Steve Jobs

Increíble película sobre el genio del diseño Steve Jobs. Un film mucho más adulto que la de 2013, dividida en 3 actos que van desde 1984 con la presentación del Macintosh, su salida de Apple y la fundación de NeXT y por último el gran éxito que tuvo salvando a la compañía de la bancarrota con el iMac (helio again)

El trabajo que realiza Michael Fassbender es increíblemente genial por la interpretación de Steve. Por otra parte tanto la dirección como los diálogos de la película son ingeniosos y frescos. Nos muestran el lado más tirano y real de Steve, con personajes muy bien trabajados como es el de Wozniak y Andy Hertzfeld.

Centrado en el mundo de negocios y la rivalidad entre Sculley y Jobs, la película es lo más fiel posible a la realidad aunque cambian algunas cosas que no fue en realidad. No obstante, es una película brillante que se debe de ver si tienes un mínimo de interés en los ordenadores o tecnología en realidad.

Steve Jobs (2015).
"No es binario; puedes tener decencia y talento al mismo tiempo". Pero el personaje que el responsable de "127 Horas" nos presenta no tenía mucho de simpático y sí mucho de déspota, aunque no dejaba de ser un genio.
Como en cada trabajo en el que participa el gran Michael Fassbender, aquí lo borda, y no solo gracias a él, sino al magnífico guión de Sorkin y a la secundaria de lujo que lo acompaña, Kate Winslet.
Danny Boyle, experimentado director de actores, nos cuenta esta historia a base de grandes diálogos de Jobs con sus allegados y cercanos colaboradores (en la cinta encarnados por Seth Rogen y Jeff Daniels entre otros) y de las presentaciones de algunos de sus productos estrella (y de varios de sus fracasos), culminando con el inigualable iMac, desde uno de los cuales escribo estas líneas.

Aunque tenemos un metraje de dos horas, la actuación de su protagonista y su forma de llenar la pantalla nos hace no mirar el reloj si te metes en la historia de lleno.
Raúl Cabral.

Lo que haría cualquier guionista corriente y moliente enfrentado a la biografía de Steve Jobs es seguir el camino trillado de los biopics: el personaje nace, crece, se reproduce, crea varios productos tecnológicos de vanguardia y luego muere en extrañas circunstancias, como las cucarachas en el anuncio de Cucal. Pero Aaron Sorkin, que es un dios muy adorado en este blog, es cualquier cosa menos un guionista corriente. Poseído por el espíritu shakesperiano de Steve Jobs, que pedía a gritos un tratamiento diferente, Sorkin articula la película sobre tres momentos esenciales de su biografía: la presentación del Macintosh, la presentación del NeXTcube y la presentación del iMac. Tres dioses del chip pero un solo ingenio verdadero.

Y así, entre bambalinas, justo antes de salir al escenario, al bueno de Steve se le van presentando los personajes centrales de su vida. Ellos vienen a aguarle la fiesta con sus impertinencias; a recordarle, minutos antes de alcanzar la gloria, que en realidad es un hombre imperfecto, un autista irascible que necesita recomponer sus relaciones con el prójimo. Son como los esclavos que sostenían la corona de laurel en los desfiles del César, y que tenían la misión de recordarle al oído “recuerda que eres mortal”, para rebajarle la vanagloria.


El guión de Sorkin es pura tensión, pura electricidad. Es Steve Jobs a punto de ser desgarrado por dentro, en el conflicto doloroso entre el creador y el hombre; entre el visionario y el cegarato. Una fuerza centrífuga tira de él hacia arriba, hacia el Olimpo de los dioses; otra, en cambio, centrípeta y de igual valor, tira de él hacia abajo, hacia la tierra de los mortales. Lástima que Danny Boyle, el director, que me da que no ha dejado de tomar pastillas psicotrópicas desde Trainspotting, convierta ciertas escenas en un perifollo de montaje lisérgico y músicas estridentes. Como ya ha dicho por ahí algún crítico de postín: ay, si esta película la hubiese pillado el señor David Fincher.

Wozniak: Tus productos son mejores que tú, hermano.
Jobs: Esa es la idea, hermano.
Wozniak: ¡No es binario! Puedes ser decente y talentoso al mismo tiempo.

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Maravillosamente escrita por Aaron Sorkin, la película es una muy curiosa aproximación a la figura del cofundador de Apple. Un drama en tres actos que persigue al protagonista en los estresantes minutos previos de cada una de sus nuevas presentaciones y que se centra más en su compleja personalidad y en sus relaciones personales que en lo tecnológico.

El inicio es apasionante, con un ritmo y unos diálogos frenéticos, definiendo a la perfección a los personajes y remarcando desde el principio el carácter difícil de Jobs (todo un bombón de personaje para Michael Fassbender que vuelve a ofrecer una interpretación camaleónica y digna de todo reconocimiento), para luego bajar un poco la intensidad, sin que el interés se resienta por ello en ningun momento.

La película recuerda en muchos aspectos a La red social, pero si en aquella se conjugaba a la perfección el aspecto visual de David Fincher con el libreto de Aaron Sorkin, en ésta el trabajo de Danny Boyle se muestra mucho más dilucidado, por comedido, de lo normal, limitándose sólo a jugar con el grano y la imagen para diferenciar cada uno de sus episodios y a seguir con la cámara a un reparto en estado de gracia, por lo que su autoría parece más del guionista que del director.

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Inusual biopic (o así) del genial visionario Steve Jobs, que se sale de lo convencional y demasiado visto en el cine de género "biográfico", al estar relatado no desde la concepción normal de nacimiento, vida y muerte del biografiado, sino que se narran tres acontecimientos vitales en la vida profesional de Jobs: las tres grandes presentaciones de sus mejores productos.
Y mientras tanto, mientras suceden los preparativos a cago de sus ayudantes, vamos viendo la interrelación con su compañeros y ex-compañeros de trabajo, con su leal secretaria personal, con sus jefes y ex-jefes, con la prensa y con la presunta madre de su hija y esta.
Y todo ello a través de 16 años o así.
El guión es maravilloso, a cargo de Aaron Sorkin, que parte de la biografía de Walter Isaacson, y saca a relucir al menos parte de la complejísima personalidad de Jobs, un visionario revolucionario en el campo de la informática y productos electrónicos en el campo del entretenimiento que, sin embargo, tal y como parece, dejaba bastante que desear en el plano personal, en cuanto a su relación para con los que le rodeaban.
Con un agiliísimo montaje se logra un ritmo donde los soberbios diálogos dejan anodadados al espectador por su fuerza dramática, su ductilidad. A ello ayudan las extraordinarias interpretaciones, con un dúo protagonista: Fassbender y Winslet, sencillamente admirables.
Un film entretenidísimo, con notables apuntes de humor, y un montaje frenético que no deja espacios para los tiempos muertos.
Para mi gusto, un excelente film, que ya está ganado premios y los que te rondaré morena.
¡Ah! Y una última cosa, no hace falta, ni mucho menos, tener conocimientos de informática para disfrutar de este film, tal y como dijo un "insigne" "crítico" de cine español, casi siempre bastante soberbio. Dijo claramente que a él no le había gustado mucho por sus desconocimientos de informática. Creo sinceramente que no ha visto la cinta, si no, no lo comprendo.

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