Por Jojo

A menudo las pelis de género intimista no pueden o no saben bucear en, justamente, la intimidad de los/las protagonistas en cuestión. Las cámaras suelen seguir fielmente y con plano detalle a los involucrados, siempre en silencio, siempre de cerca. Ya sea por medio de palabras o con gestos delatores, el espectador sabrá de alguna manera lo que los protagonistas "sienten" en profundidad.

Con un personaje como Paula, las cosas cambian. No es tanto la relación obsesiva con su amiga sino sus reacciones imprevisibles constantes las que sostienen a la propuesta. Transmite la sensación de "a ver con que sale ahora", cuando sus deseos e intenciones encuentran una barrera. Un egoísmo desesperado de fondo que hace bastante obvio el motor de sus conductas, en base a una lucha de voluntades con Jojo: su amiga de toda la vida, otro personaje bastante desatado que aún así parece mantener un norte, guiarse de una forma u otra hacia un horizonte definido.

En torno a ellas, un paisaje típicamente europeo, con tintes regionales (la celebración de una boda, por ejemplo, en una caminata sobre el barro). La burbuja en torno a las protas desdibuja un poco el contexto en el que se manejan. El resto de los personajes parecen cumplir funciones tan solo operativas a nivel argumental: desde el prometido de Jojo, su ex dando vueltas y un hermano de Paula que aparece solo como punto de referencia para que ésta tenga cierto contexto familiar.

Aún así, el nudo o conflicto central de la peli queda dibujado a los pocos compaces de haber empezado. Las expectativas del espectador por ver quien se sale con la suya, más la inestabilidad de las protagonistas, especialmente Paula, hacen de la propuesta un camino imprevisible para recorrer. Por Jojo apuesta a las formas, dentro de un fondo simple.

Cuando veo una Netflixada suelo transponer los géneros, o las inclinaciones sexuales, para ver si el mensaje es o no admisible.

En este caso, la protagonista (Paula, bien interpretada por Caro Cult) es una casi treintañera que sería fácilmente diagnosticada por los psiquiatras de Transtorno Límite de la Personalidad, y por las personas de la calle de "niñata borde de toda la vida"

Paula es, efectivamente, una persona egoísta, niña malcriada que no quiere crecer, que se empeña en su relación posesiva e intrusiva sobre su amiga Jo-Jo (Nina Gummich), a la que no quiere permitir que mantenga una relación con otra persona.

No sólo es un "estudio sobre la amistad", Paula muestra una y otra vez su personalidad egoísta, manipuladora y falsa; por ejemplo en sus berrinches y en lo poco que le importa causar perjuicios a los demás (SPOILER), sus mentiras, etc.

Pese a que Barbara Ott no trata bien, ni mucho menos, al insufrible personaje, sí vemos en la película una especie de compasión (claro, pobrecita, es huérfana y no tiene a otra persona en el mundo más que a su amiga del alma) y una justificación, hasta cierto punto, de sus intentos de "joderles la vida" a todos los de alrededor...

Imaginen qué hubiese pasado si el personaje fuera un ex-novio igual de manipulador y posesivo que Paula, y la película hubiese "comprendido" sus intentos por apartar a su anterior relación de una nueva amistad, sobre todo si se tratase de una novia por la que sintiese una amistad homoerótica. Si a Paula le importase el pito de un sereno las repetidas ocasiones en que su amiga trata de hacerle comprender, a las buenas, que tiene derecho a hacer su vida

Ojo, que la película no es aburrida, la fotografía es buena y las actuaciones correctas... pero el mensaje se me hace muy cargante, desde el momento en que ves que Paula manipula a su amiga, se pega a ella como una lapa y ni Jo-Jo, ni Daniel, la mandan a la m... en cuanto queda clara su intromisión y sus malas intenciones.

Con un evidente desaliño en su guion, ignoro donde se encontraban las claves para atraer la atención. La historia recorre un camino deslucido, irrelevante, incluso por momentos me pareció absurdo, alejado de una lógica que no es necesaria en el cine pero según la categoría, debe existir para que lo narrado, llegue al espectador.

Me gusta el cine, no me inclino por ningún género, solo debe "contarme" algo que me entretenga, descoloque, sorprenda, intrigue... Cualquier emoción me sirve.

La he valorado con un 3, no me ha llegado.

Como debió hacer Jojo de su "amiga" muchos años antes.
A ver por donde empiezo, para no herir la sensibililidad de Netflix. Ejem, estoooo.....

_Queridos y admiradísimos creadores de basura:

¿Nos podríais hacer el favor de meteros esta mierd....por donde os quepa? La audiencia y yo os quedaremos profundamente agradecidos.
Atentamente tu casi nunca consumidora y fiel crítica (porque te las mereces), etc,etc.

He de reconocer que habéis conseguido en una sola tarde algo, que no pensaba que pudiese pasarme. Como ya he comentado en numerosas ocasiones, me gusta mucho el cine alemán, ya que cuenta con actores, direcctores y demás gente de este mundo realmente buena. Y este film no es del todo la excepción (ya que también está bien interpretado). Pero nada más. Guión y todo lo demás un truño. Inaguantable de principio a fin. Cursi, tonta, sin sentido....Un completo, a vuestro más puro último estilo. Y es que antes teníais cosas buenecitas y todo pero...¡¡¡¡El dinero!!!!......Tanto dinero, que va a ser que es mu malo para eso del talento. Pues lo dicho, que durante el visionado de esto, habéis conseguido que no me gustara el cine alemán. Menos mal que a mí eso se me pasa, en cuanto vuelva a ver otra peli alemana buena de otra casa. Pero lo malo es lo vuestro. Pobrecitos.

Sin objetivo... Se ofrece fluctuante, y vaga por la pantalla buscando un destino que jamás encuentra. Momentos que se suceden sin un por qué. He leído en algún lugar que toma caminos que muchos directores no se atreven. Y entiendo a esos directores, porque la frescura de la que hablan yo no la hallé.

No me gustan las comedias americanas, porque la mayoría vagan en su simpleza, pero esta ni siquiera podría calificarse como simple. Entiendo que no tenga ninguna crítica pues es tan olvidable, que solo he escrito la mía como aviso, para evitar la pérdida de algo tan valioso como es el tiempo libre del que disponemos.