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Críticas de fideo del oeste
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Críticas 39
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
24 de enero de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
LOS 8 ODIADOS
Con “spoiler” incluido
Hace mucho tiempo no me sentaba a escribir una review sobre una película, me había retirado de este oficio del cual no recibía ni un centavo. Y es que eso de andar de sapo contando apreciaciones de un cine palomitero y de mucha accesibilidad solo levanta escozores y malos tratos. Así que empaqué mi chivo y me fui a ver películas westerns y japonesas a mi cuarto. Esto de criticar películas es para los que les gusta hablar cháchara, botar corriente y hablar mierda. Pero bueno, démosle honor a este oficio de comer del vivo y rajar del muerto, de aclarar lo oscuro y oscurecer lo claro. Démosle lugar al diablo y partamos del gusto, que se revuelque en la reflexión y el dictamen sea un disparo.
Hoy me siento inspirado y al mismo tiempo con un sin número de emociones encontradas generadas por la última película de mi más apreciado y respetado director Quentin Tarantino. A continuación me dedicaré a plasmar mis palabras y decir unas cuantas frases frías como aquellas montañas de Wyoming a 30 grados bajo cero.
Los Ocho Odiosos se abre en su casi panorámico 70 mm y te estira el rabillo de los ojos hasta las cienes, con una música empática y misteriosa que fácilmente nos conecta al cristo crucificado y cubierto de nieve, como en una tipología de “no salvation”. Un primer impacto grafico álgido y sumergido de copitos de nieve cayendo por todas partes y montañas vestidas de paz en unos planos generales sugestivos y aquietados. Nada de estrés ni de acción ganchera, nada de Marvel ni de “pim pum plan”, acá no hay afán de desmembrar nalgas ni de repartir trompadas, mucho menos de dar chumbimba por venganza. Acá nos vamos con calma y nos sentamos bien que lo que se viene es un concierto desmedido y un exacerbado culto al dialogo. Preparen las almohadas aquellos cinéfilos de palabra asequible y a los que gustan de la Tarantineidad, a disfrutar del desfile de palabras y palabrotas que se van a dar rienda suelta durante la mayor parte del metraje.
Y como es de esperarse de un western, aquí vemos personajes clichecitos como: el sherif, el vaquero con carita de Clint Eastwood, las diligencias, un establo, los caballos, un renegado, la banda de pistoleros fugitivos, un general confederado y un mexicano medio tuerto. Por otro lado, no podía faltar el caza recompensas (muy bien tratado en Django Unchained), el verdugo inglés que le hace un guiño al general Hans Landa y una mercería hecha por un retardado mental que se le ocurrió dejar el baño afuera. Y no podía faltar el ahorcado, esta constituye el primer asesinato de este tipo dentro de la filmografía de Q. Tarantino. Así mismo, se pueden apreciar ciertos detalles de menor talante pero que adornan muy bien, como por ejemplo: el nombre elegante de Abraham Lincoln y por qué no algo de contextualización sobre post guerra civil y leyes fronterizas para sentenciados a muerte. Mucho contenido, demasiados elementos encerrados en un espacio físico reducido y claustrofóbico como lo es la Mercería de la negra Manny a la que le vuelan los sesos de la manera más encantadora del mundo.
Este gran ejercicio llamado Los 8 Odiosos vino con demasiados elementos, sazonado hasta los calzoncillos y más gustoso que una cazuela de mariscos con Maggi. Algo muy particular del director a quien todos conocen como un hombre ávido para la verborrea y amante a la carnicería.
Inicialmente vemos que los diálogos “tontos” no se hacen esperar y todo el tiempo los personajes están echando cuento sin importancia. Si uno se toma el tiempo de quitar ciertos momentos, seguramente no se altera la historia, antes bien la liberan de tanto aliño. Y es aquí en donde reflexiono un poco acerca de la practicidad e inmediatez del mundo moderno, todos quieren un placer instantáneo y que les acaricien las pelotas mientras comen palomitas frente a cualquier peliculita chichipata de súper héroes. El cine como entretenimiento exige que la muestra artística sea puntual y digerible, que no demande pensar demasiado y rebuscar trama. El cine actual es un mero acto de regurgitación.
A pesar de lo anterior dicho, aclaro que estoy refiriéndome exclusivamente al consumidor del cine de butaca y de nachos con salsas y perros calientes. No me refiero al cine como tal, puesto que es tan solo una expresión artística que funciona como los mismos dispensadores de coca-cola de las salas de cine. Todos van por su porción visual y su batido de efectos especiales para llenar el ojo.
Ahora bien, tenemos una industria dedicada a crear películas como churros, a producir millones de dólares al año y a manejar el concepto de cine como un mero entretenimiento. De modo que, no entiendo como a mi querido director se la pasó por la cabeza hacer una película tan larga, pero no hay que entenderlo desde la filosofía del cine moderno sino bajo la genialidad del director. A Tarantino le importa un pito lo que diga la crítica, él hace lo que se le da la reverenda gana. Y aunque la historia no es la de 8 tipos que van a Mordor a cobrar una recompensa o a meter bazuco en las minas de Tirith, solo puedo decir que no es mala del todo, solo que esta más larga que los cabellos de Rapunzel, es una sobredosis de oralidad de un director que se ama demasiado.
Y bueno, no falta el pseudo intelectual que sale como el demonio de Tasmania a echar babaza y a decir que soy un subnormal atravesado y que no entendí la película. Por Dios, está más clara que pa donde, unos tipos que hablan de cobrar recompensas, de pitos chupados, y de un pueblo que fácilmente se confunde con Canaán.
fideo del oeste
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8
28 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si es una de las grandes películas del 2014, solo puedo decir que en este año no se hizo mucho. Aunque suene altivo y un tanto presuntuoso, lo menos que quiero hacer es serlo. Pero si lo sueno y si lo plasmo en mis palabras, que no se me prohíba, pues hablar mierda también es un arte. A Iñarritu démosle una ovación de pie, la verdad que hizo algo que le deja algo al séptimo arte, hizo legado, aportó a la industria y desempolvó viejitos del ayer. Además profundizó durante toda las dos horas en técnicas no tan fáciles que en otros solo son muestras gratis y en momentos ejercicios fachendosos para hacer sobresaltar el ojo.

En mi corta y simple “review” mencionaré cosas muy ligeras que para todos es un hecho, una certeza y nada más que verle al gato. Empiezo por darle crédito al “comeback” de actores como el principal Michael Keaton, con un papel encerrado, psicológicamente inmerso en la frustración de un hombre que se quedó viviendo de las glorias pasadas y los anhelos de grandeza que nunca pudo conquistar. Básicamente es la radiografía de los hombres y mujeres que han tenido su minuto de victoria en la vida, que no pudieron sostenerla o que les llegó solamente para bendecirles el rato pero que en un momento se les fue como barra de jabón en mano. Haciendo alusión a un actor que interpretaba en sus años mozos a un súper héroe, Keaton viene para tocarle el lado almatico a todos los que son actores de cine o teatro (hablando de áreas o ramas del conocimiento y por qué no de él mismo). Viene para tocarles su lado más oscuro, sus frustraciones y las complejidades de sus personalidades. Es por esto que también se le da el aplauso al director, por componer una línea melódica dirigida a todos los que detrás de bambalinas y de la pantalla fingen para mover la industria de las movies.

Otra aparición que en lo personal me voló los sesos hasta dejarlos regados por toda mi habitación fue la aparición casi que loca de Edwar Norton como el obsesivo e hiper realista actor que vive encaprichado por la crudeza escenica. Un personaje entre lo demente y lo divertido, de esos que hacen abrir-tapar la boca de la impresión. Me le quito el sombrero.

Por otro lado Birdman es una expedición a lo más profundo de los planos secuencias y de los “travellings”. Una trabajo de cámara brutal, plagado de creatividad y de traspasos casi mágicos. Situaciones divertidas, diálogos risibles pero de ahí no más.

Y aquí me torno un troll con Birdman. Este año no hay mucho despliegue, no hay desenrollo, no hay algo como para salir de la sala más que con los sesos en la mano. Se vio algo ya visto, la típica película de las frustraciones y las voces esquizofrénicas. Y un final libre de esos que no me gustan. Una película que va al grano, hablando y hablando, presentando situaciones, es como un viaje en auto escuchando las noticias, algo grato, que instruye pero que no te hace gritar de emoción ni mucho menos cantar mientras el viento sopla al correr por la carretera. Birdman, una linda muestra en un año no muy bueno para el cine.
fideo del oeste
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2
4 de julio de 2014
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí la máquina que mejor imprime resultó siendo la que no se esperaba, o por lo menos eso creo. Lo digo porque de nuevo juega el señor Casas con un protagónico y lastimosamente no se le vio matizado y su forma interpretativa estuvo de lo más normalita. Un hombre-cojo con bastón en mano y una cursilería de lo más cargante que no le sentó nada bien, lleno de frustración por haber perdido el amor de su vida y viviendo en una casucha frente al mar. Y con respecto a lo de la maquina impresora, menciono a dos personajes secundarios que pasaron a ser los más interesantes, los más divertidos y los que menos pitos tocaban en este circo. Hablo de la hermosa Belén Rueda, que no decepciona ni haciendo de la chilindrina. Y por otro lado Sergi López que como padrino-amigo bonachón engancha de lo más de tranquilo y natural. Estos si son actores.

Una historia sacada de un canasto de simplicidad y con cero propuestas que no logran tocar ni soplar la vela. Llena de escenas que sugieren y no cumplen, que dejan a la expectativa descaradamente y sin ninguna explicación. Conversaciones que van y vienen, escenas largas y sin un desenlace objetivo, o por lo menos disfrutable. Se puede resumir diciendo que Ismael es una película de un niño que busca a su padre al que nunca ha visto y todo esto pasa en los veinte minutos de la película, y pues si se quiere ver más allá de esos veinte minutos pues ya queda en el libre albedrio de cada quien.

Esta película es muy aburrida, extremadamente aburrida. Y mi pregunta es: ¿Qué propósito tenía el que Ismael fuese negro? ¿Qué querían mostrar? ¿Un niño aguerrido que busca a su padre blanco? Por Dios, no hay propósitos claros, no se tratan en la película y solo hay sugerencias, hasta especulaciones de futuros incendios, de pasiones escondidas que tratan de emerger, de posibles encontrones sexuales pero nada pasa. Todo queda en el impulso, como cuando se va a estornudar y al final se corta. Así se queda con Ismael, con ganas de algo que no existe. Antojado.

Definitivamente esta película es para ver una sola vez en la vida… y eso que es demasiado.

Lo mejor de la película sin lugar a dudas se le debe a los diálogos alargados de Belén y Lopéz. Largos pero disfrutables.
Lo peor de la película es el hilo narrativo en su total extensión sin contar a los dos secundarios antes mencionados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fideo del oeste
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6
25 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De mano de Juame Balagueró (el director de la saga Rec) y de Luis Tosár (ganador de un Goya a mejor actor por Celda 211), viene Mientras Duermes. Una película de thriller de suspense muy a lo Hitchcock, con momentos de comezón de uñas y sobresaltos bien ajustados. Nada cansina ni tampoco empalagosa.

Posee una fotografía limpia, con primeros planos imponentes que oxigenan la vista y una banda sonora fresca y a la vez oscura. Engancha desde sus primeras escenas creando la atmosfera de interrogación que en un filme de esta categoría no puede faltar. Luis Tosár, genial. Sombrío tanto como vertical. Su personaje de Cesar es la columna vertebral que toca a todos los demás personajes, todos son permeados por su mirada y su corazón frustrado. Su riesgo es el culpable de los momentos de tensión, aunque para una persona de mente cuestionadora no habría mucha lógica para tanto peligro. ¿Para qué hacerle daño a Clara? ¿Qué le hizo ella a él? Pues nada, el tipo es un sub normal y punto. Pero es aquí cuando se conocen los buenos guiones y los buenos actores, pues ellos hacen creíble lo ilógico.

Mientras Duermes es para dejar aún lado cualquier actividad y distractor. Es una película para disfrutar en su simpleza. Y lo digo porque no plantea una razón de peso para el daño que se hace. Es justificar lo injustificable, su trama nace de la enfermedad y la desviación mental de un personaje poco convencional. Pero vuelvo y digo –y perdón por redundar-, pero a Tosár denle más vacaciones que se fajó. Pero quien no se fajó ni un poquito –y perdón por ser tan charro-, fue la niña, o bueno, echémosle la culpa al director. ¿Por qué una niña extorsionista? A mí no me cuajó ese personaje, ni la que lo interpretó. Hubiesen puesto un joven con un aspecto más pervertido, quizá más mayorcito, más sueltico de sus padres, que no estuviera subordinado por nadie. Alguien más retraído. Pero puedo entender que Balagueró quiso hacer su versión de “las niñas rubias del cine terror”. Sí, esas niñas de mirada vacía y pérdida que cuando miran producen miedo. Pero no lo consiguió –en mí, aclaro-, pues se le vio muy sobre actuadita.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fideo del oeste
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2
20 de junio de 2014
1 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que finalizo algunas de mis clases quiero esta vez iniciar mi comentario. Haciendo uso del "One minute paper" me dispondré a escribir sobre lo bueno y lo malo, o sea, lo que me gustó y lo que no. Pues bien, no me va quedar difícil decir que lo único que me gustó de esta película, es que confirmé que no todas las películas con un bonito mensaje son buenas. Y lo que no me gustó, es que me quedó un resquemor hacia el ajedrez y los niños que no se ríen. En busca de Bobby Fischer es del tipo de películas que sugieren una gran historia, de esas que están plagadas de moral y reflexión.

Lastimosamente la contaron mal, la arrancaron con una voz en off y unos planos en blanco y negro bastante aburridos. Lastimosamente nos llevaron a un sitio de adormecimiento, desgano y afán por terminarla. Hace rato no veía una película con tanta pereza.

Pero hay dos cosas que surgen cuando uno está frente a una movie de esta clase, lo digo por mí que soy de mente gráfica. Primero que todo, se puede aprovechar el tiempo para pensar en asuntos pendientes que tengan que ver con el trabajo, proyectos futuros o en frustraciones del pasado. La otra es unir lo que se ve con cosas ya vistas –aquí estuve-. Tengo que confesar que de Bobby Fischer saqué las comparaciones más absurdas del mundo. Llegué hasta creer que la misma banda sonora podía ser acorde a una película de dinosaurios. Y ni hablar del maestro bueno y el maestro malo. O sea, Josh Skywalker aprendiendo a manejar su fuerza en medio de una partida de ajedrez, controlando su mente para que sus deseos almáticos no le dominen. Ah, pero cuanto hubiese deseado que en el parque Josh hubiese tenido un entrenamiento por el verdadero Morfeo. Una clase de ajedrez desde la matriz. Definitivamente… comparaciones tontas a causa de una película aburrida.

Pero no todo es malo… o bueno, casi todo. Pero rescatemos lo que se pueda, lo importante. Alejémonos de lo que para mí es malo y veamos lo que se quería mostrar –según mi ojo-. Moralmente hablando tengo que confesar que si llego a tener un hijo con esas características lo primero que haré será documentarme bien, porque eso de tener un hijo con cara de zombi no me gusta. Un niño que no se ría esta poseído por satanás. Y ahora, que le guste el ajedrez, eso da miedo. Que le guste darle patadas a un balón uno eso se lo aguanta y hasta es normal. Pero que no se ría y que todo el tiempo este adivinando jugadas mientras juega con las muñecas de la hermana, no lo concibo. Pero la cuestión es que no es culpa del niño, aquí el padre tiene mucho que ver. ¿Cómo así que tiene que ser el ganador siempre? Eso es inhumano, por Dios, a los muchachos hay que enseñarles a ser humildes, a ser buenos perdedores. Es que no hay nada más espantoso que un mal perdedor, esa gente da lástima. Y lo raro, es que el niño Josh da lección de humildad, de amor por el prójimo. Un muchacho desprendido de las cosas, sin esa visión corrosiva de la ambición.

Y le doy un aplauso a la madre, que estaba consciente que su hijo era un niño. Ellos tienen que vivir sus etapas y estadios sin adelantarlos en el tiempo. No se pueden madurar viches ni someterlos a vivir bajo presiones que finalmente son de los padres y no de ellos. Hombre, que si el niño no quiso ganarle al otro culicagado pues qué se puede hacer, es un niño que le importa más hacer el bien que conseguir victorias tras victorias. Aquí es cuando recuerdo las palabras aquellas en donde se dice que el reino de los cielos es de los niños. No hay nada más puro que el corazón de un niño.

En Busca de Bobby Fischer es una película para personas que no les importe nada en la vida.
fideo del oeste
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