Cielo negro
1.653
Drama
A Emilia, una modesta empleada de una casa de modas, la invita a ir a la verbena un compañero de trabajo del que está enamorada. Como no tiene ningún vestido adecuado, toma prestado uno de la tienda, pero nada saldrá como ella espera. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2009
6 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgarradora y descomunal.
Por arte de magia ha aparecido entre mis cuatro paredes y se ha colado en mi disco multimedia para hacer saltar mi boina al viento saludando con orgullo y talante.
Me cuesta creer que esta película sea de 1951, y mas aún que sea se haya parido en este imperio de farsantes y pazguatos.
El argumento no dibuja la panacea ni brinda orginalidad pero la sensibilidad que transmite Cielo negro, fantástico título por cierto, es sobrecogedora, apoteósica por momentos.
A veces camino entre las calles y miro hacia arriba. Veo el cielo negro como el carbón riéndose, bailando sin tapujos, y he llegado a la conclusión de que lo mejor es no mirar, no conviene desviar la mirada y cerciorarse de algo que ya se sabe.
Con todo y a pesar de algunas situaciones forzadas y encorsetadas que envuelven la película y un final made in censura nada mas que añadir, abro otra botella y brindo por la nada o el todo, quién sabe.
Parece ser que Calle Mayor noqueó en su día también, si está a la altura de ésta creo que voy a lanzarme a la piscina con el escroto depilado.
Se despide sin mas dilación
El hombre que vislumbró el batusi de Rafaella Carrá.
Por arte de magia ha aparecido entre mis cuatro paredes y se ha colado en mi disco multimedia para hacer saltar mi boina al viento saludando con orgullo y talante.
Me cuesta creer que esta película sea de 1951, y mas aún que sea se haya parido en este imperio de farsantes y pazguatos.
El argumento no dibuja la panacea ni brinda orginalidad pero la sensibilidad que transmite Cielo negro, fantástico título por cierto, es sobrecogedora, apoteósica por momentos.
A veces camino entre las calles y miro hacia arriba. Veo el cielo negro como el carbón riéndose, bailando sin tapujos, y he llegado a la conclusión de que lo mejor es no mirar, no conviene desviar la mirada y cerciorarse de algo que ya se sabe.
Con todo y a pesar de algunas situaciones forzadas y encorsetadas que envuelven la película y un final made in censura nada mas que añadir, abro otra botella y brindo por la nada o el todo, quién sabe.
Parece ser que Calle Mayor noqueó en su día también, si está a la altura de ésta creo que voy a lanzarme a la piscina con el escroto depilado.
Se despide sin mas dilación
El hombre que vislumbró el batusi de Rafaella Carrá.
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