Cheers (Serie de TV)

-Ponme un whisky con hielo.
-¿No crees que ya has bebido demasiado?.
-La ultima.
-Era la última hace una hora.
-Te lo juro por el niño Jesús, si te miento me puedes echar como a un perro.
-No me fastidies hombre, sabes que podría echarte cuando quisiera.
-Venga, por lo viejos tiempos.
-¡Que viejos tiempos! Si hace solo dos semanas que vienes por aquí.
-Bueno, tú ya me entiendes.
-De acuerdo, mira ésta ya es la ultima.
-Casi me tratas como si fuera un ladrón y yo siempre pago esta ronda.
-Pero por el amor de Dios, ten un poco de dignidad. Ya no sabes ni lo que dices. Toma, whisky con hielo.
-Gracias de todo corazón, ¿sabes que eres mi mejor amigo?.
-Sí, ya seguro. ¡Pero no bebas tan rápido, hombre!
-¡Gurpsss! Venga, otra por nuestra amistad.

Dedicado a todos los santos bebedores, filósofos de barra, que buscan un lugar en el mundo en el que poder ahogar su penas. Ese lugar bien podría ser uno muy parecido al de Cheers. Buen ambiente y buenos amigos.

Excepcional, maravillosa, entrañable, insuperable...

Todos los adjetivos se quedan cortos para calificar la -para mí- mejor serie de televisión de todos los tiempos. Fuente de inspiración de casi todas las series de comedia que han venido despues, y algunas siguen: Frasier, por ejemplo.

Fundamentalmente las primeras temporadas con la espléndida Shelley Long.

Aquellos jóvenes o no tan jóvenes que no la vieran en su día deben buscarla urgentemente. Otra cosa es que la encuentren porque, lamentablemente, no se encuentra más allá de la quinta temporada, y eso con suerte.

Es una pena.

Esta serie bien podría asimilarse a una cerveza: Refrescante pero con un gusto amargo. Al igual que la cerveza la primera vez que la vi no me gustó, me parecía un tanto deprimente ya que estaba llena de perdedores. Luego me hice mayor (la vida es dura) y volví a verla y descubrí que tal vez no fueran tales perdedores sino personas normales con sus dificultades y su excentricidades.
De acuerdo es una serie de humor y los personajes son un tanto exagerados: Sam el egomaníaco, Cliff el estúpido (por definición), Norman el resignado... Resultaba un poco triste pero a la vez daba una sensación de familiaridad como si esos personajes los hubieras conocido siempre. ¡Que diferencia con los personajes de cartón piedra de muchas series de hoy!.
Los guiones eran estupendos y las tramas que componían el episodio estaban muy bien trenzadas.
Tengo que volver a verla.

Para valorar esta icónica serie hay que hacerlo de dos formas. En primer lugar en términos de relevancia dentro de la historia de la televisión su importancia es fundamental, siendo una de las precursoras de las sitcoms que posteriormente saturaron la parrilla televisiva, y con unas mecánicas, desarrollo de personajes y estilo fílmico, que ha sido replicado con mayor o menor éxito, infinidad de veces. Por lo que si quieres tener una visión global de lo que son las comedias de toda la vida, es indispensable verla.

Por otro lado en términos de contenido lo cierto es que pese a tener de un innegable encanto flojea en varios aspectos a la hora de elaborar buenas tramas o chistes ingeniosos. Once temporadas con un total de doscientos setenta y cinco capítulos es una mochila demasiado grande para que seis personajes poco desarrollados soporten el peso. Y eso que dos de los que empezaron, ya sea por abandono o defunción, no acabaron la serie, y Frasier se unió al reparto regular con la ficción ya empezada, eso sí, superando en protagonismo y complejidad argumental a la mayoría de sus compañeros.

Los chistes en su mayoría están cogidos por los pelos, y al contrario de lo que debería ser habitual, reírse es la excepción a la regla, salvo en capítulos de enredos y confusiones, los mejores sin dudas, pero también los más escasos. Analizando cada personaje individualmente, tenemos a Sam como dueño del local, cuya personalidad va cambiando según les interesa, siendo sus ligues el hilo conductor durante muchas temporadas para después caer en el olvido y perder importancia, aunque parecido es el caso de sus contrapartidas femeninas, Diana y Rebeca, la primera perdiendo su carácter feminista con el paso de los años y la segunda su ímpetu profesional con multitud de episodios en los que se convierte en una extra con apenas diálogo.

Algo parecido pasa con la camarera malhumorada Carla, muy bien aprovechada en las primeras entregas para después desaparecer, no solamente a nivel personal, si no dentro de los gags. Entrenador y Woody, la misma cara de dos monedas diferentes, sí que dan mucho juego en todo momento y sin duda son los mejores de la serie y los más entrañables. Quienes siempre están ahí, físicamente en sus taburetes y argumentalmente, son Norm y Cliff, ellos son el motor de "Cheers" y aunque sus personajes no evolucionan un ápice, siempre tienen algo que decir o hacer, por muy absurdo que sea, para sonsacarnos una sonrisa, o en el peor de los casos, dejarnos boquiabiertos con comentarios ofensivos que hoy en día no pasarían el corte de la censura de lo políticamente correcto.

En conclusión, aunque tenga sus peros y el paso de los años le haya hecho mella, es una serie que hay que ver sí o sí para entender y conocer el germen que originó obras maestras de la televisión como "Friends", o en mayor medida "Frasier". Y siendo sinceros, para ver el noventa y nueve por ciento de la basura genérica hecha para rellenar plataformas vacías de contenido original, mejor darse una vuelta por Boston, entrar en Cheers, tomarse una cerveza y lo más importante, decir "Nooooorm" en cuanto le veas entrar por la puerta.

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No pasa de Notable esta gran serie que si bien posee un aire familiar y bien divertido no alcanza las cotas más altas en cuanto a la calidad de sus elementos narrativos y televisivos. Si bien los personajes eran pintorescos y amigables la búsqueda de la RISA FÁCIL era EVIDENTE en algunos casos y no siempre conectaba con un espectador como yo. Depende mucho de que te pillara en un día tonto podías reírte o no con un mismo chiste !! y éste era el gran problema: que su humor no era para todos !! Había veces en que yo desconectaba de esta serie ya que no me sentía parte de aquella GRAN FAMILIA de bebedores irredentos con personajes como el de Norm que no cambiaban nunca etc. Bueno sí, es cierto ! había algo exclusivo en torno a Cheers y yo no quería formar parte de aquello ! !

Por otra parte, no me parecían SALUDABLES los hábitos de vida de esa pobre gente y nunca los consideré mi FAMILIA ! ! me daba un poco de pena ver a aquellos señores amargados y enganchados a la bebida sin NADA MEJOR QUE HACER en todo el día que regurgitar chistes en torno a la barra de un triste bar ! ! No le puedo dar más de un 7 a pesar de que el ambientillo ese de tugurio subterráneo de Boston siempre me gustó ! FIN .