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Voto de Revista Contraste:
6
25 de septiembre de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A partir de las memorias (Saludos desde Bury Park) del periodista británico de ascendencia pakistaní Sarfraz Manzoor, Gurinder Chadha (Quiero ser como Beckham, Bodas y prejuicios, El último Virrey de la India) presenta, una vez más, un relato sobre los tira y afloja entre tradición y modernidad, cultura de origen y cultura de incardinación.
El film, co escrito por Paul Mayeda Berges (marido y colaborador habitual de Chadha) y el mismo Manzoor, se anuncia como un musical pero su puesta en partitura y escena es una especie de híbrido que no favorece mucho su resultado final.
Por un lado, la música de sintetizador (del entonces recién nacido pop electrónico) aparece en los primeros compases del film. Un buen rato después empiezan a adquirir protagonismo las melodías y letras de Bruce Springsteen; aunque su presencia se mantiene en un segundo plano y tarareadas con cierta timidez por el protagonista. Y por otro, ya en medio de la trama, los hits del Boss pasan a un primer plano y lideran un par de secuencias que emulan de forma más explícita las coreografías del género musical.
Esta falta de definición y un buenismo (que confía demasiado en el rostro de Viveik Kalra y en los automatismos narrativos que se aceptan como convenciones en un contexto más articulado de musical) provocan un cierto tedio y falta de sorpresa.
No obstante, Cegado por la luz, que ha contado con el apoyo y beneplácito del mismo Springsteen, es un encomiable canto al entendimiento intergeneracional e intercultural y a asumir el cambio sin traicionar las raíces ni los sacrificios que han hecho nuestros predecesores.
www.contraste.info
El film, co escrito por Paul Mayeda Berges (marido y colaborador habitual de Chadha) y el mismo Manzoor, se anuncia como un musical pero su puesta en partitura y escena es una especie de híbrido que no favorece mucho su resultado final.
Por un lado, la música de sintetizador (del entonces recién nacido pop electrónico) aparece en los primeros compases del film. Un buen rato después empiezan a adquirir protagonismo las melodías y letras de Bruce Springsteen; aunque su presencia se mantiene en un segundo plano y tarareadas con cierta timidez por el protagonista. Y por otro, ya en medio de la trama, los hits del Boss pasan a un primer plano y lideran un par de secuencias que emulan de forma más explícita las coreografías del género musical.
Esta falta de definición y un buenismo (que confía demasiado en el rostro de Viveik Kalra y en los automatismos narrativos que se aceptan como convenciones en un contexto más articulado de musical) provocan un cierto tedio y falta de sorpresa.
No obstante, Cegado por la luz, que ha contado con el apoyo y beneplácito del mismo Springsteen, es un encomiable canto al entendimiento intergeneracional e intercultural y a asumir el cambio sin traicionar las raíces ni los sacrificios que han hecho nuestros predecesores.
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