Haz click aquí para copiar la URL
España España · Bienvenida
Críticas de Yaveric
1 2 3 4 5 >>
Críticas 22
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
2
6 de septiembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Oyen eso? Es el silencio... Bueno, ni siquiera. Porque incluso en eso este capítulo está mitificado de manera increíble y falsa.

En primer lugar, y antes de que alguien se confunda, no soy un detractor enajenado de la serie. Al contrario. "Buffy, cazavampiros" es una serie sinónimo inexorable de mi feliz infancia en los noventa. Cuando muchos años después estudié cine, y tenía cierta propensión a hacer secuencias de montaje, me preguntaron que a qué se debía. Yo lo medité, y llegué a la conclusión de que los créditos de inicio de Buffy habían sido tan impactantes en mi mente cuando tenía 3, 4, 5 años, que había repetido aquella fórmula de manera incosciente, porque era parte de mí. Ahí es nada: La serie es parte mí.

Para mi sorpresa, revisando la serie más de dos décadas después,"Buffy, cazavampiros" no dista casi nada del grato recuerdo que conservaba de ella. A diferencia de tanto audiovisual de los noventa (entonces modernísimo; hoy, infame) como por ejemplo "Matrix", "Buffy, cazavampiros" es, en sus dos primeras temporadas, esa imagen que se me grabó ante aquellas teles cuadradas.

El problema viene luego. El final de la tercera temporada es sangrante, con un CGI infumable. La cuarta temporada, donde se encuentra el patoso y aburido episodio que nos ocupa, pierde completamente el rumbo.

El guion, uno de los fuertes de la serie (Y lo digo hoy, que soy guionista) no es especialmente bueno precisamente en este episodio. Sorprende la torpeza del guion para crear situaciones, ACCIONES, más allá de que los personajes puedan... ¿Escribir en una pizarra? Pero... ¿Es en serio?

Hay miles de ejemplos de audiovisual sin diálogos. Huelga reseñar que el cine, en sus inicios, era mudo. Hay quienes sostienen en teoría cinematográfica que, si el sonido se hubiese inventado más tarde, el cine habría evolucionado mucho más. Esta tesis la postulan y defienden, por ejemplo, grandes directores de fotografía en el documental "Maestros de la luz". Para algunos, esta hipótesis es un tanto exagerada, y responde a cierto sentimiento de gremio como tantas veces acaece en el audiovisual (Donde cada departamento barre para casa, aunque nadie con tanto éxito jamás como los directores) Sin embargo, incluso un guionista como yo puede entrever que llevan una dosis de razón bastante alta. Es en este punto, donde al tal Joss Whedon le dio por picarse e intentar demostrar que no era alguien que "solo" escribía, sino un conocedor del arte del cine en sus formas más puras.

Por supuesto, el tiempo ha puesto a Whedon en su sitio. Y es que aunque firmó una serie de leyenda como "Buffy, cazavampiros", después nos ¿regaló? engendros como "Los vengadores", una de las peores películas que he visto jamás... ¿Alguien con tanto presupuesto ha hecho nunca tan poco?


A mí me sorprendió siempre que quien fuese el creador de una serie tan icónica (Yo la empataría a nuestro "Curro Jiménez", otro cuyos créditos de inicio son inmortalidad en el imaginario colectivo) perpetrase cosas tan burdas como "Serenity" o la citada "Avengers", pero ya no me extraña tanto. Cuánto más dirigía Whedon, peor es la serie. Y "Hush" es la prueba más contumaz de ello.

Para empezar, vemos a los 5 minutos (Y tras un arranque tramposo) algo que haría suspender a un alumno de primero de dirección. Las junturas entre pannós, para que no nos vayamos a creer que no es un plató ¿Por qué se ven? ¿Este tío es así de malo o se creía que hiciese lo que hiciese se lo iban a dar por bueno? El tema suma y sigue, los efectos CGI pueden quemar alguna retina o sacar una carcajada por su cutrez infinita ¿Era necesario dicho CGI? La respuesta es un rotundo no. No obstante, ya digo que el fuerte de Whedon no es crear imágenes ni buscar soluciones imaginativas o medianamente inteligentes.

También resulta llamativo el indisimulado préstamo que coge del cine de Burton, desde "Bitelchús" a "Eduardo Manostijeras" pasando por que a los villanos de este episodio hasta les explote la cabeza igual que en "Mars attacks!". Este tono a lo Tim Burton ya se había probado con anterioridad en la serie (el capítulo en que nieva en Sunnydale es una clara referencia) pero no es el estilo que mejor le sienta a la obra.

Porque la serie en sus primeros compases presentaba una influencia incofesa pero para mí innegable: "Dellamorte Dellamore", de Michele Soavi. Película del año 1993, donde un personaje, Francesco Dellamorte, se pasea por un cementerio por las noches para evitar que los no-muertos se levanten de su tumba, en una localidad maldita, Buffalora. Sí: la Buffalora de Tiziano Sclavi es un más que posible germen de la Sunnydale que vemos en Buffy. Buffalora y Buffy comparten lexema, por algo será. Posiblemente, Whedon leyó la novela gráfica italiana, consideró que se la adaptaron mal en aquella primera película de Buffy, y copió para la serie también el estilo de la maravillosa versión cinematográfica de "Dellamorte Dellamore", brillantemente dirigida por Soavi. Efectos prácticos totalmente solventes. Los recursos que extraen de la filmografía de Soavi son uno de los múltiples motivos por los cuales "Buffy, cazavampiros" es una serie bastante lograda en lo técnico al principio, a diferencia de lo que piensan los que no la han visto. O incluso peor: los que han visto estos episodios de culto de la cuarta temporada, que son lamentables en casi cualquier aspecto mesurable.

Lo mejor del capítulo es, para más INRI, una línea de texto que suelta el bueno de Giles, interpretado por un genial Tony Head, un chascarrillo en el que dice algo así como que "excepto lo de que fundé Pink Floyd, todo lo demás ha sido verdad".

Si queréis ver ejercicios de cine mudo moderno, tenéis, en mi humilde opinión, opciones mucho más recomendables tales como "Blancanieves" de Berger o el episodio silente de la serie "Evil" protagonizada por Katja Herbers. Son ejemplos ostensiblemente más imaginativos de cómo hacerlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Yaveric
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Alan Wake II
Interactivo
Finlandia2023
8.3
151
2
31 de octubre de 2023
7 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si había un videojuego de culto, ese era Alan Wake. Por supuesto el primer Doom o el primer Resident Evil serían videojuegos de culto; O grandes títulos de otros géneros ahora en el olvido, cómo los RTS Age of empires o Starcraft. Pero Alan Wake... Alan Wake fue el último juego de culto, en mi humilde opinión.

Alan Wake era un videojuego con una narrativa mucho más importante. El protagonista homónimo, era un escritor y guionista. Alan Wake de hecho trataba sobre el punto de vista a la hora de narrar.

Somos Alan Wake. Aunque, en realidad, Alan Wake si lo pensamos, es probablemente un psicópata y un asesino. Pero es el narrador: Un narrador enloquecido por exculparse. Sus constantes sincronicidades y serendipias, con algún tipo de elemento cuántico o sobrenatural como causa, podían ser otro síntoma de su paranoia. Su sentimiento de ser un demiurgo cuya obra es capaz de cambiar la realidad, una muestra de su narcisismo. O no.

Si bien Wake podría ser un personaje dormitante en una pesadilla llamada locura, era su solipsismo extenuante lo que lo convertía en un personaje interesante, carismático ¿No somos todos un poco protagonistas de nuestra propia historia, desde nuestro punto de vista? Pues eso.

La obra original, y su secuela de 2012 ahora denostada (Alan Wake: American Nigthmare) tenían lo que Javier Cercas denominaba, en un artículo sobre la naturaleza de la literatura y la narrativa en general, el punto ciego. Según Cercas, una novela no debe dar respuestas, sino plantear una duda hasta sumergirla en un enigma irresoluble. Ese era el éxito de Remedy con Alan Wake... Hasta ahora.

De repente, y tal vez porque se les ha acusado de no saber cerrar la historia (Que para mí, era perfecta) en la empresa finesa les ha dado por destruir la historia. Sobreexplicarla, telegrafiarla y en definitiva romper su magia narrativa. Alan Wake 2 en ningún momento genera atmósfera. Empieza de una manera altamente anticlimática: Somos uno de los poseídos. Y dicho personaje muere de forma ridícula, es más irrisorio que otra cosa. Después, cuando encarnamos a una agente del FBI, el personaje del inicio debería darnos miedo. Pero evidentemente, han conseguido lo contrario.

En Alan Wake 2, el jugador sabe más de lo que necesita para temer a la oscuridad. El miedo a la oscuridad, es el miedo a lo desconocido. Aquí, no tenemos ese desconocimiento. Por ende, tampoco se genera el terror, que surge de la incertidumbre, de la zozobra de la inquietud de la incógnita que no podemos despejar. Wake era un escritor rodeado de naturaleza salvaje; Un intelectual sumido en las tinieblas ignotas cuya arma, no en vano, era la luz, en una metáfora sobresaliente. Tampoco se logra en esta continuación la empatía, ni el interés. No es casualidad: Alan Wake 2 a nivel de guion se ha desplomado.

Luego estaría un tema que en FilmAffinity nos puede ocupar menos: La jugabilidad. También arrasada. No hay ni rastro de lo que Remedy hizo bien otrora. No hay ni trampa ni cartón: El primero me lo pasé en tres días, absorbido por su historia. Este es insufrible. La decepción es como la que me produjo la secuela de Mirror's Edge en su día, otra obra maestra despojada de su personalidad en una segunda parte irreconocible. La magia, cuando despertó, ya no estaba allí.
Yaveric
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
5 de octubre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Vi "La columnista" en las postrimerías de 2020. Había empezado a estudiar cine a finales del año préterito, 2019, en el Instituto del cine de Madrid... Sin saber que a la vuelta de la esquina iban a comenzar a suceder cosas realmente locas, como un conato de apocalipsis con confinamientos y todo eso. Aun así, tanto las clases teóricas de análisis cinematográfico, como los rodajes de prácticas, pese a aquel extraño impasse, me hicieron poder valorar esta película de una forma mucho más profunda.

En otro momento, esta película también me hubiese parecido muy entretenida. Pero no habría podido apreciar los múltiples detalles que hacen de esta cinta no solo un disfrutable pasatiempo, sino una obra cinematográfica muy bien pensada en cada plano.

Es menester salir en defensa de este largometraje, puesto que ha tenido una exigua repercusión y ha sido maltratada por la crítica profesional. Además, entre los pocos votos que ostenta en Filmaffinity, casi todos son notas realmente paupérrimas (de media un 5,2 y bajando) Disto completamente de este parecer, y argumentare porqué estamos ante una obra que merece correr mejor suerte.

"LA COLUMNISTA" ¿QUÉ TIPO DE PELÍCULA ES?

El motivo por el que elegí ver aquella noche de 2020 esta cinta es, efectivamente, el cartel. Muy llamativo. No sabía nada más al respecto, a pesar de que Katja Herbers es una de mis actrices favoritas desde la también notable De Storm (2009) donde compartía elenco con otra de las estrellas holandesas de los últimos años, Sylvia Hoeks (En Blade Runner 2049 es la robot malvada, como ya lo fuese su compatriota Rutger Hauer en la Blade Runner propiamente dicha)

Uno de los fenómenos más interesantes son las pelis de género (alguna realmente es digna de ganar un "Midnight Madness" en cualquier festival que pise) que apuestan por un metraje de apenas 80 minutos. Esa duración de 80 minutos me parece perfecta: en el cine lo más caro precisamente es el tiempo. Ivo van Aart, en este proyecto holandés sin un gran presupuesto y algunos medios semejantes a los de un telefilme de sobremesa, consigue un relato tan vibrante como mucho más inteligente de lo que parece, cargado de humor negro, que engacha y mucho en esa (sin los créditos no llega) hora y veinte minutos.

"LA COLUMNISTA": UNA CINTA SOBRE LOS LÍMITES DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA DEMAGOGIA:

La película empieza así, y no: No es casualidad. La protagonista como tertuliana en un programa de televisión. Pero en lugar de situarnos ya en el plató del programa, se nos presenta desde la perspectiva de la sala de control de realización, con varios planos dentro del plano. Tampoco es algo al azar que de ella podamos ver dos caras, literalmente. Y una más visible que la otra, aunque ambas son aún, en apariencia, iguales.

Este plano de apertura es realmente interesante, porque presenta tanto a la protagonista como el tema de la película de manera irrebatible. La habilidad narrativa desde el lenguaje audiovisual va a mantenerse casi igual de alta durante todo el metraje, y esta dirección se sustenta en un GRAN GUION firmado por Daan Windhorst, y un apoyo constante de arte y vestuario para componer planos realmente elocuentes a poco que el espectador sea un observador ligeramente perspicaz.

Esta es una película sobre los medios de comunicación, sobre el control de dichos medios. Y este arranque lo ha expresado de un modo bastante explícito. Por ello, me da cierta rabia que los críticos analicen esta película como una "película imprecisa sobre redes sociales", o "película con típica vengadora". La cinta ya digo, no gira sobre el mal uso de las redes sociales, aunque estas aparezcan porque, obviamente, son un medio de comunicación.

El "simple" hecho de cómo se ha constituido la protagonista desde guion es de una lógica implacable. En una cinta sobre libertad de expresión, la protagonista es simultáneamente columnista de un periódico, novelista y contertulia de un programa de televisión. En realidad, que sea las tres cosas a la vez no es inverosímil, en España era habitual hace no tanto, como en el caso de una de mis escritoras favoritas: Ángela Vallvey.

También el que sea un personaje femenino me parece un acierto, porque me parece innegable que los insultos hacia una figura pública desgraciadamente son mayores y con un cariz más sesgado si se trata de una mujer. Lo vemos incluso en el cine, cuando algunos energúmenos se quejan de que una actriz protagonice Star Wars.

Esa misoginia lamentable, dimensiona al personaje como mucho más kafkiano que si fuese un periodista-escritor-tertuliano hombre, al que le pueden insultar, sí... Pero no de maneras tan poco creativas como "puta" y similares con una fijación tan burda como absurda. Creo que es una decisión que potencia la película, una película cuya base son como ya he dicho la libertad de expresión y los medios de comunicación y la perversión de los mismos; sin ser esta una película que parta de la premisa del sexismo como idea que la vertebre, como puedan ser la fantástica "Promissing young woman" o la reciente "Men".

Como decía con anterioridad, todo empieza en un programa de televisión, con un debate, algo que me recordó a otra película que gozaba de un humor negro tan inteligente como descabellado que dejó fuera a mucha gente por interpretaciones erróneas: Starship troopers, de Paul Verhoeven. Y no es la única escena que tiene reminiscencias de dicha cinta: las manos de los detractores de la protagonista son amputadas, algo que en Starship Troopers acontecía en la brillante escena del recluta preguntón y el superior que le da una ración de aquello de la letra con sangre entra. Verhoeven, por cierto, también es holandés. Y sin duda su obra ha estado bastante presente en esta "La columnista".

Una de las mejores cintas de esta década, con una Herbers estelar y en un papel próximo a su rol en "Evil".
Yaveric
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
28 de agosto de 2023
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película puede ser muchas cosas, pero ya hay algo indubitable: Es una película incomprendida, y estas son las que me pone defender.

Ni muchos menos estamos ante un plagio, y menos de películas ¿Americanas?

Esta cinta empieza con un guiño, es cierto: A Tenebre, de Dario Argento ¿Sitúan los de las antorchas que han venido a por la peli Italia en un mapa? No es casualidad. En Tenebre escritor y asesino eran una misma cosa en términos léxicos: Autores. Las llamas de una hoguera, cuyo fuego, que devora libros, inicia ambas películas. Nadie definió mejor a los "pobrecitos escribidores", que diría Larra, que el poeta brasileño Chacal: Una palabra escrita, es una palabra maldita.

El tono se sumerge aún más en Argento y Bava, con el uso del color, remitiendo a "Sei donne..." y otras locuras 60/70 italianas. No en vano esta película acaba con una canción de Justice, habituales en la filmografía de Helene Catet y Forzani (El extraño color de las lágrimas de tu cuerpo) dos referentes del neogiallo, que en el dúo de electrónica Justice han visto a sus Goblin en las de Dario Argento.

Otro acierto de la película es el retrato generacional, en clave parodia, de sus protagonistas. Yo, he sido alumno de Carlos García Miranda. El cuál a mí me suspendía, para que veáis que no soy rencoroso y la venganza se la dejo a payasos asesinos. Y lo cierto es que no se puede negar que sus alumnos fuésemos dignos de tal parodia. Aspirantes a narradores, obsesionados con Tesis de Amenabar (Sí, aquí la protagonista se llama Ángela y estudia en el mismo sitio que la interpretada por Ana Torrent) y fans del nuevo extremismo francés, el giallo y cuyas locuras Miranda corregía sin piedad. Aún recuerdo cuando directamente impugnó un guion mío protagonizado por dos chicas que resultan ser agentes secretas, una del CNI y otra del DGSE, e intentan robar un maletín... Pero entonces aparecen un duende, una bruja, una vampiresa postmodernos con habilidades sobrenaturales y se matan todos. Es difícil no pensar en que este conato de guion llamado "Medianoche" no sea la inspiración para la escena del profesor diciendo que la bruja y el terror son un género menor.

Ya digo que sabe de lo que habla el guionista, pese a que personalmente me doy por aludido por esta sátira en que el propio Miranda nos regala un cameo tampoco exento de gracia. Matadero nos gusta mucho a los culturetas y no hay vez que no vaya a ver "Número 2" de Godard o "Level 5" de Marker que no diga "Esta sería una localización perfecta para un giallo, le pondría música hipster donde Argento ponía a Goblin". Y la película nos ha regalado un paseo por las entrañas de mi Spotify, de Kasabian a Metric. No sé si era necesaria una comedia sobre nosotros, pero Miranda nos estaba observando y llegó a dichas conclusiones.

La película no merece un 3'7, la dirección de Carlos Alonso es muy buena, no solo correcta si no por momentos es capaz de narrar con la cámara, algo casi impesable en una superproducción estadounidense actual. Un guion técnico con sello propio pese a que esos referentes entre el fantaterror de pesadilla kafkiana gris y racionalista y el colorista Giallo más manierista están presentes durante todo su metraje, desde movimientos de cámara, planos aberrados o luces diegeticas.

No sé porque dicen Scream cuando quieren gritar Tenebre. Tal vez sea por los teléfonos. Otro acierto. Los mensajes de móvil han sustituido a las llamadas de Scream, en una pirueta sociológica impensable, y que nos recuerda que ahora todos somos escritores gracias a esto. No todos buenos escritores claro, algunos somos directamente criminales propios del peor Creepypasta. También tiene mucha miga que una estatua mate, en tiempos iconoclastas en que la quema de libros y la de estatuas van a la par, que diría el ultraderechista Soto Ivars.

Más que Scream, veo un toque muy Alien para terminar de aderezar el asunto. Y es que la final girl de Velilla está más próxima a Waterston que a Neve Campbell. Alien, en concreto Covenant. Otra película buena considerada por gente que no sabe de cine "mala". Pero tranquilos, que Alien también es un subproducto del Giallo, y para muestra esa maravillosa "Terror en el espacio" de Mario Bava rodada en nuestra España más de una década antes que la de Scott el hermano de Tony.
Yaveric
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
7 de enero de 2023
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Winding Refn vuelve a casa por navidad. Regresa a Dinamarca, tras muchos años rodando para el infame mercado capitalista que algunos llaman Hollywood. En el caso de Refn, a diferencia de la mayoría de directores europeos en Estados Unidos, retorna con algunas mejoras. Y, paradójicamente, más influido por directores no-estadounidenses: Por ejemplo, con unas gotas de santa sangre psicomágica de Jodorowsky; con cierta mirada pausada que ambiciona semejar a Wong Kar Wai. Pero sobre todo, poseído por la brujería luminosa y post moderna sumergida en color de "Suspiria" e "Inferno". Si en casi todas mis críticas cito a Dario Argento, en el caso de Winding Refn la mención era insoslayable. Winding Refn a partir de "Drive" es el gran culpable de una ola de neogiallo salvaje, que va desde "Climax" de Gaspar Noé hasta la fallida "Last night in soho", pasando por toda clase de arrebatos en videoclips de Foals o Chvrches de clara inspiración giallo.

Winding Refn, como decía, en Estados Unidos, lejos de jugar a ser más americano que los americanos tipo Roland Emmerich, Wolfgang Pertensen, Sollima y ese largo etc, ha hecho el camino inverso. Ahora vive entre el giallo y la segunda ola de Hong Kong. Ahora podría adscribirse al nuevo extremismo francés. NWR es el anti-Cameron. Tal vez esta sea la mayor paradoja: los cines están capitalizados por una película, Avatar Dos, que se aleja mucho del cine mismo; mientras que en Netflix (ese telecinco marca Starbucks) se hospeda, sin hacer mucho ruido, una obra que recuerda al cine que nos hizo soñar a los cinéfilos con las retinas bañadas en haluro de plata.

Cowboy Kobenhavn, que es como yo prefiero llamarla, además se distribuye en seis dosis, como si de una serie se tratase ¿El resultado? Es la primera vez que veo una "serie" del tirón, sin pestañear... Repite jugada NWR, que ya hizo una película de diez horazas para Amazon.

No se puede obviar las influencias de Winding Refn, ni tampoco como hemos llegado hasta aquí. Netflix le tenía ganas al danés: lo demostró haciendo "Nuevo sabor a cereza", la mejor obra de Refn que el propio Refn nunca llegó a filmar. Pero es que encima series como "Stranger Things" o "Locke and key" son productos digamos light pero derivados de NWR: sin la trilogía de neón de este cineasta, no existirían sus excesos cromáticos y musicales.

Bien, hecho este balance, para mí necesario para entender lo que significa este cineasta en la cultura popular y el audiovisual actual, procedo a analizar la serie propiamente dicha.

En primer lugar, la protagonista me parece un gran acierto. Probablemente, el mejor personaje de la ya pentalogía de neón. Hablamos de una ¿santa/bruja? cruce entre el folklore de Kusturica y alguna protagonista ¿indestructible? tipo Bannion en "Suspiria", y como si "Ms45" fuese protagonizada por Jessica Hyde. Eso sí, la firma inconfundible en dirección de actores de NWR sigue intacta: Angela Bundalovic no parpadea (¿Oye pero sus ojos?) al igual que acaeciese con Gosling en "Drive". Siempre pensé que lo de Ryan Gosling en Drive, era correlativo a Carey Mulligan y cierto episodio televisivo llamado precisamente "Blink" (Parpadeo). Pero posteriormente la cosa fue incluso a más en "Solo Dios perdona", y llegué a la conclusión de que lo de que sus protagonistas ni pestañeen es un requerimiento/argucia del director. Es un recurso. Lo lleva tan al extremo que puede parecer autoparodia, pero creo que es perfectamente válido. Confiere al personaje una distinción con respecto al resto del reparto única. Por un lado, parece el personaje que "más ve"; pero por otro, resulta más ausente. Vamos, que en definitiva, es el espectador.

En el caso del papel de Angela Bundalovic, creo que es aún más adecuado que en el de Ryan Gosling. Angela Bundalovic interpreta a una suerte de vidente. El personaje siempre ve más allá que el resto de seres que pueblan esta obra. Tiene visiones, corazonadas, precogniciones. Es un triunfo cómo entre actriz, guion y director dibujan el personaje, que acaba siendo fascinante pese a algunos "peros" que el conjunto de la serie sí que plantea y no siempre resuelve de manera satisfactoria.

También es curiosa la evolución de los capítulos, con uno como el 5 claramente escindido del estilo visual predominante en la serie. El quinto está en una coordenadas entre la fantástica "Utopia" de Marc Munden (influencia innegable) y el videojuego sueco de 2008 "Mirror´s edge". En el sexto, las reminiscencias son obvias a una de las mejores cintas de Romero: "Season of the witch" y su inicio (obra maestra total) en un bosque onírico.

El cromatismo juega con dos colores: el rojo y el azul. El azul es asignado a la paleta de color de la protagonista. El rojo, sin embargo, está omnipresente en los antagonistas por sanguinarios y lascivos (la protagonista es un personaje, por contra, asexuado) Colores como el rosa y el morado aparecen cuando confluyen ambas fuerzas en ¿la psique de la atmósfera?

Finalmente, Refn llega a enmarcar a nuestra protagonista en un neón circular, evocando la imagen de una santa. A los malos, recreando toda iconografía vampírica que se precie, siestas en el ataúd del castillo incluidas.

La serie es abstracta, tanto por momentos desde dirección, como evidentemente desde el punto de vista del guion. Esto, que será vilipendiado, se me antoja explicar que no es malo per se. No, no "indica una falta de ideas". Las ideas están, ya las he comentado. La serie también trata otros temas como la inmigración. No es que los esquive precisamente, sino que el estilo tiende a dejar margen de reflexión al espectador. Muchas veces es preferible a mascar y remarcar al consumidor lo que está viendo. Los diálogos sobreexplicativos pueden ser síntoma claro de una mala película, y Winding ya solo hace películas que como mínimo merecen en nuestro Filmaffinity el calificativo de interasentes e incluso "buenas". Aquí recupera premisas de sus primeras pelis... Pero como ha mejorado este chaval desde entonces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Yaveric
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow