Tierra de sueños

Jim Sheridan nos tiene acostumbrado a encontronazos con el IRA, con las bombas y las navajas en los cuellos. Lo hace genial; pero no por ello hay que descalificar esta historia que aunque vacía de un drama destructor, está llena de humanidad y buenas intenciones.

Acabo de verla y he quedado un poco decepcionado. Me parece una historia enfocada a tocar la fibra sensible del espectador de una manera bastante vulgar. Previsible a más no poder. La actuación de Paddy Considine no me ha gustado nada, y su doblaje menos. Los diálogos de las niñas totalmente no creibles, por qué se empeñan en hacernos creer que una niña de 10 años puede hablar como una persona adulta? Cuanto más lo pienso menos me ha gustado.

Cierto hasta la médula. Qué no quiere hacernos llorar esta película? Qué no pretende mostrarnos que en América no todo es color de rosa pero él que la sigue la consigue? A mí desde luego no me hizo llorar. Lo que consiguió es que les cogiese un paquete a la familia entera y al tipo que en el videoclub me aconsejó alquilarla, de no te menees.

Ocurre en todas partes cuando tienes O QUIERES emigrar. Aquí, Sheridan nos cuenta la historia como si los espectadores fuésemos paletos irlándeses que estamos todo el día en el pub bebiendo Guinnes. Y entonces igual me conmueve algo. Pero yo no soy irlándes, y por supuesto -gracias a dios- estadounidense. En America tiene de universal lo que Los siete samuráis de profesores de danza.

Bazofia para -como dice aquel- hipotalámicos.