Los contrabandistas de Moonfleet

Aventuras con toques fantásticos.
Película menor de Fritz Lang, de estudio si se quiere, que poco tiene que ver con sus Obras Maestras pero aún así es disfrutable.
Stewart Granger es un actor excelente, un clásico del cine de aventuras y se luce en cada plano. El niño protagonistas está más que correcto y no cae en ñoñerías infames.
Tiene momentos muy mágicos, momentos casi góticos mezclados con aventuras más convencionales. Una historia mil veces vista pero bien contada.
Puro film de MGM para lo bueno y para lo malo.

Como en los equipos en donde hay un jugador muy o bastante superior al resto de la plantilla, el secreto del éxito radica en correr y luchar lo necesario para poder darle el balón a su estrella y que este resuelva. Algo así se me antoja al ver este film, divertido y con un cierto encanto, al que la elección del director (no olvidemos que es la típica historia de estudio) ha salvado probablemente del ostracismo. No cabe duda de que Fritz Lang es uno de esos directores que te mejora cualquier cosa que le des y en este caso parece especialmente evidente. Siempre que la veo tengo la sensación que un director cualquiera la habría convertido en una película del montón, pero Fritz Lang ha sacado aquí una señora película de aventuras.
Críticos de todo el mundo la han elegido por delante de otras obras maestras del director de Metrópolis, M o Mientras Nueva York Duerme, lo cual ya es motivo suficiente para detenerse en ella.
Al final se hace un poco corta. Un buena elección para una sesión de tarde entretenida.

Lo malo de esta película es lo mal que ha envejecido. Necesita una remasterización urgente: la fotografía alterna colores reales con otros "imposibles"; se nota demasiado el cartón piedra de los escenarios... ¡Y qué decir de la paupérrima interpretación de Stewart Granger! Además, la película está ambientada en un pueblecito del norte de Inglaterra, lo cual hace bastante inverosímil la larga escena del baile flamenco (sonrojante de puro folclórica).
Qué queréis que os diga, de lo peor de Fritz Lang. (Le he puesto seis estrellas porque al menos interesante es de ver). Eso sí, recomiendo encarecidamente la lectura de la novela. En mi opinión, una de las más bonitas historias de toda la literatura.

Qué película extraña. Si bien pertenece al género aventuras y uno de los protagonistas es un niño, no es para chicos, ya que es violenta y está llena de referencias sexuales. No sé a qué público haya querido apuntar.
Lo peor: el chico es irritante, y todos los personajes importantes resultan desagradables. La relación entre John y Jeremy está muy poco desarrollada, de hecho se pasan la mitad de la película que encima no llegar ni siquiera a los 90 minutos, separados, por lo que ese vínculo que se supone entablan, queda implícito, ya que se ve poco y nada del mismo, como para que resulte verosímil o conmovedor.
Todo en la historia sucede demasiado rápido, incluso atropellada, supongo que es un resumen de la novela y se limitaron a meter los episodios más trascendentes sin darles mucho contexto.
Lo mejor: buena fotografía, interpretaciones, hay creo yo una cierta búsqueda por reflejar la mentalidad de la época, de no hacer que los personajes se comporten como si fuera 1955.

Fracasado intento por parte del maestro en adentrarse en las profundidades del extenso océano. Y es que, a la hora de abordar una historia sin un ser malvado como pieza angular, Lang se siente como perdido, como si le faltara la pata de una silla, no logra mantener un equilibrio a lo largo de la película.
Se puede ver, evidentemente, pero si alguien quiere embarcarse dentro del género de piratas, creo que hay otros directores con más talento que Lang.
Quizá la peor película que he visto de Lang.