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Doble impacto

Acción Dos hermanos gemelos fueron separados al nacer cuando sus padres fueron asesinados por criminales. Chad fue criado en París y Alex se convirtió en un insignificante ladrón en Hong Kong. Ambos han crecido sin conocer la existencia del otro y se han convertido en expertos en combate. (FILMAFFINITY)
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
10 de septiembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rey de la acción de artes marciales en los 90 comenzaba a llegar a la cima de su éxito, y aquí se les ocurrió que hiciera un doble personaje, y no como enemigos sino como aliados para llevar a cabo una misión de venganza y limpieza del honor de la familia en pleno Hong Kong.
Y ya sabemos como son las películas de este hombre, a las cuales no se les puede exigir mucho. Hay peleas con Van Damme abriéndose de piernas, chinos muy malos y fuertes, algún tiroteo y un guion pobre y previsible como mera excusa para la acción.
Es lo que hay, y tampoco pretende engañar a nadie o ser otra cosa. Yo crecí viendo estas películas, así que por mala que sea siempre le tendré un cariño especial por la nostalgia.
De hecho, no es ni mucho menos de las peores que ha hecho el dragón belga.
En cuanto a que haya dos, pues la verdad es que los efectos especiales no “cantan” mucho, y hay momentos en los que les vemos a la vez en pantalla, además de los habituales trucos de cámara y montaje. No les ha quedado muy mal y nos creemos que sean gemelos.
Lo que sí es un poco más cutre es que en el salto de 25 años que hay, el resto de personajes haya envejecido tan poco. Pero bueno, eso son cosas del cine.
Es tan solo un “clásico” del cine de Van Damme, al estilo de la acción de serie B de los 90. Y nada más.
i42poloj
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28 de enero de 2011
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Van Damme interpreta a dos hermanos gemelos separados al nacer cuando sus padres son brutalmente asesinados en Hong Kong a manos de un par de empresarios sin escrúpulos. 25 años después vuelven a verse las caras y unirán sus fuerzas para vengar la muerte de sus progenitores.

El guión de la película es muy malo y está poco desarrollado. Eso sí, escenas de acción no le faltan. Es una obra creada para lucimiento de Van Damme que poco a poco iba medrando en el cine de artes marciales. Hay lo de siempre tiroteos, peleas y explosiones por doquier pero la trama no es muy interesante y las escenas de acción tampoco son gran cosa. Me gustó la lesbiana guardaespaldas de los malos y su forma de acosar a la novia de Van Damme.
Harold Angel
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22 de agosto de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Van Damme es, sin duda, lo mejor que ha parido el cine de artes marciales. Es perfecto para la gran pantalla, su estilo combina gran plasticidad (cualidad adquirida del ballet), y contundencia. Si a eso le añades el cuerpo de una escultura griega, el resultado es un actor de leyenda. Creo que no tendremos nada parecido en mucho tiempo, o tal vez nunca. Guapo entre los guapos, el belga dejó huella en todos nosotros.

El film es una completa delicia y una de las mejores películas de acción / artes marciales jamás creadas. De la mano de mi querido Sheldon Lettich, podemos ver una trama sencilla y sin pretensiones, adaptada a este género tan particular, escenas de acción perfectamente realizadas (cuando el belga golpea, familia en luto), elenco formidable y avezado en el género, comentarios sarcásticos y divertidos …

La vi de crío y flipé, todavía la disfruto y solo diré que Van Damme representa todo lo que un hombre le gustaría ser.
muneshige
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4 de diciembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo bueno de estas películas tan terribles o deleznables, tan perfectas e insuperablemente malas, el cénit o clímax, solo se pueden igualar, nunca rebasar, increíble pero muy cierto, es que no se toman nada en serio a sí mismas, se ríen de su propio estropicio o gran miseria, se descojonan a muerte pero con cariño, saben al distinguido público al que va el producto dirigido, grandes chavalotes u hombres estupefacientes, de pelo en pecho, son conscientes de que es una reverenda mierda, tienen muy presente su bajeza artística, su mala catadura, la infinita torpeza, jodienda molienda, y, sobre por encima de todas las cosas, amén, no pretenden ni ambicionan nada, pagar las cuentas, comer, meter, dormir en caliente, no enseñan nada, no aleccionan ni sermonean o hacen jodida propaganda, no tienen ni ponen excusa o coartada alguna, no aconsejan, no tienen moral ni psicología ni principios ni vergüenza ni dignidad ni honor ni dirección ni sentido ni tanta otra parecida mierda, es el arte realmente por el arte de toma el dinero y corre y ya de paso córrete una juerga si toca, a nadie hace daño, solo a tu hígado y a tus entrañas quemadas, esa es su gran victoria, la exhibición/exaltación impúdica de su desfachatada oligofrenia, el baño, inmersión/chapuzón mediante, a capón, y reconocimiento en/de su amada subnormalidad profunda, ese sello de calidad que les distingue de todo el mediocre resto.
Es como la persona que lo ha perdido absolutamente todo en la vida, hasta la esperanza de salvarse de la quema, la familia, la pasta, la salud, el miedo, el amor, y que, justo por ello, por tanta monstruosa y melodramática carencia, ain't got no, i got life, se siente la mar de orgulloso de sí mismo, es la prueba de que algo anda bien en él, ese colosal fracaso le señala como a un elegido, dios se ha fijado en sus carnes, se ha tomado la molestia de putearlo un rato, no como a todos los demás a los que directamente ignora porque le aburren a tumba abierta con su cálculo y medianía, esa morosa medrosa falta de cojones, y esa paradoja espeluznante es la clave del éxito, la aceptación verdadera de la muerte como una siniestra broma macabra, decíamos ayer también.
Pero lo malo es que tiene un gran fallo de guion, un problema serio, y es que todos sabemos, porque de sobra lo conocemos, que Van Damme no tiene un hermano gemelo, se basta y se sobre él solo, dolo hay uno, por lo que ese actor que hace de casi él, de su dúplica, copia, plagio, doble o clon remedo, aunque se parece un huevo, eso por otra parte es completamente cierto, lo cortés no quita lo cafre, no da el pego, no llega a tanto, no cuela, no alcanza, por mucho que se afana y lo intenta, a Jean-Claude, nuestro héroe predilecto tan macho y maricón, y eso hace o provoca que se resienta tanto todo, el resto, la verosimilitud de la historia. Una pena.
Produce, escribe y mucho actúa, y se nota. Deja su huella en cada puta escena. De hecho, yo creo que cuando advierte/teme que algo puede tener algún mínimo sentido o atisbo de decencia cinematográfica, se encarga inmediata y ferozmente de sabotearlo, quitárselo de encima con cajas destempladas, como la caspa vieja, todo sea para que la obra sea coherente de punta a rabo o cabo, el mismo tono sepulturero de enterrador cansado así todo el santo puto rato la adorna, sin un halo átomo de vida, sin gracia, razón, cordura, probabilidad, altura de miras, elegancia o alma.
Lo mejor es, sin duda, el polvo onírico dadaísta daliniano. Ella me recordó a la de profesión duro espera un momento que ahora miro y sí, tú acertaste, yo no, es Kelly Lynch, la hija secreta del director, otra rubia gloria que no lluvia dorada, y él chino malo con un ojo a la virulé que maneja los barriles de brent a su antojo, de ahí las subidas y bajadas en el mercado de valores a este enojoso/engorroso crudo respecto, estamos en manos de un loco, la economía mundial, toda la negra energía, ese oro, depende de un majadero, este atlas psicotrónico y pantagruélico nos mueve como a muñecos, esa bolsa, más concretamente y mucho aunque no solo en el IBEX 35, la tierra tira, nadie es un profeta, en el que no pude parar de dejar de pensar durante toda la contemplación absorta de esta obra, si vender o comprar o no más petróleo, valores son amores, si quebrar un país de un día para otro o poner boca abajo Wall Street, comiendo de mi mano, si pelear a muerte con BlackRock en Torremolinos como el realmente superhéroe económico que soy por el destino de la humanidad, para salvar el mundo de las garras del diablo o si simplemente poner el cazo una vez más, dedicarme a recaudar los dividendos, como el maná, que tan generosa y constantemente me deparan mis grandes inversiones y que me llegan a mis saneadas cuentas bancarias casi todos los santos días, en esas estábamos enfrascados o inmersos, muy obnubilados.
El caso es que entre patada voladora y sangre que a borbotones corre o se derrama, he aumentado mi cartera y ya la tengo casi igual de grande y enhiesta como la del gran fucker Warren Buffet, ahí le ando, qué tiemble Rockefeller y toda su maldita progenie, pisándole los talones, silbándole al oído, mucho cuidado conmigo que no sabes con quién hablas.
Tú a Hong Kong y yo con King Kong.
Geoffrey, el padre de la criatura Julieta y el amigo de clint y su gorila.
Siempre está tenso, no se le ve relajado ni feliz, demasiada responsabilidad recae sobre sus espaldas belgas, Juan Palomo, yo me lo cocino yo me lo zampo. Ese sempiterno, la señal de la bestia, chichón en la frente es muy sospechoso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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3 de junio de 2023
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Nadie mejor que el propio Lettich, un leal y asiduo compañero de armas, al guión o dirigiéndolo en previos y en posteriores vehículos para su lucimiento, para saber que hasta este momento, estilismo aparte, la carrera de Van Damme ha explotado tres roles diferenciados por su personalidad y peinados: villanos macarras con el pelazo "patrás", héroes con tupé y los chicos buenos con "raya al lado".
Dicho esto, ya iba siendo hora de juntar al bad guy y al héroe en una misma película para que los músculos de Bruselas se peleasen contra sí mismos -croma, trucos y dobles mediante, supongo- y, cuando toca, contra otros contrincantes en común (Bolo Yeung, de nuevo, o la hexacampeona de Ms. Olympia, Corinna Everson) o, peleándose dentro de otras modalidades, Alonna Shaw.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
antonio lopez herraiz
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