Decorados inmensos que cantan, menos gastos en luz que Carpanta bajo el puente, oscuridad que hace que en la TV actuales, por muy buenas que sean, no se vea nada; argumento deshilachado, sin saber si es un thriller o una historia que tiene que ver con la peste tangencialmente. Sombría hasta decir basta…. No he podido pasar del capítulo 2. Porque lo de los diálogos de los actores es de traca. No se les entiende, pues cecean a lo andaluz, unas veces de verdad y otras impostados. Imposible estrenarla en un marco público al margen de la plataforma de pago. Un fiasco.

Pasa en todo el cine español. No se entienden. Pues imaginemos una película con ruido continuo de armamento. Pues un articular de bocas y un preguntar al de al lado "qué ha dicho".... La película es rara, a caballo, más bien a burro, entre aventura y acción. Pero es que los actores son malos. Lo de Antonio Garrido con acento andaluz es para correr y salir de Afganistán. Y lo de la guerra por pantallas no se lo cree nadie. En fin, correcta. Sin más.

De verdad que empieza bien... pero luego se precipita el alarde técnico en un tobogán sin retorno. Uno se desconecta cuando ya deja de parecerse a "la ventana indiscreta" y los personajes y las conexiones se mezclan en batiburrillo inteligible. Aburre, no se entiende entonces nada. Y ya es tarde.
Este chico Elijah Wood siempre lo controlan desde la distancia. O tocando el piano o su ordenador. Debería regresar a los bosques míticos con el anillo.

Más teatro que cine. Lenta y pretendidamente intelectual. Creo que tiene más papel el puro de Viggo Mortensen que él mismo. No para de fumar en toda la película. ¡Qué dirían los doctos estudiosos de la salud y la prohibición! En la butaca uno ansía que pase algo, pero todo discurre en un monótono intercambio de diálogos de altos vuelos. Menos mal que (lo confieso) había buen arsenal de palomitas y bebida. Film argamasa, como un puré sin aclarar.

Es una película "inspirada", que adapta el argumento pero a la vez se separa del de la novela. La Tristana galdosiana es distinta, muy distinta. Invito a leer la obra del novelista para comprobar cómo el personaje femenino diverge notablemente del rodado por Buñuel. Pero cine y literatura son diferentes. Deben serlo. Cada uno a su manera, y francamente memorables ambas. Pero yo me quedo con el inmortal escritor. En la novela el amor de Tristana por Horacio es de otra forma, y es más una progresiva reducción del mismo por la sombra de Lope, que un odio sostenido contra éste. No hay perversidad en la obra literaria. Sí en la película. Catherine Deneuve está espléndida, pero no es mi Tristana, la mujer dulce, oprimida, al fin arrastrada por el devenir de la vida, por el conformismo, por la soledad...