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Regreso a Hope Gap

Drama Edward toma la decisión de dejar a su mujer Grace tras 29 años de matrimonio. A partir de este momento, cada uno de ellos, a su manera, buscará la forma de rehacer su vida en un pequeño pueblo costero cerca de los acantilados de Hope Gap.
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
4 de septiembre de 2020
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se dice que leemos los periódicos que refuerzan nuestras opiniones, por eso es tan difícil salir de la zona de confort y escuchar al otro sin prejuicios. Hagan la prueba, cambien en casa los roles y adopten los argumentos de su pareja, y su pareja los que usted defiende. A ver si nos entendemos así.

El run run mental es suficiente para que alimentemos la imagen del mundo que nos ayuda a seguir adelante.

En Regreso a Hope Gap hay tres historias, cada una nutrida por un personaje. Los vínculos emocionales son difíciles de establecer, no porque la distancia anglosajona sea mayor que la mediterránea, sino por el dolor que existe en cada uno de ellos.

Un divorcio siempre se dice que es un fracaso de los dos, aunque sea uno el que decante la situación (el otro calla o no ve, o no quiere ver, generalmente).

Aquí entra en escena el hijo adulto, que ya tiene bastante con su vida minimalista en Londres, como para volver a la casa vintage atestada de trastos para hacer de correo entre sus progenitores.

Impresionantes los exteriores de Seaford y Hope Gap, en Sussex. Insuficientes, sin embargo, para colmar la felicidad de una esposa acaparadora y un marido condescendiente con la vida que le ha tocado.

Tanto acantilado hace pensar que alguno acabará en un suicidio.

Como buenos hijos, no le podemos pedir nada a un padre o a una madre, más allá de ciertas guías para el trabajo o dinero los fines de semana hasta que nos independizamos.

Pedirle a una madre que no viva por su hijo, que se suicide si quiere dejar de vivir, que por él no se preocupe, es duro. Y además, junto al precipicio.

La decisión de vivir por uno mismo es individual. A veces es el progenitor el que no es capaz de cortar el cordón umbilical que le define como responsable de la criatura, y es la criatura la que nos da el empujoncito para saltar del nido.

O es la pareja que durante tres décadas ha aguantado su amargura en silencio, quien decide que ya es el momento de que vivamos felices en casas separadas. Siempre hay luz al final del túnel. Y felicidad elegida.

https://www.yellowbreak.com/regreso-a-hope-gap-hasta-en-sussex-se-divorcian/
Rosa Panadero
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23 de octubre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
William Nicholson dirige este film que causó sensación en el Barcelona Film Festival 2020, donde ganó el premio a la mejor película y al mejor actor (Josh O’Connor, conocido por su trabajo en Los Durrell y The Crown). Está basado en su obra de teatro The retreat from Moscow, origen que quizá puede apreciarse en algunos diálogos, más propios de un escenario que de la gran pantalla.

Aún así, no deja de ser una cinta convincente. Probablemente no sea el mejor drama romántico, ni destaque entre los de su categoría. Sin embargo, puede que sí sea uno de los mejores retratos de la situación que plantea, pues es muy real –con toda la crudeza que supone– y muy humano.

Nicholson define con mucha precisión a tres personajes (una pareja y su hijo) que tienen que procurar seguir adelante tras el fin de casi 30 años de matrimonio, cada uno con su historia y su visión de la vida, algo que se plasma eficazmente en las diferentes voces en off que narran el relato. La originalidad del largometraje la aporta el papel de Josh O’Connor porque, aunque lo más habitual en otras propuestas es ver cómo afecta la separación a los hijos pequeños, en este caso el hijo ya es mayor.

Eso no quita, de todas maneras, que sea una coyuntura igual de dolorosa ante la que es difícil sobreponerse. De hecho, la madurez de Jamie le mueve a cuestionarse más la felicidad de sus padres y no tanto la suya, como sucede en la infancia. Por otro lado, es muy interesante el equilibrio que mantiene, sin posicionarse del lado de nadie, aunque intentando comprender las motivaciones de todos.

El elenco es clave para que funcione una trama en la que lo importante son las conversaciones y las consideraciones. Y, sin duda, Annette Bening, Bill Nighy y el mencionado O’Connor están sublimes con sus interpretaciones. Asimismo, la ambientación que los encuadra es magnífica y la fotografía muy buena. La experiencia estética puede resultar abrumadora: los paisajes –preciosos– están perfectamente seleccionados y acompañados por una banda sonora que pretende exagerar la emoción.

Regreso a Hope Gap es, en definitiva, una película lenta, que observa, sutil, elegante y madura; también dirigida a espectadores maduros. Con reflexiones más o menos acertadas y algunas escenas muy duras, no quiere dar una lección sino mostrar una realidad cruda. No solo propone un concepto del matrimonio al que no acostumbra el género, sino que también es una carta de amor de un hijo hacia sus padres y una cavilación acerca de cuándo cortar lazos: cuándo dejar ir y cuándo abandonar el nido.

www.contraste.info
Revista Contraste
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22 de octubre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Amargo destino

William Nicholson se enfrenta a su segunda película con una historia que narra la separación en un matrimonio de larga duración. De esta manera, Regreso a Hope Gap se adentra en la repercusión y consecuencias de tomar una decisión que no suele darse en las parejas más añejas. Sin embargo, en esa singularidad es donde halla su mayor lucidez, al realizar un retrato de una visión del amor distinta. Por lo cual, el planteamiento es sincero y demuestra la complejidad de las relaciones de pareja. A ello se une un buen aderezo donde los matices emocionales se conjugan perfectamente con el cambio de escenario. Asimismo, se deja patente que las separaciones, incluso con los mejores sentimientos que se puedan tener, no son fáciles de abordar y provocan gran dolor entre los que se producen.

Los dos personajes protagonistas tienen una personalidad marcada, al igual que la concepción del hijo de ambos. Por lo que, hay que aplaudir que tenga una profundidad suficiente. Incluso, en el caso de Grace, hay piezas contradictorias, que presentan esa vorágine confusa tras ver que todo tiene un final. A pesar del buen hacer del libreto en sus personajes y en la premisa principal, termina por perderse en una reflexión redundante. En consecuencia, realiza varios recorridos en círculo, que dejan un poso de pesadumbre y se aleja de la introspección que se consigue en otras partes del film. Por esta razón, aunque hay partes notables, se opacan por un exceso de sentimentalismo. Esta falta de definirse le pasa factura, aunque sigue manteniendo un buen resultado en su conjunto completo. Además, el final tiene una atmósfera romántica que deja una sensación agradable.

*Caminos separados

Uno de los aspectos que hacen tan especial Regreso a Hope Gap es el duelo interpretativo que se produce entre Annette Bening y Bill Nighy. Al igual que ocurriese con Scarlett Johansson y Adam Driver en su “Historia de un matrimonio”, este dúo lo aborda desde una perspectiva humana. No obstante, no consiguen la misma química y el mismo desgarro interior, al no verse apoyados por un guion más sólido. Aún así, Bening se encuentra ante una interpretación llena de claroscuros, que le dejan dar rienda suelta a esos detalles expresivos tan sutiles, pero totalmente perceptibles. Asimismo, sabe cómo equilibrar su parte más dramática, con un uso del humor ácido con soltura y disfrute. De esta forma, se muestra cómoda en todo momento en pantalla, dejándose llevar por ese camino existencial que le regala su personaje. Totalmente verosímil.

El otro contendiente, Billy Nighy, se mantiene en un perfil más templado y menos visceral. Pese a ello, no deja en absoluto una sensación de planitud, sino de un sentimiento más íntimo, más pausado. Por esa razón, forma tan buen equipo con Bening. Sin embargo, hay momentos en los que podría cuidar un poco más su presencia escénica, dándole un punto de vigorosidad elegante. En cambio, sus mejores momentos son cuando él mismo se convierte en una metáfora de la melancolía solitaria. Después, una de las gratas sorpresas de la cinta es Josh O’Connor, el cual evoluciona durante el largometraje de una forma favorable. Mientras que al principio es una pieza circunstancial, acaba por ser el catalizador del torbellino de recuerdos y de sentimientos, con una luminosidad característica. También da gotas de ternura, que conectan perfectamente con el espectador.

*El envoltorio del caramelo

El propio nombre de Regreso a Hope Gap indica perfectamente cuál va a ser el telón de fondo de esta situación tan cotidiana, pero pasional. Para comenzar, la dirección de fotografía sabe captar el influjo de Hope Gap sobre toda la película, dando unos encuadres realmente hermosos. Así, logra dar una potencia y vigorosidad al significado de este emplazamiento acuático, que envuelve al público con su magnificencia. Por esta razón, hay que aplaudir la decisión de dar tanto poder a la imagen, ya que se convierte en uno de los atributos de la película más brillantes en su realización. La importancia que se da a ese mundo exterior, que forma parte del interior, es pura poesía visual, lo que da un carácter con personalidad al film. El público realiza ese retorno junto a los personajes, sin ningún problema.

La dirección artística también ha sabido sacar partido a esa simbología, que significa tanto para la historia y sus personajes. Por lo cual, la puesta en escena se torna más compleja en los pequeños detalles, como las piezas de colección o las tazas de té. Por este motivo, se echa en falta que se hubiera aprovechado más todo este influjo que goza de tanta sensibilidad de una manera narrativa más extensa y significativa. Aun así, por esa delicadeza técnica, merece la pena disfrutar de esta película. Luego, el montaje es ameno, tranquilo, lo que provoca que se eche en falta algún punto de momentos cumbres y no sea todo tan sencillo. Por último, a pesar de las mejorías que pudiera presentar el guion, el final es un cierre que encandila por el viaje personal que se realiza durante todo el largometraje.

*Conclusión

Regreso a Hope Gap es una película que muestra una separación que no se suele ver en la ficción, dejando un buen planteamiento emocional y sentimental. Sin embargo, divaga en su desarrollo, dejando un relato que no llega a completarse y se queda a medio gas. Aun así, el final es toda una metáfora en sí misma. Por otro lado, el poder de la imagen es excelente, siendo uno de los mejores aspectos del film. Hay un cuidado, que es pura poesía visual. Después, Annette Bening está soberbia, acompañada de un notable Bill Nighy y un sorprendente Josh O’Connor. Una despedida emocional interna, que se deja cosas por decir, pero reivindica la complejidad del sentir.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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23 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
William Nicholson es un prestigioso veterano escritor y guionista de cine, de su privilegiada mente salieron películas tan ilustres como “Invencible”, “Gladiator” y “Los Miserables”. Como director solo cuenta con un par de películas. La primera fue hace casi 25 años, se trata de “A la luz del fuego” un drama romántico que se desarrolla en la Inglaterra de 1838 y el que tuvo una buena acogida en el Festival de cine de San Sebastián donde gano varios premios. Ahora nos presenta su última película, una cinta escrita también por él y basada en su propia obra teatral. La película fue premiada como mejor película en la última edición del BNC Film Festival.

La película es claramente un drama sobre la crisis de un matrimonio maduro, que después de más de treinta años de convivencia, entra en una crisis existencial. Su punto más álgido se produce con la llegada a la casa del único hijo del matrimonio. La pareja vive en Sessx, junto a los acantilados de Hope Gap. Estos acantilados tendrán mucha importancia en el transcurso de la trama, porque forman parte de la historia.

La pareja es muy diferente entre sí, ella (papel que interpreta una siempre magnifica Anette Benning) es una mujer muy exigente, mandona y dominadora, que le guste llevar el mando de todo, mientras que él (papel interpretado por Bill Nighy) es más un hombre más callado y complaciente. Lo que pasa que el amor se ha terminado, y el marido ya ha encontrado otra relación más allá de su matrimonio. Está ruptura será como un jarro de agua fría para el hijo (papel interpretado por Josh O`Connor), que, pese a su edad, todavía no ha encontrado su equilibrio interior y se verá un poco perdido con esta situación.

En este caso el aspecto fundamental que hace que la película funcione y salga adelante son las estupendas interpretaciones de los actores, el guion también está bien, pero a menor nivel que las interpretaciones. Se nota mucho que Nicholson se desenvuelve mejor en los guiones que la dirección, para mí gusto en este caso me parece algo plana y convencional. En ningún momento arriesga demasiado. Se nota claramente que viene de una obra teatral, casi todo ocurre en pocos escenarios y lo principal son las conversaciones entre los protagonistas.

La película lo que pretende es mostrarnos y reflexionar sobre el paso del tiempo y sobre los fracasos propios e individuales que van surgiendo con la convivencia en pareja. Y lo más importante es que da igual la edad que tengas, los problemas pueden venir en cualquier momento.

Lo mejor: Las interpretaciones de los actores y las bellas imágenes aéreas.
Lo peor: La dirección es algo plana y evitando riesgos.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
LASO83
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20 de noviembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película muy intimista. Los actores espectaculares . Bill Nighy muy en su caracterización, serio, pausado , tranquilo, muy británico. Anneete Bening todo lo contrario; activa , dinámica , existencial, un poco neurótica.
Un retrato íntimo del desamor en la pareja avanzada. Muy actual.
Lo complementa una música envolvente y un paisaje soberbio.
Da gusto ver esta película.
Vipe
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