«Tuve una grandiosa idea: rodar otra película de "Scream" pero renovándola totalmente.

Para hacerla crearé un guión original, algo nunca visto. Los actores deberían ser personas poco conocidas, como actores de series de televisión, no muy buenos actuando pero que trasmitan bien el miedo. No será necesario que tengan buen físico, pero sí que sean impactantes.

Deberá salir mucha sangre, pero no de manera gratuita, sino para asustar y en momentos clave únicamente. Como aquella escena del ascensor de "El Resplandor".

No morirá gente por placer, sólo si es necesario, y estas muertes serán impactantes y causarán un trauma al espectador. Conseguiré que pasen realmente miedo, que teman volver a ver el film de lo increíblemente original y bien montado que estará. Será mi obra maestra y todo el mundo hablará de ella como la mejor película de miedo de todos los tiempos».


Esto es lo que todo creemos que debió pensar Wes Craven a la hora de comenzar a crear "Scream 4". Pero en realidad fue así:


«Me aburro, voy a hacer otra película de "Scream".

Volveré a contratar a Courteney Cox, Neve Campbell y todos los de siempre, que cobraban poco. Además pondré a nuevas caras, imprescindible que cobren también poco para que salga rentable. Que actúen bien da igual, pero que las tías tengan tetas y los tíos sean llamativos, como por ejemplo el hermano de Macaulay Culkin.

Deberá salir mucha sangre, que eso llama la atención. Gratuita, cada 10 minutos, 12 litros de sangre falsa. Cuando parezca que todo va bien, sangre. Sangre, sangre, sangre, sangre, sangre...

También haré que muera casi todo el mundo, aunque no pinte nada su muerte, que muera, como policías y actores secundarios que no pinten nada. Aunque no es original, seguro que la gente de todas formas la verá varias veces porque.. ¡sale sangre! No será un peliculón, pero que sale rentable y al final es una buena inversión. Al fin y al cabo el dinero es lo que le importa a un buen director de cine, ¿no?».