La película me parece entretenida por la aparición de actores otrora estrellas y me dio por verla porque ya había visto "La barbería" y "La barbería 2", las dos producidas por Ice Cube, que me habían gustado, y esta película también está producida por él.
Así como las dos primeras me parecieron que conseguían el propósito de denunciar de alguna manera los problemas de la comunidad negra en Estados Unidos a través de los diferentes clientes y personajes que aparecían durante el metraje, a base de pequeñas historias que iban descubriendo en conversaciones con el "barbero" Cube, en este film se convierten en un quiero y no puedo, intentando mostrar los problemas de las mujeres de color en la sociedad norteamericana, con la comunidad blanca, entre ellas, y los problemas de género con el masculino.

Después de verla creo que se queda a medio camino, no consiguiendo el propósito que alcanzaban de manera superior sus películas antecesoras, quedándose en una comedia de medio pelo, no tomando en serio ninguno de los problemas que intenta mostrar, y echando por tierra el gancho que tenía de entrada con un elenco de actores atractivo en taquilla, que seguro atrajeron al público a verla en los cines, perdiendo una gran oportunidad de mostrar lo que inicialmente era una buena idea pero que no supieron, director, guionista y productores, comunicar al público.
Una pena.

Gran reparto sobre el papel para una historia simple contada sin pies ni cabeza. Da tantos giros mezclados con otros adornos que no vienen a cuento, que llega un momento en que no sabes de qué va realmente la película. Una pena desperdiciar tanto talento para una historia, que aunque simple, se podría haber sacado más partido. James Oakley ha perdido una gran oportunidad.

Película de Gus Van Sant. Director que comenzó en el mundo independiente. Desde el principio me ha gustado cómo cuenta las historias. Puedo estar de acuerdo con muchos críticos en que no es una de sus mejores películas, que es un poco ñoña y de lágrima fácil, pero me gusta. Considerada por muchos como un pastelón, incluso en esto, Van Sant deja su forma especial de contar una historia tan emotiva como esta.

Se supone que este film es de terror. A mí me ha hecho reír, pero reír de verdad. Es increíble que cosas como esta se hayan hecho, pero lo que de verdad sorprende es que haya televisiones que la compren para posteriormente emitirlas (CUATRO). El título de mi crítica viene referido a una frase hecha que dice: "No hay mejor desprecio que no hacer aprecio". Pues lo dicho.

La película ofrece una descripción de hechos, tanto del personaje de Crisanto como lo que es vivir en un país tan convulso como Colombia. Acierta de pleno en no juzgar ni decantarse por algún bando, sólo pretende mostrar y prueba de ello son esas escenas en tono documental con que siembra de vez en cuando Miguel Courtois el visionado de esta cinta. De temática dura, lo de menos parece el hilo argumental de la misma y lo verdaderamente importante es enseñar las duras condiciones de vida que soportan los habitantes en la selva, la ignorancia de los mismos, probablemente por la nula ayuda que reciben y porque conviene de alguna manera a ambos bandos, y la baja empatía existente en los organismos gubernamentales y su personal ante el sufrimiento y la precariedad de la población civil.
De Luis Tosar poco queda decir a estas alturas de su carrera. Sencillamente magnífico. Él sólo lleva el peso de la película con su actuación, no sólo por el esfuerzo en su acento al hablar, sino por la expresividad que muestra en toda la película, dando una credibilidad a su personaje magistral.
Película interesante, necesaria su visión para el que quiera tener una noción más concreta del problema colombiano, y un disfrute de ver otro extraordinario trabajo de Luis Tosar.