Se les coge cariño a los protagonistas principales de esta saga, una sonrisa de oreja a oreja se me dibujó con la vuelta de la incombustible Sidney, Gale o el policía patoso (ahora más que nunca). Lo mejor de la película es su excelente comienzo, su humor negro, y los constates guiños típicos de Scream, resulta entretenida y sangrienta. Pero la verdad, es que se queda muy corta en todo, da la sensación de ser un refrito, más que una vuelta de tuerca, es básica y previsible, no da nada de miedo y el final no me ha gustado nada, es absurdo, quien se oculta tras la máscara, es el Ghostface más flojo de la saga. Entretenimiento palomitero y melancólico de usar y tirar.