Derrickson asumió el riesgo y supo llevarlo con creces. El exorcismo... busca ser fiel a los hechos acaecidos en la realidad y, salvo algunas secuencias efectistas, logra generar en el espectador la idea de que se encuentra frente a un producto sobrio.

En base a un juicio sobre el que se estructura toda la obra, Scott arma esta pieza que tiene mucho de drama, bastante de suspenso y casi nada de terror. Estos tres datos corroboran que aqui la intención no pasaba por sorprender a nadie, sino más bien por generar empatía con el sacerdote acusado y comprender los motivos que lo llevaron hasta ese extremo. La obra se ubica desde un presente y utiliza flash-backs para recrear lo sucedido. Si bien existen escenas que pueden considerarse como de impacto fácil, la película es extraordinariamente mesurada en sus tonos. Mesura que hay que agradecer, quien sabe lo que habría hecho cualquier otro con un tema como este.

Es interesante observar que el proceso jurídico es alarmantemente creíble, y el desenlace del mismo jamás desentona con su propuesta inicial. Obra no superlativa pero si muy seria en sus intenciones como para ganarse recomendaciones: veánla!!!!!!!!