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Candyman

Terror Desde tiempos inmemoriales, los proyectos residenciales del barrio de Cabrini Green en Chicago se han visto amenazados por la historia de un supuesto asesino en serie con un gancho por mano al que se invoca fácilmente repitiendo su nombre cinco veces frente a un espejo. Hoy, una década después de que la última torre de Cabrini fuese derruída, el artista visual Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen) y su novia Brianna Cartwright (Teyonah ... [+]
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
29 de agosto de 2021
3 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que un remake (como la han vendido), Candyman es realmente una continuación directa de la película de 1992 que lleva el mismo nombre (y que en los noventas dio para una trilogía), por lo que es recomendable (más no indispensable) tener fresca la anterior para disfrutar mucho más su visionado.

Cabrini Green dejó de ser aquel barrio marginado y peligroso de los noventas, y ahora se elevan sobre él unas torres de lujo donde viven Anthony McCoy y su novia Brianna. Un día Anthony descubre el oscuro pasado del barrio y decide investigar para sacar material de inspiración para sus obras, reviviendo así la leyenda del espíritu vengativo de un esclavo que fue mutilado y asesinado por una turba de hombres por haberse enamorado de una mujer blanca.

Esta versión posee un guion elaborado y respecta la historia original, pero uno de los defectos del film es su corta duración, y esto hace que muchos de los planteamientos que hace queden a medias, y te deja con la sensación de querer más.

Lo interesante es el trasfondo social, económico y racista que plantea, mostrándonos que son factores que por mucha opulencia que se tenga, siempre estarán presentes para denigrar al ser humano.

Resumiendo, Candyman se queda corta para lo que plantea, posee buenos momentos pero tal vez solo guste a los conocedores de la saga.

PD: Los tripofóbicos que se alejen porque hay una escena que tal vez no resistan.
Érase un Alejo
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29 de agosto de 2021
2 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Candyman", la original de 1992, llegó tarde a la moda ochentera de terror fantástico. Nació desubicada como la pariente pobre de "Pesadilla en Elm Street". Sin embargo el paso del tiempo ha transformado sus defectos en virtudes, elevándola a película de culto. El público ha sabido ver elementos diferenciales, especialmente su radiografía urbana del ghetto negro.

Jordan Peele, el guionista de este remake, es el gran cronista del empoderamiento negro de la generación Obama. En pocos años y varias películas ha consolidado una triunfal mitología afroamericana. Si la película original se centraba en el terror "slasher", Peele convierte "Candyman" en un panfleto de ortodoxia progresista, donde lo de menos es el suspense y lo que importa es demostrar que los negros norteamericanos disfrutan de un alto nivel de vida.

En los años 60, coincidiendo con la lucha por los derechos civiles, el cine se llenó de negros molones con Sidney Poitier como referente. El actor representó el triunfo de la igualdad social, con un perfil elegante muy alejado del esclavo recolector de algodón. En el nuevo "Candyman" la élite afroamericana ha conquistado el olimpo urbano y reside en modernos apartamentos acristalados. En la seguridad de un perpetuo anuncio de "El Corte Inglés" estos negros de diseño no tienen miedo a viejas leyendas tribales. Candyman ya no es su enemigo sino un vengador fantasma, cuyo reflejo en el espejo aparece para saldar cuentas con el hombre blanco.
Robert Denigro
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28 de agosto de 2021
8 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
*¿Pero de dónde viene ese Candyman?

Candyman es un personaje inspirado en el relato The Forbidden, del escritor británico Clive Barker, que gira en torno a Helen, una joven dedicada a su tesis sobre la simbología en los mitos de su ciudad (Liverpool). Candyman aparece como un ser sobrenatural, con un aterrador gancho y un ejército de abejas revoloteando cerca de él.

En el primer largometraje de Candyman (1992), a diferencia del cuento original, el espíritu es un hombre afroamericano que fue torturado y asesinado en el siglo XIX por tener una aventura con una mujer blanca. El gancho y las abejas que hacen icónico al personaje se explican en el cine con que, poco antes de morir, sus enemigos le cortaron una mano para reemplazarla por un garfio, y dejaron que los trozos de una colmena se pegaran al cuerpo del joven para que las abejas le moliesen a picotazos.

A Candyman se le puede invocar con un sencillo procedimiento: ponerse delante de un espejo y decir cinco veces su nombre. Pero pobre del que lo haga, porque ver el gancho de Candyman suele significar que la muerte está muy cerca. Está sediento de sangre y no sirve de nada huir cuando te ofrece un caramelito. Ni en los noventa ni en el siglo veintiuno.

*Salvemos al villano

Si algo podemos observar en las secuelas son los cambios de tendencias que se producen de una época a otra. En Candyman, el dominio de la mente (1992) no se indaga mucho en el pasado de Daniel Robitaille, el “Candyman original”. El villano de la película es un espíritu resentido por la discriminación que sufrió estando vivo. Mata sin piedad a inocentes y, para qué nos vamos a engañar, cae fatal. Sin embargo, en Candyman (2021) se añade una precuela en forma de sombras chinescas, que explican mejor la horrible muerte de Daniel Robitaille, e introduce perfectamente en la trama a quien no sepa nada sobre nuestro villano, además de añadir algunos detalles que cambiarán para siempre la opinión del público con respecto a Candyman.

El nuevo Candyman (2021) cae un poquito mejor, y eso se debe a que no solamente mata a inocentes. También ha sido víctima de la violencia racial en Estados Unidos, hecho en el que DaCosta hace mucho hincapié. Claro, eso cambia mucho las cosas. Tiene bastante sentido dado que entre movimientos tan influyentes como Black Lives Matter y el “save the villain” que alcanzó su máximo esplendor con Joker (2019), era casi inevitable que Candyman volviera renovado a la gran pantalla.

*Lluvia de efectos especiales: menos es más

Como buena película de terror actual, Candyman abusa de los efectos especiales. Así como el principio de la película, con una banda sonora muy acertada y unos terribles rascacielos llenos de significado, presenta la macabra historia con mucha elegancia, en otros muchos momentos hay una sobrecarga de retoques que destruyen la atmósfera tétrica y misteriosa necesaria para dar credibilidad a la historia. Jugar con algunos objetos (como los espejos), los colores de la escena y las sombras habría bastado para que la película fuera aterradora. Además, un argumento como el que tiene Candyman no lo pone nada difícil.

*Conclusiones

En plena era del “save the villain” y la lucha contra la discriminación racial, ha llegado un antihéroe que reúne todas las cualidades para ser un icono más de esta generación audiovisual. Candyman (2021) no será la mejor película del año. Ni todos sus efectos especiales ni la historia adaptada a estos tiempos hacen de ella una obra magistral, pero probablemente esté en boca de medio mundo en poco tiempo por su controvertido final.

Escrito por Helena Menéndez
Cinemagavia
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26 de agosto de 2021
10 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Candyman es de esas raras películas que puede superar a la original, esto se debe a que la directora Nia Dacosta es fiel con el material original al respetar la mitología del personaje, pero al mismo tiempo propone cosas nuevas e interesantes como una exploración mas profunda de la leyenda de Candyman, además de plantear temas sociales muy necesarios y que son manejados de la mejor forma mas respetuosa y profunda posible.

Los sustos son un poco mas abundantes que la antecesora y están basados mas en el terror corporal que en jumpscares baratos además la película sabe muy bien construir su propia atmosfera.

El villano es magnifico, Tony Todd vuelve a dar una magnifica interpretación además su historia de fondo hace que se pueda empatizar un poco con el a pesar de las acciones que realiza.

La historia es simple pero efectiva, basándose mas que todo en la leyenda y en el personaje principal que en sub tramas ridículas o relleno.

Las actuaciones son muy buenas, todos hacen un trabajo increíble pero sobre todo quienes destacan son Yahya Abdul Mateen 2 y Teyonah Parris

Lo único que quizá no funcione mucho, es que quizá a la película le falto arriesgarse, no irse tanto a lo seguro y experimentar un poco quizá en la forma de contar su historia o en la parte estética.
angel21
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