Haz click aquí para copiar la URL

Next FloorCortometraje

Fantástico. Drama Durante un lujoso y opulento banquete, once huéspedes consentidos participan en lo que parece ser una matanza gastronómica ritual. En este universo grotesco y absurdo, una secuencia inesperada de acontecimientos desestabiliza la eterna sinfonía de la abundancia. (FILMAFFINITY)
<< 1 2
Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
6 de diciembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otros críticos de esta página han analizado brillantemente el corto. Hablan de una alegoría sobre la corrupción. Posiblemente sea así. Se puede plantear quizás otro análisis desde dos puntos de vista: el argumental y el cinematográfico.

La puesta en escena de Villeneuve es soberbia, un edificio aparentemente abandonado, sin más mesas que las de los comensales, no parece un restaurante, sino el comedor de una casa-bien o de un palacio venido a menos. No obstante su aspecto descuidado es llamativo, tan solo está iluminado por esa lámpara eterna e imprescindible. No veremos ni las cocinas. Poco importan en la historia. Villeneuve se centra en ese comedor polvoriento. Y pronto descubriremos la causa del polvo. Los comensales son otro punto de interés; aparte de gente rica, hay gente uniformada, todos blancos y como poco, de mediana edad. La educación que se podría esperar en la mesa, sin embargo, brilla por su ausencia. Esa glotonería rayana en la obscenidad la transmite Villeneuve de manera ejemplar, jugando incluso con la velocidad de las imágenes, como si fuese un programa de "Planeta Carnívoro" . Y luego está el servicio, que parecen más un equipo de artificieros, siempre con precaución y miedo al servir los platos, que unos camareros sensu stricto. Destaca también la falta de diálogos, salvo la frase que da título al corto ¿para qué más?. No obstante, el ruido al deglutir sí es otro de los personajes y tiene mayor importancia que cualquier diálogo que se hubiese añadido.

En el plano argumental, poco más hay que señalar, aparte de lo ya indicado por los compañeros que me precedieron. Es una alegoría sobre quizás el poder absoluto o bien sobre la corrupción. Lo que está claro es que, conforme descienden los pisos, cada vez son más voraces y les importan menos la compostura, como quién alcanza el poder y no se plantea dejarlo. Sin embargo, una de las comensales intenta dejar esa espiral de voracidad, pero son los propios camareros sirviéndole aunque no quiera, y los otros comensales, los que al final, la empujan a comer. ¿La corrupción es cosa de todos? ¿Es la propia sociedad la que facilita su presencia en la misma? Y luego está la comida: solo carne. O lo que es lo mismo: seres vivos. Una metáfora, quizás, de la absorción de la vida de los demás por la maquinaria de los poderosos, que nos engullen despiadadamente.

No sé, juzguen ustedes cual es el mensaje.

Señalar por último , que comilonas gloriosas se han visto en "La grand bouffée" y en aquel episodio de Monty Phyton de "El sentido de la vida", sin embargo, este corto resulta ciertamente desagradable y satisfará enormemente al mundo vegano.
Quinto Sertorio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay comensales desaforados y niveles que bajas hasta el ..... la deja sin acabar. Pero si ésta no es El hoyo, en qué estaría pensando. Si vas a copiar, hazlo de cortos que pasen más desapercibidos. Quincey Jones dijo, muerto Michael Jackson, que había copiado mucho. Supongo que se lo montaría mejor que vosotros que sois unos pringaos.

Alegoría de la lucha de clases presentada en envoltorio de lujo pero con contenido muy superficial. Uno diría que la entiende, en lugar de como una teoría político filosófica que basaba sus resultados en criterios estrictamente científicos (materialismo), como una doctrina para rencorosos o envidiosos. Más "perroflauteril" que del materialismo marxista de Gustavo Bueno. No sé si Villeneuve, que ahora ha tenido éxito, se incluiría en esa piara de puercos/as o mantendría la distancia del progre hipócrita forrado.

Van bajando niveles según su avaricia y ambición desmedida de cerdo voraz va aumentando y tenemos al chef mirándonos y preguntándonos si no vemos lo que está pasando. Lo hubiera entendido mejor si lo hubiera hecho unos años más tarde, en la crisis financiera, cuando todos estábamos tan cabreados.

Bien realizado, con su correspondiente estética grotesca deluxe, un envoltorio apetecible para un relleno tan pobre. Es tan culinaria, es como si te comes un canapé y lo mejor es el hojaldre.
Bartleby
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos comen, todos se vigilan.
Los ruidos y regurgitaciones son de las que te acompañarán mucho después.

Y cada vez más pesados, y cada vez más encerrados en su entropía.
Hay que seguirles, hay que procurar que su banquete sea opulento y magnífico.

Ah, pero... ¿tenemos que bajar siempre las escaleras, hasta el fondo?
Una pregunta que merece la pena plantear.
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jugosa sinfonía de los sentidos, apetitos, oda a la gula, homenaje a los veganos,etc, etc.
Pero lo que me subyuga en ambas acepciones del término, oprimir y seducir es la suntuosa puesta en escena, el fastuoso abanico de colores, esa paleta que mezcla la opulencia con la despampanante plasticidad que destilan los platos, por repulsivos que puedan llegar a resultar, toda una oda a los extremos, a lo pomposo y buscando significados, los tiene o no, para mí es irrelevante y lo que me cautiva en menos de 10 minutos son las libres y múltiples interpretaciones que se pueden hacer y todas valen o ninguna, fabulosa fábula.

Viéndola por primera vez me evoca, la gran comilona, el cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, el ángel exterminador.
Por un instante imaginé en dibujos que hubiese resultado pero no, así el clímax de dramatismo y grotesco existencialismo es impagable, tiene mucha más garra y viveza de detalles.
La textura del color inquietante y profusión de lujo, recuerda a Peter Greenaway, es un despliegue opulento visual.
El mago canadiense dotado para hábiles movimientos de cámara, puestas en escenas barrocas, austeras, precisas, nos sorprende con un ejercicio de sofisticación tanto visual como argumental y el contrapunto es la música que nos acompaña ejerciendo los influjos toques surreales que adornan la historia.
Todo un lujo para los sentidos y una evocadora lujuria para los hambrientos.
Un capricho decadente y maravilloso.
Zappianin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow