Terremoto

Tres años después de la gran película noruega llamada "La ola" y debido a su buen y justificado éxito aunque se copie de "Lo imposible", se lanzó una segunda parte con de nuevo la misma familia intentando sobrevivir ante otra catástrofe, estando seguramente ante la familia con peor suerte en la vida, sobreviviendo a un tsunami, ahora a un terremoto, solo quedando ver un huracán para una hipotética tercera entrega, estando ante una buena película de catástrofes, con sus dosis de tensión, espectacularidad en sus efectos fuera de Hollywood, aunque no es tan redonda en cuanto a historia, actuaciones y ritmo que la anterior. Esta segunda parte se toman más tiempo hasta que suceden las cosas importantes, ya que hasta pasada la hora de duración no vemos el terremoto, lo que hace que se nos haga algo pesada durante su primera parte, demasiado melodramatismo, demasiadas relaciones personales y de nuevo ver más de lo mismo, lo clásico que una persona sabe que en poco tiempo va a suceder algo y nadie le cree, siendo una primera parte más de investigación que otra cosa, con una segunda parte eso sí, bestial, con unos efectos especiales de categoría para ser, recordemos, una película noruega, con escenas llenas de tensión, vértigo y muy bien hechas, así como alguna muerte que tenía que suceder sí o sí porque sino la coherencia se diluye, con unas actuaciones logradas, aunque tampoco apoteósicas.
Realizando en definitiva una buena segunda entrega, recomendada para la gente que le guste las películas de catástrofes, con una segunda parte muy buena, tensa, rodada con calidad y con unos efectos especiales magníficos, aunque la historia sea una repetición de la primera y su primera hora te pesa demasiado debido a las pocas cosas que pasan, creo que es una película bastante recomendable para ver en el mundo de las catástrofes, aunque eso sí, la primera está mejor a pesar de su tópico final. Nota más justa: 6,5/10.

Un terremoto de diseño Noruego, coquetea con datos de documental y propone un paraíso para la investigación geológica, la ciencia, la prevención de riesgos y los reglamentos de seguridad; lamentablemente encima de eso hay una postal de una "típica" familia nórdica de clase media (para el resto del mundo clase casi alta) donde un geólogo en depresión se reunifica a partir de sus sospechas de que viene el gran evento. Toda esa postal se convierte en un pop-up donde muchos artistas de los efectos especiales artificiales elaboran lo que se ve en pantalla, las inclinaciones en el set interior son épicamente malogradas, es como un ensayo de Infierno en la torre (1974), A night to Remember (1958) The Poseidon Adventure (1972), Titanic (1997), y Earthquake (1974) luchando contra el software digital (Blender, Autodesk, Cinema-4D); demasiadas como para repetir dentro del género del desastre sin aportar nada nuevo. Es un clickbait de pantalla chica que habrá dejado mucha butaca vacía en la pantalla grande.

Película que se resuelve lenta y plomiza.
Se nota que fue rodada con escasos medios y con pocos actores y extras, pero eso no justifica tantos fallos argumentales y erráticos. Como ejemplo en todo el film no aparece ni siquiera un coche de bomberos, amén de autoridades tanto de la política como policiales. El único que se entera de que algo no anda bien en la capital noruega es el personaje principal que no parece muy cuerdo, y otro de los investigadores fallecidos. Todo se suma a la parsimonia de los demás personajes que parecen que se hallan bajo los efectos de fuertes tranquilizantes pese a los acontecimientos que se van desencadenando, y que son para sospechar que algo raro pasa. Tiene un principio clásico del género con drama familiar, nada del otro jueves que no se haya abordado en otros filmes, y sólo se salva cuatro escenas casi finales bien logradas de efectos especiales de derrumbe de edificios.
En conclusión, un completo aburrimiento sólo apta dar unas cabezadas con la siesta de al mediodía.

El pretexto pseudo científico es insostenible para justificar el cataclismo de turno con el drama personal familiar asociado del ingeniero héroe protagonista, tal como corresponde al estilo americano holliwoodiense del más puro cine de consumo. Nada nuevo que añadir al anterior "Terremoto" (1974), que inauguró el sonido "sourround" en los cines (sonidos de baja frecuencia para conseguir que hasta las butacas se muevan). En los escenarios noruegos, la trama es gris, carente de alma y más fría que los glaciares árticos. No hay detalle en la película que merezca ser recordado, salvo los espectaculares paisajes de los fiordos.