento podía haber tenido un tratamiento fílmico mejor. Las historias de amores, odios y violencia que contiene están descritas con pesimismo y distanciamiento.
Paz Vega destaca con su "presencia" cinematográfica. Llena como siempre la pantalla con esa fuerza que emite, mucho mayor que la de la otra famosa española en Hollywood, la sobrevalorada "Pe".
Una película que resulta premiosa en ocasiones y vibrante en algunas secuencias. Un producto semifallido que al terminar nos da igual haberlo visto.

Desde que el primer invitado rompe la norma de la medida dictada por la maestra de ceremonias cuando obliga a que le sirvan un whisky doble hasta el delirante final con tragedias y víctimas cambiadas, la película es un desfile de personajes, y situaciones, crítico y divertido.
Los actores, Lillian Gish, Vittorio Gassman, Geraldine Chaplin, Carol Burnett y resto del elenco, están todos sublimes.
Es, en conjunto, una extraordinaria demostración de la lucidez de Altman.