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¡Huye!

Intriga. Terror. Thriller Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Al principio, Chris piensa que el comportamiento "demasiado" complaciente de los padres se debe a su ... [+]
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Críticas 312
Críticas ordenadas por utilidad
20 de mayo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Una furiosa sátira social a medio camino entre el chiste racial, el terror paranoico y el retrato de la América moderna.
-Peele es un tipo inteligente y gracioso, con capacidad de ser subversivo usando los códigos del terror y bañándolos en humor negro. Hacía tiempo que no me reía tanto estando tan acojonado.

Bajo todo el típico marketing de película de terror comercial que hará sentirse estafado a un importante segmento del gran público, se halla otra de esas propuestas del género que nos han estado desconcertando, inquietando y maravillando a partes iguales en los últimos años. El encargado de hacer realidad nuestras pesadillas, o más bien de acercarnos a una aterradora realidad actual mediante la exageración de la ficción -esta vez sí- inspirada en “hechos” reales, es el comediante y actor Jordan Peele. Un tipo que ha sabido deconstruirse para rebrotar con sus facultades humorísticas orientadas a crear una impagable sátira de horror a través de un guion provocativo y muy afilado. A su sorprendente debut tras las cámaras se une un reparto de actores en plenas facultades. Encabezado por una de las sorpresas de la temporada, Daniel Kaluuya (“Sicario”), y completado por: Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel y Caleb Landry Jones -entre otros-. Cuidado con entrar en este show, quizás luego no puedan -o no quieran- salir.
Da comienzo con un portento de escena inicial entre remedo de Carpenter y reminiscencia sobre lo que pudo haber sido “The Purge”. La cámara nos mete el miedo de ser un afroamericano paseando de noche por un barrio de blancos, la antítesis del típico cliché del blanco amable que camina por Harlem. La música de Michael Abels introduce el contraste tonal de la escena, para que posteriormente el filme haga lo propio redirigiéndonos hacia el mismísimo Stanley Kramer de “Guess Who's Coming to Dinner” y dé comienzo esta visceral broma cósmica mediante una vuelta de tuerca a ese universal y aterrador momento de conocer a los padres de tu pareja, sobre todo si entra en juego el conflicto racial. Desde aquí, Pelee desarrolla su denuncia a través de un guion que ataca (con diferentes niveles de sutileza desde el grito hasta el susurro) a todo -y todos- lo relacionado con la temática del conflicto racial y la supremacía blanca en la América actual, sin importar esa tontería de la corrección política. Su fuerza reside en el equilibrio impecable entre un “in crescendo” del elemento tensión y un atrevido sentido del humor negro que mordisquea permanentemente nuestra petulante moralidad. Así crece este retrato de una era post-Obama, protagonizada por unos liberales racistas de impostada amabilidad (interpretaciones magníficamente exageradas), que presumen de su tolerancia, su respeto por Tiger Woods y el coleccionismo de objetos policulturales, todo ello sin ser capaces de dejar a un lado la tópica envidia del miembro viril.
La interpretación de Kaluuya funciona como un reloj, y la conversión del público con el personaje es brillante y veloz, conjugándose las reacciones de inquietud de personaje y espectador con el desarrollo de ese juego macabro tan inconcebible como necesario para activar nuestra conciencia social sobre unos temas de sangrante actualidad. El debutante también toma riesgos con una puesta en escena excelente, claustrofóbica y repleta de subtexto. El resto del trabajo corre a cargo de un ritmo minuciosamente medido, un montaje hábil y lo más importante, esa atmósfera turbadora de thriller psicológico, que incuba a través de un ritmo calmado lleno de rabia contenida para terminar estallando en un tramo final totalmente pulp, donde la venganza del “black power” llega con fulminante ironía y la tragicómica ayuda de un pedazo de algodón. Qué descaro tan brillante. Para terminar hay que hablar de los problemas que soporta la cinta, y que residen, en su mayor parte, en el guion. Desde unos giros sorpresa que se prevén con demasiada antelación, hasta las discutibles trampas incapaces de suspender la incredulidad del espectador. Sin embargo, lo más mediocre es la existencia de ciertos conflictos y personajes al entero servicio del guion, junto con ese irritante alivio cómico que es el amigo del protagonista.
Jordan Peele se ha convertido desde ahora en uno de los guionistas y directores estadounidenses más prometedores. Lo ha conseguido con una provocativa y perturbadora sátira social escrita con ingenio, narrada con mucha habilidad y repleta de estupendas interpretaciones. “Get Out” es un gran añadido a ese cine de terror innovador y atrevido de los últimos años. El mejor y más relevante chiste de la temporada, una chuchería convertida en pesadilla y la perfecta heredera de los ultracuerpos pero con liberales racistas en lugar de esporas comunistas del espacio exterior.
ALESNAKE
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31 de mayo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El trailer perfecto, enseñando lo necesario para atraer al espectador, un fugaz chispazo de las justas y necesarias imágenes directas al córtex, las neuronas activas, el corazón latiendo cual Ferrari V8, inquieto, poderoso, expectante. ¡La premisa! atrayente, un "nigga" atrapado en las veleidades de una maligna familia de blancos acomodados, no pintaba como protesta racial que eso no va conmigo, yo veo a todo el mundo con la forma de un ser humano, pintaba como algo inquietante, perturbador, oscuro y algo de lo que no estas seguro de si quieres saber como acaba.

El cine a oscuras, el ambiente aumenta en tensión, desasosiego e intriga, no hay prisas en llegar al clímax, asi se fomenta la expectación adecuada con buen tino y ritmo creciente, no hay prisas en llegar al momento de quedar clavado en el sillón, ojiplático, como Chris, paralizado de horror y maravilla en espera de ese mal psicológico que te adentra en un laberinto de angustia. Comienza a revolucionarse, es potente, fresca, malvada... Su elenco es igual, la familia de Rose es perturbadora y conscientemente maligna, Bradley Whitford acojona, no hay sorpresas pues lo quieres así, es como ha de ser.

Y de repente la magia se viene abajo de manera abrumadora, todo ese pasillo oscuro con luces chisporroteantes que esperabas se desvanece a media hora de su conclusión, cuando debía tornarse en laberíntica y asfixiante, psicológica y sorprendente te suelta un final "slasher style" juvenil que en mi opinión le ha sentado bastante mal y desluce un resultado final que llevaba un tiempo esperando con la boca hecha agua.

Pero ojo, es mi opinión, en la sala que yo la vi, el publico acabo con aplausos y eso no lo veía en un cine desde hacia tiempo, merito desde luego de un preámbulo rico en matices y lo suficientemente potente como para perdonarle el suspenso. Sería una película redonda realmente reseñable con un final mas elaborado y angustioso pero está claro que tampoco es un mal filme, que tiene sus momentos, pero que también me dejo frío, algo decepcionado y esperando más, es por ello que no puedo recomendarla con fervor, vosotros mismos, ea!!
Esmiz
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2 de junio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo a un amigo en particular, que trabaja en una revista de cine española desde hace más de 22 años y con el cual hace ya unos cuantos meses, charlaba sobre como se están cargando las películas las productoras que distribuyen el producto en las salas de cine. Sí señores, ya no nos ponen trailers como antaño, ahora te destrozan lo mejor de la película en su gran mayoría. Y yo me preguntaba si esto no iba en contra de sus propios beneficios y mi amigo me explicó que no. Que una vez que pagas la entrada del cine, a ellos les da exactamente igual que tú te lleves una decepción grandiosa al ver que has visto lo mejor unas semanas antes en los trailers, ¿razón? Ya tu pasta está en sus bolsillos.

Me pareció un tema muy interesante cuando vi las escenas semanas antes, el racismo absurdo siempre ha despertado mi interés, esas miradas de los negros me resultaron muy curiosas, pero mi miedo era que la historia se inclinara hacia el lado de problemas mentales y no el miedo. Craso error el mío. La peli funciona muy bien en su introducción y en su primera parte, pero por raro que parezca, en el mismo momento que llegan a la casa y vemos al resto de personajes, me parece todo muy forzado y predecible y comienza a descender mi interés y a crecer mi aburrimiento. Se ve todo antes de que ocurra y eso es lo peor que le puede ocurrir a una película de éste género. No es mala, ojo, sino simplemente no me genera expectación, ni interés. Las actuaciones en especial la del protagonista negro son magníficas y las entenderemos mejor a medida que pasa el tiempo y la de su colega el guardia de seguridad aportando la parte cómica de la cinta, de lo mejor de la peli.

En fin, disfrutad de la primera parte y whatsappear en la segunda, me lo agradeceréis.
THE CROW
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28 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenia curiosidad por ver esa inquietante película, una joya dentro del genero de terror.
Tiene alguna similitud con alguna película de clase B, de misterio, incluso de cómic, con alguna serie de televisión de sucesos misteriosos, en la linea de Alfred Hitchcock presenta, de Black Mirror o de Historias de la cripta.
Aunque no es del todo original, tiene algunas cosas incoherentes y absurdas como lo de la fiesta y alguna cosa mas, lo que le da calidad a la película, como dice siempre Ángel Sanchidrián, es una magnifica interpretación de Daniel Kaluuya, solamente el cartel de la película, da miedo porque la cara de este muchacho es inquietante.
Aunque ese efecto de terror que consigue Jordan Peele solo con primeros planos, lo hace con algún otro actor y es de lo mas original porque solo con eso provoca inquietud.
No es una historia sobre racismo, aunque si que toca ese tema, lo hace como excusa para hacer confluir una historia de miedito y pasar un buen rato de cine camino de Doha.
pikuet
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15 de mayo de 2017
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escalofriante película de terror, Déjame Salir, supone el prometedor debut en la dirección de Jordan Peele. Sus anteriores trabajos están relacionados con el mundo de la televisión, tanto en la serie cómica Key & Peele donde formaba pareja artística con el actor Keegan-Michael Key, como en el programa de humor MADtv donde era parte del elenco con sus divertidos sketches. La historia de un joven afroamericano (Daniel Kaluuya) invitado a la casa de su novia (Allison Williams), que descubre como todo se debe a un motivo muy siniestro, es una divertida y aterradora sátira con momentos muy graciosos a partes iguales con otros verdaderamente terroríficos. Estreno el 19 de Mayo.

En un principio pudiera parecer extraño que alguien proveniente del mundo de la comedia realice su debut como realizador en un género aparentemente tan diferente como el del terror. Sin embargo, no nos debería resultar extraño, si tuviéramos en cuenta que la fuerza de ambos géneros, ha sido utilizada a lo largo de la historia del cine como un ingenioso vehículo para realizar alguna reivindicación o crítica social y, si además, conocemos que los anteriores trabajos de Jordan Peele, están basados en su original y peculiar sentido del humor satírico, muy críticos con la sociedad americana, referidos fundamentalmente a las relaciones raciales en Estados Unidos. En Déjame Salir se aferra a ese misma estructura, sólo que esta vez, en lugar de crear risas incómodas, el racismo se convierte en el principal protagonista, centro de atención y en una patata caliente que siempre se ha intentado evitar en Estados Unidos.

Es obvio que Jordan Peele es un aficionado al cine de terror y por ello la película está repleta de homenajes a clásicos del género. La espeluznante escena inicial, con un joven negro (Lakeith Stanfield) perdido en un barrio suburbano por la noche y acosado por un coche blanco que lo sigue nos recuerda a la amenaza constante del coche de Michael Myers en La Noche de Halloween de John Carpenter. Este prólogo resulta curioso, rompe con ciertos estereotipos y nos dará pistas de lo que vendrá después, porque donde deambula intimidado, desorientado y atemorizado este joven de color, se aleja del concepto de barrio peligroso tipo Harlem o el Bronx tan visto en las películas y que tenemos todos en la mente, ya que se trata de un acomodado barrio de mayoría blanca.

Otra películas que nos viene a propósito y de manera irremediable a la cabeza por el ambiente y la atmósfera generada es La semilla del diablo (1968) de Roman Polanski. También, existen claras alusiones a dos clásicos del género como son La Invasión de los Ladrones de Cuerpos (1956) de Don Siegel y a Las Esposas de Stepford (1975) de Bryan Forbes, en donde el personaje principal se siente intimidado al notar como poco a poco las personas de su alrededor empiezan a sufrir una ligera transformación. En la primera, las personas se replican en forma de vainas alienígenas, y en la segunda las mujeres de una pequeña comunidad se convierten en amas de casa dóciles y serviles. Ambas películas mostraron el terror por determinados hechos producidos en sus respectivas épocas. La Invasión de los Ladrones de Cuerpos reflejó el miedo existente en la sociedad a una posible invasión del comunismo en el mundo y por contrapartida, mostró la angustia y el temor provocado por el Marcartismo con la caza de brujas. Y, en Las Esposas de Stepford se respondía a los temores de una sociedad patriarcal por la llegada a principios de los años 70 del feminismo y a un movimiento de la mujer muy lejos de los roles tradicionales.

Ahora en Déjame Salir, la temática resulta muy familiar en su configuración porque utiliza los elementos de aquellos clásicos del género del terror, como asesinos sin rostro, un hogar remoto y aislado, personas que actúan como si fueran autómatas, una familia desconcertante, etc..Los miedos y temores expresados en todas estas películas de antaño estaban dirigidas y enfocadas principalmente a una sociedad blanca, dejando de lado a una parte minoritaria de la sociedad que cada vez ha ido teniendo un mayor protagonismo (La presidencia de Barack Obama es un claro ejemplo). Jordan Peele de alguna forma lo que ha conseguido es apropiarse de la estructura y el modelo de estas narraciones “blancas”, para contar los temores reales e inherentes a la experiencia negra en la sociedad estadounidense moderna, acentuado por el actual clima político con la llegada a la presidencia de Donald Trump.

Desde un inicio Déjame Salir establece una atmósfera misteriosa en un tono ligero y aterrador al mismo tiempo. Consigue equilibrar de forma inteligente sus tonos para proporcionar a los espectadores una divertida y aterradora sátira, donde aparecen momentos muy graciosos (Destaco el sketch cuando el amigo de Chris, protagonizado por LilRel Howery, denuncia su desaparición en comisaria) a partes iguales con otros verdaderamente terroríficos. Una magnífica película de terror muy bien elaborada.

Cinemagavia
Eduargil
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