Sí, eso fue lo que pensé nada más ver los títulos de crédito.
El director podría haber avisado que en vez de una película hizo un documental pasteloso, con voces susurrantes que parecen provenir de la cienciología.
No sé si soy yo, que soy un poco pejiguera, pero cada vez que hablaba un voz en off... me crispaba los nervios. ¿No pueden hablar con un tono normal? ¿Toda la película así?
Lo que decía... un coñazo.
He de decir que a nivel visual es muy bonita, pero... qué quieres que te diga. Terrence, te has lucido con el guión. ¿Ibas fumado?
Puede que sea una cazurra y sea un obra maestra que mis humildes sentidos no saben captar, pero tanta metáfora, tanto misticismo... No me va.

No sé si es porque todo el mundo me había hablado muy bien de ella. Pero... menuda decepción.
El argumento es bastante infantil: mujeres casamenteras que le "ofrecen" candidatos a una señora cuarentona que se hace la difícil para que no se note que está desesperada por tener a un hombre a su lado.
El doblaje es penoso (parecen voces salidas del porno).
Menudo chasco.

Lo único que te engancha en esta maldita película son los primeros 5 minutos.
Pero los actores principales la destrozan. Los diálogos son de niños de párvulos, y tratan al espectador como si no tuviera cerebro.
No tiene sentido absolutamente nada.

Me ha impactado gratamente, y eso que ya había leído el cómic.

Es una historia que trata del desarraigo, de la lucha por la libertad, por los derechos de las personas, por ser uno mismo...

La película describe todo eso y más a través de la historia reciente de Irán, bajo la mirada de una niña con una situación acomodada, pero que mira asombrada cómo se derrumba todo su mundo.

Sublime.

Es la hipocresía y el cinismo llevado al extremo.
De cómo una celebración del patriarca deriva en una serie de revelaciones familiares determinantes en el trascurso de la velada.