El terror sólo se basa en la truculencia fácil centrada en chirriantes imágenes que buscan el impacto visual causando escalofríos. Esto no sirve para disimular una realización muy deficiente y falta de ideas, excepto la violencia y los excesos de lo "gore". A título comparativo, basta revisar algunas películas de los clásicos que si sabían producir cine de terror bien dirigido, a veces con toques de humor. Léase Boris Karloff o Roger Corman. "El más allá" ya estaba justamente olvidado hasta que alguien como Quentin Tarantino lo descubrió, desenterrando el muerto. Basta con observar que la banda sonora es tan deplorable, que hoy en día cualquier aficionado de nivel medio con un teclado de El Corte Inglés la haría mejor.