Con esta serie he pasado por dos fases. Una de cierta decepción (he de reconocer que iba algo predispuesto) al ver las actuaciones, y en particular la forma de hablar de los actores, ya que como apunta otra crítica, en España tenemos unos dobladores espectaculares, pero unos actores que hablan muy mal, de manera tan forzada que no te los crees, y hasta estropean lo que podría haber sido una buena actuación. No deja de ser curioso. La otra fase es cuando me he enganchado a la serie y he empezado a verla con interés. La trama es bastante buena y está bien narrada y dirigida, y el actor principal, pese a lo comentado de la dicción, sí que posee cierto magnetismo y sabe darle intensidad y misterio a su personaje. En general, con actuaciones algo mejores le daría un notable. Aún así, la serie es buena y hace pasar un rato entretenido. Recomiendo no descartarla desde el principio y darle tres capítulos de gracia.

Buena serie que me ha tenido enganchado esperando más capítulos. Francamente, no entiendo algunas de las críticas. Por algún motivo, la serie "cae mal" a muchos de los que la han visto. Sospecho que tiene que ver con que se desarrolla en un ambiente de clase acomodada de Nueva York, y eso parece revolver las tripas de alguna gente, que entonces deja de ver la serie para criticar el bótox de Nicole Kidman. Peor para ellos.

Visualmente interesante, me gusta el tono surrealista de la película. Por otro lado, desprecio el arte (en general) que está al servicio de ideologías políticas; estoy cansado de que me quieran meter la lucha de clases hasta en la sopa, con todos sus tópicos y su demagogia de cuarta división. Supongo que es lo que hay que hacer para que papá estado afloje la guita.

Serie malilla, sobre todo al final, donde se nota que no han sabido cómo terminar, pero a fin de cuentas entretenida. Está llena de situaciones poco creíbles o directamente chorras. Lo mejor es el malo, Lord Benton, un tío tan malo que es casi una caricatura, pero bien interpretado. Es el personaje más interesante.

Una gamberrada de la época muy del estilo de Cela, con argumento grotesco y profusión de culos y tetas, y esa transgresión que a estas alturas resulta ñoña e ingenua. Simpática, e impagable el lenguaje literario de Cela al describir los hechos.

Acertado el comentario de Ferdydurke. Nos podemos burlar de aquella españa, pero no somos mejores que entonces; sólo una sociedad de patanes pseudoelegantes con tablets.