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La joven

Drama Miller es un guardabosques que vive en una desierta isla cerca de la costa americana. El otro habitante de la isla es Ewie, una huérfana inocente e ingenua de 13 años, hacía quien Miller se siente irresistiblemente atraido al descubrir que se está convertiendo en mujer. Cuando llega Traver, un inocente músico negro huyendo de un intento de linchamiento por una falsa acusación de violación, Miller quiere delatarle para deshacerse de él. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
14 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Creo que es una de mis películas más personales". Así la definió el propio Buñuel. "La joven" fue el segundo intento del director después de "Robinson Crusoe" (1954) de abrirse la puerta de Hollywood en la dirección. Coproducción estadounidense con México, país donde Buñuel había retomado su faceta como director a finales de los 40 después de un periplo de unos años en USA ejerciendo distintas labores en otras áreas cinematográficas. Los férreos esquemas morales de "buenos y malos" imperantes en el cine de la época norteamericano no encajaban con el distanciamiento imparcial con el que Buñuel presentaba a los personajes y sus acciones. La puerta de la industria USA se cerró para siempre.

"The young one" (La joven) quedó perdida en un limbo en la carrera de Buñuel, entre sus famosos comienzos surrealistas y su reconocimiento europeo posterior. Enterrada en su periodo mexicano preñado de cintas
comerciales para consumo interno.

El mismo productor Georges Pepper y el guionista incluido en la lista negra de Hollywood Hugo Butler con los que ya había trabajado en "Robinsón Crusoe" apostaron por un relato corto (Travellin´ Man) del naturalista y escritor neoyorquino Peter Matthiessen, con el que a la postre muy poco tiene que ver la concepción de la película. Ambientada en una isla de Carolina del Norte se rodó íntegramente en México en apenas 18 días.

Rodada básicamente según los cánones clásicos del cine norteamericano próximo a la Serie B, Buñuel aporta un desarrollo formal despojado de todo lo superfluo, manteniendo el ritmo y el interés por la historia, añade sus elementos simbólicos personales sobre todo en la utilización de animales, mete sus puyitas a la iglesia con algún dialogo demoledor y apuesta como mayor baza por el riesgo de no juzgar a los personajes, dejarlos evolucionar como seres humanos con sus luces y sus sombras influidos por la presión social. El racismo, el erotismo virginal de la joven Evvie, interpretada por una novel e inexperta pero de gran presencia Kay Meersman que no lo paso muy bien en el rodaje, la violación, temas delicados sobre los que revolotean los personajes en una ambigüedad que lo preside todo. Personajes en los que afloran sus contradicciones. Los buenos y los malos ya no existen la gama de grises se adueña de la pantalla y es el propio espectador quien debe aportar su propia moraleja.

El director de fotografía mexicano Gabriel Figueroa justifica su fama como tal, el reparto con actores norteamericanos y el mexicano Claudio Brook (futuro Simón del desierto) solventan sus roles con eficacia en esta "rara avis" de la filmografía del de Calanda que merece sin duda ser recuperada.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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26 de abril de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una isla, en cualquier lugar de los Estados Unidos de Norteamérica (aunque la película fue rodada principalmente en Acapulco, México), van a encontrarse, y a chocar, un hombre afroamericano, llamado Traver, quien, según remembranza que él mismo tiene, huye de las autoridades, pues, se le sindica de alguna suerte de delito; y con quien va a encontrarse es, Hap Miller, el guardabosques que acaba de quedar a cargo de una bella muchacha de 14 años que acaba de perder a su abuelo, Peewee.

Miller es un racista, pero, Traver tampoco oculta su resentimiento por los blancos, por quienes, seguramente, se ha sentido maltratado y discriminado… y pronto vamos a ver que, entre ellos, hay otras semejanzas bastante curiosas (ambos son músicos, pero, carecen de escrúpulos para matar y comer animales; ambos gustan sin malicia alguna a la joven Evalyn, y ambos se sentirán amenazados por un hecho semejante... con la diferencia de que uno lo cometió y el otro no).

Basado en una temprana historia titulada, “Travelin Man”, escrita por el naturalista y habitual escritor de novelas selváticas, Peter Matthiessen, el guion escrito por Hugo Butler (quien firmaría como, H.B. Addis, por sus problemas con la HUAC) y Luis Buñuel, apunta a romper con el patrón habitual del cine, made in Hollywood, que casi siempre preserva el estereotipo de los Buenos y los Malos. En lo que a todas luces representaba un acto de rebeldía -y una toma de conciencia si sabe verse-, Buñuel, quien también asume la dirección, decide a todo riesgo corroborar y tratar de posicionar -¿en vano?- lo que la psicología dinámica ya ha advertido desde mucho tiempo atrás: No hay hombres buenos ni malos en el sentido estricto de estos conceptos; en cada uno hay valores e inevitables defectos; hay un ser pacífico y uno violento, un ángel y un demonio, pero, en diferentes niveles, uno gobierna más que el otro según sea la formación y los instintos de cada individuo. Por eso, esa efectiva táctica de hacer que, los dos antagonistas, puedan verse el uno en el otro como en una suerte de espejo… y de paso, nosotros los espectadores, veremos cómo a los prejuicios se les va corriendo el velo, y de pronto, hasta caemos en cuenta de que, lo que censuramos en otro, quizás esté más en nosotros que en aquel al que señalamos, porque, con más frecuencia de la que creemos, aquel que juzga y que señala, solo está buscando que los demás miren hacia otro lado y no hacia él… ¡porque siente que se quema!

Inevitable que, <<LA JOVEN>>, nos rememore a la “Lolita” de Vladimir Nabokov, y con ésta, a la “Lolita” de Stanley Kubrick, pero, hay sensibles diferencias, sobre todo porque, Evvie, es más cándida… aunque también se anima a regalar la manzana, en lo que podría ser la prueba de fuego que demostrará, cuál de los hombres tiene mayor capacidad de resistir las tentaciones.

Curiosos también esos planos por separado en los que, Buñuel, muestra el lado primitivo de cada personaje que, luego, contrastará con su lado humano y sensible.

Siendo su segunda película en lengua inglesa (la primera fue, “Robinson Crusoe”) y con producción estadounidense, <<LA JOVEN>>, cuenta con un reparto que incluye a, Zachary Scott (“The Southerner”, “Mildred Pierce”, “The Unfaithful”…), Bernie Hamilton (“Let no Man Write my Epitaph”), y entre ellos, Key Meersman, una debutante actriz quien solo aparecería una vez más en, “L’Isola di Arturo” (Damiano Damiani, 1962).

En su día de estreno, la película de Buñuel recibió malas críticas desde todos los sectores políticos, pero, quien sepa verla sin prejuicio alguno… quizás comprenda que, en realidad, es una valiosa película.
Luis Guillermo Cardona
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2 de octubre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez decir que lo que falló en "La joven" fue el punto de vista imparcial del director sea una de las ironías más grandes dentro de la carrera cinematográfica de Buñuel. Nada menos que el hombre cuyo nombre va asociado al surrealismo y fue a darse un batacazo en la Meca del cine porque impuso una visión realista en su película. Buñuel se aparta, da unos pasos atrás, y coloca en una especie de anti paraíso a dos hombres y una niña para que actúen según lo que debía ser para él una realidad incuestionable, una foto de la sociedad del momento. Y claro, eso no gustó. A Hollywood, antes y ahora, le atrae más el clásico binomio de buenos contra malos.

Una lástima, porque igual que sucede con muchas otras de su etapa mexicana, que fueron realizadas en principio para consumo propio de su país de acogida, "La joven" demuestra que detrás de las cámaras había un profesional que sabía de cine tanto o más como sus coetáneos más famosos. Buñuel se hará un nombre, sí, pero llegará más tarde con sus películas directamente surrealistas y su etapa europea. Mientras, hizo cositas como este drama sureño en el que nadie se salva, ni siquiera el reverendo. ¿Alguien se atreve a decir que se trata de una película menor sólo porque así lo ha querido la crítica general y los biógrafos de Buñuel?; él mismo afirmaba que era uno de los títulos de los que estaba más orgulloso. Y no me extraña, es una gran película, evidentemente próxima a la serie B, con los recursos mínimos con los que contaba entonces, pero una gran película.
Luisito
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9 de agosto de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente drama de Luis Buñuel basado en un relato de Peter Matthiessen. Segunda y última película en inglés del director español.

Por Nicolás Bianchi

Como película, The young one es un espécimen raro e interesante. Esta obra está filmada como una producción estadounidense, está hablada en inglés, cuenta con actores que desarrollaron su carrera en Hollywood y aborda un tema central en la historia de aquel país: el racismo. Ahora bien, su frontalidad y su mirada descarnada son impropias de esta industria (de hecho, se trata de una producción mexicana).

El cine estadounidense fue durante mucho tiempo perezoso para abordar el tema del racismo que a fines de los 60 puede comenzarse a ver en films tan diferentes como In the heat of the night (1967) y Night of the living dead (1968), entre otros. De a poco, la larga marcha del Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos habilitó nuevas miradas.

Pero ni The Young one ni Buñuel cargan con esas mochilas, por lo que la película aborda el racismo con cierta libertad. El punto de partida está dado por un encuentro algo fortuito de distintos personajes. En una isla usada como coto de caza por gente rica habitan el guardián Hap Miller (Zachary Scott) y la niña de 13 años Evalyn (Key Meersman) que, por la muerte de su abuelo, ha quedado sin quien la cuide. En este espacio, estos personajes viven como en el campo, sin electricidad ni servicios básicos.

Además, a esta isla llega el negro Traver (Bernie Hamilton), un fugitivo que escapa de una acusación de violación. En principio, los personajes ocupan tres lugares distintos. Evalyn es completamente inocente e ingenua. A su vez, Hap es desagradable, maltrata a la pequeña y, peor aún, parece interesado en intimar con ella, a pesar de la extensa diferencia de edad. A su vez, sobre Traver la película tiende cierta duda. Está acusado, pero el espectador no sabe si es culpable o no.

Una ida de Hap al continente sirve para que Traver y la pequeña Evalyn se encuentren. A partir de estas escenas, el hombre que huye se revela como una buena persona, sobre todo en comparación con lo que se había visto de Hap. En The young one siempre está pasando algo. En este sentido, es una narración de gran ritmo, con diálogos acotados pero precisos. Desde la primera hasta la última escena la historia se desarrolla de manera dinámica y fluida.

Cuando Hap y Traver se encuentran el racismo florece y pasa a ser el tema central del film, más allá de la situación de la pequeña Evalyn. Por último, para complicar más las cosas, a este trío se suman Jackson (Crahan Denton) y el cura Fleetwood (Claudio Brook), que necesitan pasar unas noches en la isla. Jackson es una bestia aún más racista que Hap y literalmente quiere cazar a Trevor. A su vez, el reverendo aparece como un personaje que representa a la justicia, algo inusual en Buñuel, siempre crítico con la iglesia y sus representantes.

En definitiva, The young one funciona como alegato contra el racismo y también como drama tenso, con gran suspenso con respecto al desenlace. Es una historia sobre Estados Unidos en un tiempo en el que la industria de ese país no podía o no quería realizar estos relatos. Buñuel, como observador externo de esta sociedad, no tiene ningún problema en señalar lo brutal de esos hombres blancos que se comportan como bestias.

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El Golo Cine
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28 de noviembre de 2023
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Sobre una historia ajena y una producción no lejana a Hollywood, Buñuel logra en "La joven" un suficiente sello propio que pese a ser hoy obviada en sus antologías, ofrece una película seria y original: habla del racismo, de la América retrógrada y prejuiciosa, del machismo, de los abusos sexuales a menores. Lo hace sin subrayados dirigiendo a un equipo de intérpretes muy limitados. Solo hay cinco personajes (cuatro masculinos y uno femenino) y sobre el de la adolescente pivota toda la película, así como en las interrelaciones que se dan entre todos ellos. Inhabitual uso de la música en su autor y fotografía de Gabriel Figueroa, huelga decir que notable. Estamos a las puertas del regreso de Buñuel a España con la insuperable "Viridiana".
kafka
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