Brahms: El niño 2

Esta podria ser una nueva tendencia de cambiar el rumbo de franquicias. Ya que en el universo de the Boy con su giro argumental original en que no existia algo paranormal. En esta pelicula le dan un reves y le dan introduccion al mundo paranormal.

No considero que contradecirse en las reglas de su mismo universo sea una buena forma de reformar una franquicia y realmente lo vuelva confuso.

La maldición de Brahms es la secuela de The boy, una película de terror lanzada en 2016 que consiguió recaudar unos 60 millones de dólares a partir de un presupuesto de 10 millones. Fue un éxito moderado, pero nada más. No es que el mundo estuviera esperando con ansia el regreso del muñeco de porcelana. Por eso he de reconocer que me sorprendió bastante que el director se decidiera a hacer una segunda parte. También admitiré que no tenía muchas esperanzas, porque seamos honestos, William Brent Bell no ha dirigido una película buena en su vida. Y La maldición de Brahms es, posibilemente, la peor de todas.

No voy a extenderme mucho, porque la película no me lo permite. La maldición de Brahms es uno de los proyectos de terror más insustanciales que he visto en años. No porque haga nada terriblemente mal, sino porque no hace nada. No hay nada digno de mencionar. Nada en la dirección, totalmente rutinaria. Falta tensión, falta atmósfera. En ningún momento he sentido miedo. Nada en las interpretaciones, completamente desganadas e insípidas. No parece que nadie tenga interés por sacar la película adelante. Desde luego Katie Holmes no lo tiene. Nada en la banda sonora, con sonidos estridentes que no dicen nada y algún que otro golpecito de sonido aquí y allá. Nada en el guion, un guion en el que no hay ningún tipo de trayecto. No hay desarrollo temático. La premisa está gastada y la conclusión no significa nada. Los personajes son cascarones vacíos. Y aún peor, coge lo poco que resultaba interesante de la película original y lo resetea. No hay ni una escena memorable, ni una línea de diálogo que destaque. Es como si el único compromiso que tuviera Brent Bell fuera el de crear el producto más flácido e irrelevante del mundo. Si esa era la intención, objetivo cumplido.

La maldición de Brahms es un trabajo derrotado, un trabajo que no tiene ningún interés por ser interesante, ni creativo, ni aterrador. Tampoco es de estas pelis tan malas que te hacen reír, porque hasta para eso es necesario un mínimo de riesgo y de voluntad de probar algo. En fin, que si quieres perder una hora y media en una película que no te va a aportar absolutamente nada, La maldición de Brahms es una opción cojonuda. Si no, lo mejor es que ni te acerques.

Puntuación: 2,4

Cuando una película de terror acaba con un final abierto, siempre cabe la posibilidad de que hagan una secuela, aunque nadie la necesite.
Esta segunda parte es floja no solamente por méritos propios, sino por una fuerte incoherencia argumental con la de Lauren Cohan, de lo que me explayaré en la sección de spoilers.
Katie Holmes lleva tiempo sin tener ningún éxito que a mí me conste, pero para hacer esto mejor se hubiera quedado en su casa. Actúa como si no le fueran a pagar por ello.
Las escenas de miedo se basan en previsibles sobresaltos baratos que no asustan a nadie. No hacen un buen uso de la casa, la oscuridad, o el propio muñeco. Tiene escenas en la casa de la primera película, y sin embargo no la aprovechan para casi nada, con lo siniestra que es.
El montaje es bastante malo en ciertas secuencias.
En mi mente friki, no he parado de imaginarme un combate de “Mortal kombat” entre Annabelle y Brahms. Por supuesto, Annabelle haría una victoria perfecta, con “fatality” incluido. Tras ver esos “spin-off” de “Expediente Warren”, e incluso la primera de “Muñeco diabólico”, este títere de blanca cara tiene bien poco que aportar.
Flojísima por sí sola. Y ahora la retahíla de errores en los spoilers.

Secuela de la correcta The Boy (2016), que está dirigida por el mismo que su anterior entrega, responsable de otros títulos como Stay Alive (2006), y protagonizada por Katie Holmes (No Tengas Miedo a la Oscuridad, 2010).

Una joven familia se muda a una mansión sin ser conscientes de la aterradora historia que ha marcado su historial durante décadas. Allí, el miembro más joven de la familia hace un nuevo amigo: un muñeco con forma humana al que llama "Brahms".

En esta secuela, el director pretende crear suspense a través de la misma fórmula que en su primera entrega, fracasando en casi todo momento y recurriendo en exceso a los jumpscares. Las actuaciones no destacan ni para bien ni para mal, cumpliendo su cometido, y el final, el cual toma un rumbo que a los fans de la primera no acabará de convencer, termina de forma abrupta, simple y sin demasiada gracia. No obstante, esta secuela ofrece algunos sustos decentes y aunque no consiga nada nuevo, entretiene en muchos momentos

The Boy: La Maldición de Brahms, es una secuela infinitamente inferior a su primera entrega que vira en la historia del muñeco antagonista de una forma inesperada, pero que aún así consigue ofrecer algunos momentos decentes.

Nota personal 4/10

Lo único bueno que se puede decir es que técnicamente la película está bien hecha, a pesar de su flojita puesta en escena. Más allá de esto, muy poquito. Parece mentira que sea el mismo equipo de la primera entrega, guionista y director.

Más cercana al thriller psicológico que al cine de terror, esta secuela no aporta nada. Lejos de volver a ver a Katie Holmes (no la culpabilizo, todo es mediocre), la historia es artificial, va dando vueltas (la asociación del niño y el muñeco) sin sacarle partido al conflicto de esa madre en apuros emocionales, cubriendo minutos intrascendentes para llegar al final más que plano, frustrante, pésimo en definitiva.
El vacío argumental es el leitmotiv.

Parece que los guionistas han intentado animar un poco la decaída historia con la visita de unos familiares al caserón de las afueras, pero es demasiado poco para otra historia de muñecos malévolos con toque sobrenatural (¿no está ya el mercado demasiado saturado?). La sucesión de clichés es de los que hacen época, a cual peor.

Por fortuna, parecen haber sido conscientes de que el producto no iba causar sensación, ni mucho menos, a pesar contar con Katie Holmes (así poco va a remontar su carrera), y la duración no va más de la hora y media para alivio de todos.