Una birria de Netflix en la que en vez de atenerse a la historia del desarrollo de los famosos Pop-Tarts de Kelloggs nos cuentan una serie de imbecilidades sin sentido. Enormes fallos en el guion y en la ambientación, donde aparecen logotipos y cajas de cereales que no se desarrollaron hasta décadas después (la película tiene lugar en los años 60).

Nada que ver con otras películas en las que se narra la creación de productos de éxito (Blackberry, Flamin Hot, etc). No pierdan el tiempo.

Malísima. Una tontería tras otra, parodiando los regímenes totalitarios con poca gracia y menos acierto.

Carece de todos los elementos necesarios para hacer una serie interesante. Trata de ser graciosa sin conseguirlo y me temo que a Kate Winslet ese tipo de papeles no le encajan demasiado.

Aunque el tema es interesante, al pretender ser una comedia le hace perder cualquier fuerza narrativa que pudiera tener. Recordemos que las parodias, por encima de todo, deben de tener gracia y esta serie, en mi opinion, no la tiene por ningún sitio.

Una de las series mas originales y mejor filmadas que he visto, con una estética visual que no parece de esta época. Todo evoca los años en los que supuestamente ocurre la trama de la novela, desde el mas pequeño detalle que se pueda imaginar. Cuidadísima puesta en escena, brillante cámara y fotografía en blanco y negro que no se hace incomodo, mas bien al contrario. Por supuesto, el guion es fiel a la novela, lo que la hace entretenida e interesante.

Poco mas se podrá hacer sobre la novela de Patricia Highsmith después de esta joya cinematográfica.

Interesante drama con policías corruptos, narcotraficantes mejicanos y un servicio de aduanas criminal donde el guion tiene problemas por todos los lados.

Fallos impresentables en la factura técnica: en el año 2004, en un "flasback" de la serie, aparece un móvil de pantalla grande tipo "smartphone" que no surgieron hasta 2010-2011. Uno de los protagonistas va a la cárcel por asesinato y sale en poquísimo tiempo. A otro protagonista se le cae un contenedor encima y sobrevive. En fin, que empiezas a ver los fallos y piensas que a alguien deberían haberle echado de la producción.

Modesta pero interesante y entretenida película sobre el desarrollo y fulminante éxito comercial de las maquinas "pinball" o sea, lo que en España se solía llamar futbolines y que estaban en todos los bares durante los años 70. Imprescindible para todos los mayores de 50 que se hayan dejado la paga semanal en la dichosas maquinitas.