¿De verdad no se les ocurrió a los guionistas incluir el flashback del inicio de la segunda temporada en la primera?

Yo estoy convencido de que sí, pero como de lo que se trata hoy en día es de sacar dinero sin importar el resultado final, los productores han preferido tirar a la basura lo que podría haber sido una de las mejores series del siglo XXI.

Todo lo que en la primera temporada resultaba fascinante, arriesgado, con una trama conspiranoica desvelada a cuentagotas que siempre te dejaba con ganas de más y más dosis, en la segunda se vuelve vulgar y monótono. Los personajes principales pierden gran parte de su relevancia, aparecen aburridos y cansados, no queda casi nada de su espontaneidad, y los nuevos secundarios no hacen sino bajar el nivel. Hasta la violencia envuelta en grandes dosis de sarcasmo y humor negro de los orígenes se torna en repetitiva y exasperante, un recurso efectista típico de producciones menores o sin ideas.

Afortunadamente la banda sonora y la fotografía siguen siendo igual de deslumbrantes, pero es evidente que una vez perdido el efecto sorpresa por sí solas ya no pueden levantar la función...ya no hay misterio.

Desconozco si tendrán pensado sacar una tercera temporada (se comenta que Channel 4 no está por la labor), pero el desaguisado ya no hay quien lo arregle.

Para los fans de la franquicia, esta tercera temporada seguramente les resultará algo más light. Carece en su mayor parte de metraje de ese toque sumamente lúgubre de las dos primeras. Y pese a que no abandona en absoluto el sello de la casa, se echa en falta el misterio y la trama más desarrollada de sus predecesoras.

El trío de veteranas protagonistas, eso sí, mantiene el pabellón en lo más alto, y aunque el guión peca en ocasiones de previsible, sus interpretaciones son determinantes para evitar lo que en otras manos podría haber sido un descalabro.

Esperemos que en la cuarta entrega (Murphy anuncia más toque de humor) se olviden del público teen (las actrices y los actores jóvenes son lo más flojo de la función) y vuelvan a los orígenes, con esas dos primeras temporadas donde nos dejaron a todos con la boca abierta.


Nota: 6.5.

Como si de un interminable sketch del dúo humorístico Los Morancos se tratara, Almodóvar nos entrega la probablemente peor película de su carrera. Humor zafio y de sal gorda, personajes planos y repelentes en su mayoría, y unos diálogos impropios del genio manchego.

Puede hacer gracia escuchar un par de veces polla o mamada, pero pasados quince minutos acabas hasta.....el rabo, exactamente. Una historia que en la Transición tal vez habría funcionado, pero que hoy en día ya está vista una y mil veces, y por más que lo intente el buen elenco actoral, el guión no da más de si.

Da pena ver a todo un Javier Cámara completamente fuera de lugar repitiendo hasta la saciedad la misma broma con Antonio de la Torre y con sus compañeros azafatos. Y qué decir de una Cecilia Roth inexpresiva por culpa de ese botox......en fin, muy triste.

Y si el film no llega al desastre total es gracias a la única que se salva en esta función, una divertida Lola Dueñas que nos proporciona los escasos dos o tres momentos graciosos de todo el viaje.

La verdad es que esta serie me tiene algo confundido. Hemos pasado de una primera temporada repleta de acción discreta, personajes planos y diálogos infantiles, a una segunda llena de apariciones inquietantes y misteriosas, incluidos esos aliens realmente sorprendentes. De unos efectos especiales que parecían sacados del peor Walt Disney a un producto maduro y consistente, aunque sin dejar de lado su estética de serie B.

Y si bien es cierto que siguen sobrando esos momentos paterno-filiales vomitivos, la trama se ha vuelto más oscura y elaborada. Cuando todo parecía sencillo y la batalla no era más que humanos contra aliens, sucede lo inesperado en ambos bandos.

La reaparición de personajes a quienes pensábamos que ya no veríamos más y la puesta en escena de otros nuevos (no desvelaremos nada pero hay uno que a todos nos encantará), le han dado un impulso que vista la primera temporada seguro que casi nadie esperaba.

El capítulo final de esta segunda temporada nos deja con la boca abierta.......seguiremos informando.

Pese a que se vislumbran grandes intenciones y la atmósfera del film es más que apreciable, con trazos de gran clase del director, no podemos dejar de decir que la ida de olla de Keita Kurosawa es total.

Podríamos asegurar sin temor a equivocarnos que es una película de David Lynch llevada a la animación, es decir, que resulta imposible saber qué pasa por la cabeza del creador en cada escena. Surrealismo en su máxima expresión que tal vez para cierto público resulte interesante, pero que para el común de los espectadores supondrá un esfuerzo sobrehumano poder llegar a entender siquiera un pequeña parte del guión.....si es que lo hay.

Y para colmo de desgracias, esos subtítulos en un amarillo chillón bizarro son ilegibles en varios pasajes de la historia. Una pena, porque la imaginación y el esfuerzo creativo que se ve en la cinta está fuera de toda duda, pero no se puede apreciar lo que aparentemente no tiene sentido, al menos en el cine.....si fuera un cuadro ya sería otra cuestión, pero este foro no se dedica a ello....¿o sí?