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Amor sin barreras

Musical. Romance. Drama Moderna versión de "Romeo y Julieta". En el West Side de Nueva York, un barrio marginal, se disputan la hegemonía dos bandas callejeras: los "sharks" son puertorriqueños, y los "jets", de ascendencia europea. El jefe de los primeros es Bernardo, que vive con su hermana María, la cual acaba de llegar a Nueva York. Una noche, en un baile, coinciden los dos grupos y se desencadena una violenta pelea. (FILMAFFINITY)
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Críticas 100
Críticas ordenadas por utilidad
27 de octubre de 2006
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Wise (ayudado para dirigir la coreografías por Jerome Robbins) adapta el "Romeo y Julieta" de Shakespeare para denunciar los problemas de inmigración que estaban producéndose en norteamérica en la época.
Los puertorriqueños Sharks y los Jets son dos bandas callejeras rivales en constante disputa de lo que consideran como "su" territorio urbano.
Un buen día el lider de los Jets y la hermana del lider de los Sharks se enamoran, lo que poco a poco conduce a una espiral de hostilidad y violencia hasta que desemboca en el trágico final... y es que hay amores que son imposibles.
Una coreagrafía perfecta y una de las bandas sonoras (de musical) más aclamadas (junto con la de "Cantando bajo la lluvia") completan un musical de ensueño que se llevó la friolera de diez Oscars de la academia.
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7 de octubre de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea original fue una propuesta de Jerome Robbins a Leonard Bernstein para adaptar la obra de Shakespeare, que en un principio se iba a materializar en unos Capuleto judíos y Montesco católicos, pero una serie de enfrentamientos en Nueva York entre bandas puertorriqueñas y nacionales les hizo cambiar. Robbins investigó algunos lugares reales de Manhattan y todo se definió finalmente con la aportación añadida de Arthur Laurents en el libreto y Stephen Sondheim en las letras de los temas, hasta el estreno teatral en 1957 y un éxito arrollador.

La adptación al cine, salvo el inicio y final, alguna de las peleas y poco más, se hizo en estudio, unos enormes decorados fueron los que dieron localización a la mayor parte del metraje.

Así, el resultado es un gran trabajo de la maquinaria de Hollywood que engrandece aún más el toque especial de Robbins, aunque es difícil explicarse por qué se eligió a Natalie Wood y Richard Beymer como protagonistas, pues ni cantaban ni bailaban (ambos fueros doblados en las canciones). Una elaborada puesta en escena, la vibrante coreografía y la maravillosa partitura hacen que esto pase a un segundo plano, contando además con unos títulos de crédito magníficos y una secuencia inicial que (particularmente si se ve en el cine) es uno de los momentos más apasionantes e impactantes nunca vistos.
Ennis
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5 de abril de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera palabra que se me ocurre para calificar esta película es «espectacular». «West Side Story» es un espectáculo de música y danza, rompedor incluso vista hoy en día. Eso sólo sale una vez en la vida.

Maravillosa escenografía en unas calles solitarias, siempre solitarias, donde los adultos no tienen cabida, de una Nueva York pobre y, sin embargo, llena de color. Puertorriqueños y norteamericanos se disputan su derecho a un trozo de calle, aunque también podría ser a un trozo de cielo, a un trozo de paz, a un trozo de felicidad. Los Jets y los Tiburones son las dos bandas enfrentadas, bandas que desprenden glamour a cada paso y a cada chasquido de los dedos. Jóvenes sin futuro, jóvenes desesperados, jóvenes perdidos que encuentran en otros jóvenes una familia que les arrope y les proteja. Se respira la tragedia en el ambiente, y quizá sólo a fuerza de dolor aprenderán lo que es la vida. «De la cuna a la tumba».

Coreografías espectaculares. Todas. El principio es abrumador. Diez minutos de música y baile, donde los cuerpos se flexionan, se contorsionan, donde juegan al baloncesto bailando, corren bailando, golpean bailando. Y así, el resto. Ellas y ellos están magníficos, llenos de ritmo en las venas, en los miembros, en la piel. Destacan por su mayor protagonismo, George Chakiris y Russ Tamblyn, maestros que pisan la escena con fuerza y elegancia. Secuencias inolvidables y brillantes, de lo mejor (nunca me atrevo a decir lo mejor) del Cine musical.

«West Side Story» flaquea, quién lo diría, en la historia de amor, que sobra por completo. Ay, romance, que puñetero eres. Lo siento mucho, pero a mi María y Tony me producen un empacho casi insoportable. Que cursis son, que cursis. Romeo y Julieta también se enamoran en un minuto, lo que no es excusa para que sus escenas sean azucaradísimas y cargantes hasta la hartura. Tampoco me convence en absoluto que su amor sean tan inquebrantable ocurriendo lo que ocurre, con una María que parece no ser consciente del drama; del mismo modo, Tony demuestra bastante irresponsabilidad y pocos escrúpulos, así que no es caiga muy simpático.

Sea como sea, es un peliculón precisamente en su género: un musical que te le levanta del asiento y que forma ya parte, con justicia, de nuestro imaginario colectivo. Que empiece el espectáculo, por favor, que empiece y no pare. «Hasta el cielo».
Kaori
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3 de noviembre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva York es una ciudad de contrastes, yupies y ejecutivos conviven en los rascacielos de Manhatan desafiando el cielo con su “Skyline”, y los barrios marginales, conglomerados de minorías étnicas y raciales a ras de suelo, bordeando el infierno. No todos los inmigrantes tuvieron la misma suerte, en el west side de Manhattan el siglo pasado llegaron huyendo de las guerras y la miseria, puertorriqueños e irlandeses. Esta es una nueva revisitación de “Romeo y Julieta” traladada a la “gran manzana”, Capuletos y Montescos se han convertido en dos bandas rivales en disputa por un trozo de asfalto.

Una historia de amor entre dos jóvenes de etnias distintas María (Natalie Wood) y Tony (Richard Beymer), aunque sea un extraordinario musical rodado en la calle, el argumento y los principales motivos de la obra inmortal permanecen invariables: el baile de los enamorados, el balcón en que Tony confiesa su amor a María, etc, etc. Robert Wise optó por una combinación de realismo y lirismo singular, con gran carga de crítica social; por su parte, Jerome Robbins aprovecharía los mejores logros del musical para crear una coreografía inolvidable rodada en las calles de Manhattan, donde las melodías sentimentales orquestadas alternan con los ritmos de percusión más desenfrenados.

La historia pese a su crudeza - jóvenes desarraigados y sin esperanza en un territorio hostil - no deja de ser una película romántica en toda la extensión de la palabra, la historia trata de los años cincuenta y era así como se comunicaban los jóvenes de ese tiempo, no podemos juzgarla desde una perspectiva actual, como algunos comentan, blandita, ñoña, empalagosa, ridícula. Quizás esos que la ridiculizan, nunca han estado enamorados para desgracia de ellos, no recuerdo quien dijo que estar enamorado es perder un poco la lógica de la razón.

Basada en un grandioso éxito de Broadway y escrita musicalmente por Leonard Bernstein, “West side story” tiene un inicio espectacular y deslumbrante mientras aparecen los títulos de crédito, sus canciones son archiconocidas, las hemos tarareado infinidad de veces, yo recomendaría versión original y si no dominamos el inglés, pues subtítulos para entender las canciones en las cuales la letra es importantísima. En la década de los 80 Bernstein volvió a grabar la banda sonora con orquesta en estudio y para las voces de Tony y María escogió a dos voces portentosas, José Carreras y Kiri Te Kanawa procedentes del mundo de la lirica, la recomiendo encarecidamente, como también el “making off” de la grabación, para palpar la tensión que se llega a generar durante una grabación de esta envergadura, extraordinario.
Antonio Morales
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7 de noviembre de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué podemos decir de este gran clásico del cine, una obra indiscutible, una joya del musical.

Era de esas obras que tenía pendiente de ver, es de esas películas que uno sabe que tiene que ver pero que tiene que buscar un momento de tranquilidad para verla, y por fin lo encontré.

Mientras que la veía pensaba que ya la había visto antes, es todo tan familiar que no hay nada nuevo para mis oídos, las canciones son tan famosas que solo me faltaba ponerle las imágenes.

Lo que más me gustó de la película, fue el gran paso que supuso esta película, la manera de retratar la gran manzana y sus calles, todo es practicamente un escenario, pero se mezcla entre la ficción y la realidad, alguien como Bernstein sabía retratar con música una nueva era en un continente naciente.

Toda la película es un clásico, pero de la misma manera lo es la banda sonora, este gran pianista, compositor y director de orquesta supo retratar una América naciente, una nueva cultura musical se abría camino y hoy en día, es un clásico.

No soy un gran aficionado de los musicales, pero esto es un clásico obligatorio.

Gran música, gran puesta en escena, grandes actuaciones y sin duda, una gran película.
manuel
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