The Witch in the Window

Resulta sorprendente que lo haya vuelto a hacer y en está ocasión totalmente en solitario, Andy Mitton, dirige, escribe, y compone la música al igual que en su anterior trabajo We Go On, la cual recomendábamos desde TerrorWeekend, donde podréis encontrar la review. Sorprendente el trabajo de este cineasta que parece no tener freno y el cual nos vas a tener esperando para poder ver su siguiente película.

Simon decide restaurar una casa de campo para vivir, para ello, contará con la ayuda de su joven hijo Finn, quién no se muestra muy convencido de ello. El problema es que no parecen estar solos, la presencia en la casa de su anterior propietaria se hace cada vez más presente a medida que mejora la vivienda.

Un ejemplo de lo que se puede hacer con una buena idea a pesar de contar con un presupuesto bajo, una película indie que en cierta manera reinventa el subgénero de las casas encantadas. Cambia el concepto tanto en el trato de sus personajes y relación con el problema en estas usualmente viejas viviendas, rehúye de las escenas oscuras donde esconder la falta de ideas originales o la búsqueda del susto fácil en muchas ocasiones y marca un tempo al igual que ya lo hizo en sus trabajos anteriores, que dota a la historia de cierta credibilidad.

The Witch in the Window, resulta más sutil que We Go On, por ejemplo en el personaje de Lydia de quién no os puedo contar nada para evitar spoilers, o las interpretaciones del reducido elenco, otro punto a tener en cuenta en la película, ya que estamos hablando de un reparto de apenas cinco o seis personas de las cuales, solo tres tienen un peso narrativo destacado.
Aunque ya se ha visto en otros films, incluso obras con un solo actor protagonista, está ecuación funciona si los interpretes lo hacen, y éste, afortunadamente, es uno de esos casos. Alex Draper carga con el peso de la historia cubriendo de manera holgada los cambios de registro, así como el joven actor Charlie Tacker.

Una idea original como comento, además de bien dirigida y con una banda sonora que en este caso es puramente eso, música de acompañamiento suave y concisa, pero correcta con la historia. Además de un detalle importante en éste trabajo, la duración, como suelo decir habitualmente, son pocas las películas que justifican su metraje por encima de los noventa minutos, normalmente se alargan para buscar estándares o incluso por no saber cómo cerrar, The Witch in the Window son 77 minutos, lo correcto, el tiempo necesario para desarrollar ésta historia, ésta idea y no por ello necesita más.

Una obra que merece tu tiempo.

http://www.terrorweekend.com/2018/08/the-witch-in-window-review.html

Hay que dejar algo en claro, la película es buena, no excelente, pero si buena, aunque no para todos, si se busca una película sobre una casa embrujada convencional, ésta no lo es, si bien hay un par de concesiones al subgénero, son mínimas, el que busque eso quedará decepcionado y de bodrio no la bajará, por ende mejor que la evite.
Es una película sensible, sobre la relación padre e hijo, la historia logra retratar el vinculo entre ellos y hacerlo de forma orgánica, lucida, realista, con todos los altibajos que puede tener. También habla del sacrificio, las verdades, las mentiras piadosas o "buenas" que se le dicen a los hijos, etc. Creo que eso es lo mejor, lo otro el tema del terror es accesorio, pero le aporta un buen cierre, que si fuera solo un drama realista hubiera sido más complicado o tal vez más cursi.
Buenas interpretaciones, naturalistas, sobrias.

Si en algo se caracteriza el director y guionista de We go on es por la originalidad de las historias que cuenta, y en este caso vuelve hacerlo, aunque la propuesta inicial se antoja excesiva para un largometraje que hubiera funcionado mejor como un intenso y sorprendente corto.

Como le suele pasar, la falta de presupuesto es evidente, pero está bien aprovechado, ya que la poca caracterización fantástica que muestra está bastante conseguida, y al menos los personajes gozan de trasfondo y se comportan con un mínimo de lógica, todo ello en una amena hora y cuarto en la que ofrece lo que se espera de ella.

Más mini críticas en cinedepatio.com

El título de la película en inglés contiene un pequeño guiño, puesto que una "Witch Window" es un tipo de ventana característica de las casas de campo antiguas de Vermont, y en Vermont es donde transcurre la trama principal de la película. A pesar de todo, la ventana de la casa en la que se desarrolla la trama no tiene esa forma característica, así que...

Es una película original, y ésa es en mi opinión su mayor virtud, además de las buenas actuaciones de los tres principales personajes (padre, hijo y vecino). Hemos visto ya muchas, muchas películas sobre casas encantadas y la mayoría suelen ser malas, para qué nos vamos a engañar por mucho que nos atraiga ese subgénero. Ésta, sin ser una obra maestra, sí es bastante buena, precisamente porque se aparta de las clásicas tramas de casas malditas en las que todo el que entra la palma a manos de un espíritu vengativo y sangriento a más no poder. Aquí nada de gore, todo es mucho más sutil. Y más inquietante.

Catalogarla como una película de terror no es del todo acertado, porque se explaya en la relación del niño protagonista con sus padres, en el miedo al compromiso y en la curiosidad enfrentada al pánico, mucho más que en los sustos clásicos de este tipo de películas. Hay un buen estudio de las motivaciones de los personajes y del particular modo de afrontar el miedo de cada uno. No obstante, creo que la película decae en su final, que se presta a distintas interpretaciones y estropea, en parte, toda la trama anterior. Muy recomendable de todos modos.

Crítica 82

Un padre de familia divorciado junto a su hijo se propone remodelar una vieja casona rural abandonada con la esperanza de recuperar su matrimonio, sin embargo, la encuentra ocupada por el espíritu de su antigua dueña, una bruja que niega a irse.

Con muy pocos recursos económicos y pero mucha recursividad, un multi-instrumental Andy Mitton (director, guionista, compositor) consigue crear una película minimalista y de terror inteligente. No es una cinta más de terror con sustos fáciles y clichés vistos mil y una vez dentro del género, al contrario: el terror acompaña un drama familiar y aparece en momentos precisos y sutiles, construyendo una atmósfera densa de principio a fin.

En la pelí no vamos a encontrar efectos por ordenador, ni grandes maquillajes o cualquier muestra de un presupuesto alto, pero Mitton sabe sortear estas carencias con su talento. Los actores no son reconocidos, pero tienen un buen despeño.

A deber: el final, que se alarga innecesariamente.

Recomendable.