Tenía interés en ver esta película porque la melodía de Burt Bacharach se me quedó grabada en el recuerdo, escuchándola a las orquestas de la época. Pero de la película, ciertamente no esperaba gran cosa, a pesar del enorme elenco de sus protagonistas. Mis presagios se confirmaron. Su visión hasta el final es un verdadero suplicio. Solo esa maravillosa música de Burt Bacharach intercalada a lo largo de la cinta, ayuda a hacer más soportable la misma. La originalidad de los créditos con la melodía de Bacharach, sin duda lo mejor y único a resaltar de una película que no recomiendo a nadie.

Crecí con las películas del Oeste y siento algo especial cuando las veo, algunas como ésta por primera vez. Pero todo tiene un límite. A Dick Powell, cuesta verle de pistolero, no me encaja. Los 80 minutos de metraje, se hacen larguísimos. Los secundarios, grises como la fotografía. Solo se salvan las melodías que interpreta el recepcionista del hotel. No la recomiendo ni a los amantes del género.

Película con críticas muy diversas. Desde luego, marcó estilo para el cine policíaco posterior. Sin embargo, el ritmo es lento en muchos momentos, llegando a resultar hasta tedioso. El guión tiene lagunas, con algunos aspectos no aclarados, como cuando el supuesto "protegido" quita el seguro de la puerta, o los mafiosos no rematan a sus víctimas. Discreparé con la mayoría, la persecución automovilística se me hace interminable, sobran kilómetros, y por supuesto, algunos de los 11 minutos de metraje.

Película sencillamente maravillosa. Nunca había visto una explosión tal de luz, color, fantasía, decorados, arte en definitiva, como la que se produce durante los minutos que dura la representación de "Las zapatillas rojas", Sublime. Ello solo es motivo suficiente para ver esta película. Pero hay más. Ese technicolor de la época, que ya ha resaltado algún otro en su crítica, que embelesa. y que hace como si estuviéramos contemplando una sucesión de cuadros pintados. En resumen, todo arte.

Las películas basadas en hechos reales, cuentan con la desventaja de conocer el desenlace final. No obstante, "21 horas en Munich", te atrapa desde el principio al final. No recordaba los pormenores del suceso, pero tras su visión, parece que las autoridades podrían haberlo hecho mejor. Lo que sí lograron, es que repercutiera lo menos posible en el desarrollo de los Juegos. Interpretaciones correctas, al igual que la dirección. En resumen, buena película.