Nómadas del viento

Lo siento por ir contra la corriente, pues veo que a mucha gente le gustó el documental. Pero en este caso, me cuesta hacerme el distraído.
Primero de todo, quiero señalar: lo que cada uno puede esperar de una película, es algo subjetivo. En mi caso, de ver un documental, que como se infiere del término, ‘documenta’, espero que me refiera con cierto detalle a aquello que está ‘documentando’, ese hecho de la realidad. En ese sentido, los documentales que más me llegaron, y gustaron, son aquellos que me educaron, que me aportaron nueva información sobre temas que no estaba muy informado.
Cualquiera fuere el caso, creo que quien dirige un documental, tiene cierto compromiso, una responsabilidad de mostrarme la realidad con cierta objetividad: en tal caso se puede hablar de ‘documental’.
Ahora bien, desde los 80’- 90’ para acá, calculo, he visto algunos documentales sobre el mundo animal y vegetal que, aprovechando los avances de la técnica, se destacan por la fotografía: hermosas imágenes, y bella musicalización, y por contrapartida tienen pocos diálogos, poniendo de relieve el mostrar la naturaleza, digamos, en estado puro.
En una primera mirada de esta película, pensaría que hay más cosas para decir, que me podría brindar información adicional a la corriente, aquella que no manejamos. Por decirles: ¿por qué se da que las aves vuelan ubicándose en posiciones simétricas?, ¿cómo varían su alimentación entre lugar y lugar, estación y estación? No sé, es lo que se me ocurre ahora. Coincidiendo con otro comentario, lo que se muestra en su lugar, bellas imágenes, a veces repetidas, como el de aves volando de lugar en lugar, se me hizo extenso.
Ahora quiero entrar en un tema puntual: la civilización, el hombre, y el efecto en la naturaleza y en la vida de estas aves. En el pasado siglo XX, y en lo que vamos del siglo XXI, el avance tecnológico e industrial llevó a una deforestación y degradación de la tierra que no tiene parangón en la historia pasada del hombre. No me quepa duda que ello tiene que haber afectado la vida y los hábitos de estas aves: el Nro de ellas, los lugares de tránsito, posiblemente sus hábitos alimenticios, etc. Pensemos, por ej., en la caza de ellas, el efecto de la contaminación, los cambios en los hábitats. ¿No hay nada para decir? (algo amplío en el spoiler).
Aquí existen cuestiones que, usando la expresión, ‘se prefieren echar debajo de la alfombra’. Creo que conscientemente se buscó hacer un documental políticamente correcto, dado que tendría mayores posibilidades de reconocimiento, que es lo que finalmente ocurrió (amplío en el spoiler).
Respeto a quienes disfrutaron de este documental, no obstante les pido que piensen en estas otras cosas: hay muchas cuestiones, importantes, que debieran modificarse en nuestro planeta tierra.

De todas las cosas que pueden hacer que una película valga la pena, la belleza de las imágenes es tal vez de las menos necesarias. Pero en este caso son tan hermosas que es francamente arrebatador, que momentos tan increibles han captado. Puedes decir que no es una buena película porque le falta todo lo demás, no me importa, sólo han querido que hable la belleza de la naturaleza y hay de sobra. Así que a gozarla.

Un documental de imágenes, con escasas palabras, lleno de fuerza y de vida. Volaremos al lado de las aves, nos sumergiremos con ellas en las profundidades e inmensidades, los vastos territorios, los parajes únicos, en la belleza más extrema.

Una fantástica producción acompañada de una no menos maravillosa banda sonora. Una estupenda opción para disfrutar con la vida de nuestro planeta.

Que la madre naturaleza es sabia, todo el mundo lo sabe y más después de ver esta película documental tan sumamente preciosa, que sin su ayuda no se podría rodar. Poco o muy poco nos diferencia del resto de seres animados de la tierra, cooperamos, peleamos, amamos todos igual y es lo que se nos muestra en este compendio de imágenes de una belleza increible.
Supongo que perseguir a los pájaros durante años, hace que tengas muchisimo material para montar, pero supongo también que en muy pocas ocasiones se puede llegar a tener material de esta tremenda calidad, hay ocasiones en las que puedes sentir un aleteo, un picotazo a tu lado, y es que la cámara está dentro de la acción totalmente y no podía contar con unos actores mejores que estos.
La lástima es tener que ver todo este espectáculo en una pantalla pequeña, cuando sin dudarlo tendría que disfrutarse de ella en un Imax o en una buena sala de cine para captar todo: la emoción, la lástima, la tremenda música, la inmensa dirección y el inmenso trabajo musical de Bruno Coulais.
Ahora después de verte la película piensa en el cambio climático, un problema de grán magnitud, y si hasta ahora no te preocupaba piensa en esta película, y recicla.
Película muy recomendable, aunque no te gusten las de pájaros.

Es un trabajo titánico para disfrute del espectador, que lo único que debe hacer es dejarse llevar de un continente a otro, relajado, flotando en el espacio aéreo; sobre el lomo acolchado de un pelícano, un ganso o una grulla; sin reloj, sin rompecabezas; planeando sobre el mar, sorteando picos montañosos, aterrizando en paraísos; con las ventanas de los sentidos abiertas de par en par. Solo al tanto de que un desaprensivo escopetero, no nos arruine el viaje.

Jacques Perrin, el entrañable Totó adulto de Cinema Paradiso, junto a Debats y Cluzaud, rinden un homenaje tan cordial a la naturaleza, que si el público fuera capaz de mantener, en su cotidianidad, el nivel de complicidad que comparte durante el metraje, los de Greenpeace pasarían a ser unas hermanitas de los pobres, comparados con las hordas militantes que salen concienciadas de las salas, o sus casas, tras el documental.

Sí, emociona la belleza del vuelo, los singulares paisajes, las aguas cristalinas y cabrea mucho conocer el irreparable daño que estamos provocando en la casa de todos, en nuestro precioso y preciado hábitat.
Todo sucede desde una pasmosa pasividad, permitiendo que los individuos menos escrupulosos tomen decisiones impropias de un conservacionista elemental: uso abusivo de carburantes fósiles, tolerancia absoluta con los plásticos, envenenamiento de las aguas, utilización industrial de peligrosos recursos que somos incapaces de controlar (Chernóbil, Fukusima...)

La falta de respeto es tan clamorosa que un día la tierra se defenderá, y tiene bastantes más recursos para arrinconar a sus atacantes de lo que nos podemos imaginar.
Las aves molan. Los imbéciles no.