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Críticas de juancarlosrema
2023
17 de noviembre de 2023
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tristemente, a la directora le queda enormemente grande un tema interesantísimo y que en otras manos hubiera sido un tesoro por descubrir. Profana un jardín en el que, en mi opinión, nunca se debería haber metido... Tal vez, pronto o tarde, alguien con más talento lo hubiera igualmente rescatado.
No obstante, solo por ver las apariciones y fotografías de La Singla, merece la pena. Eso sí, yo dejaría a un lado el resto... Muy cansino y poco elegante (por ser suave) el tratamiento de la directora, que, por otra parte, si se descuida, hubiera quitado el protagonismo a la bailaora para dárselo a una Helena Kaittani (hilo conductor del documental), más que cargante y empalagosa.
En resumen, el tema y la historia, un 10. El resto, para olvidar.
No obstante, solo por ver las apariciones y fotografías de La Singla, merece la pena. Eso sí, yo dejaría a un lado el resto... Muy cansino y poco elegante (por ser suave) el tratamiento de la directora, que, por otra parte, si se descuida, hubiera quitado el protagonismo a la bailaora para dárselo a una Helena Kaittani (hilo conductor del documental), más que cargante y empalagosa.
En resumen, el tema y la historia, un 10. El resto, para olvidar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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MiniserieDocumental
2021
12 de abril de 2021
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo la menor duda de que Nevenka fue acosada y de que todo lo que manifiesta es cierto. Es una mujer valiente y con coraje; yo sí la creo, por supuesto. Los hechos que se narran y cómo se hace son absolutamente veraces y creíbles.
También es incuestionable la utilización actual del caso por parte de una ideología, cuando en su momento, a nivel nacional, no municipal, la ignoraron por ser concejala de determinado partido, se pusieron de perfil y no la apoyaron, digan lo que digan, como hubieran hecho con otra mujer un poquito más de izquierdas (perdón por la ironía).
Es paradójico que la productora Newtral, que tan poco honor hace a su nombre, sea la encargada de dar hoy voz a Nevenka. El cinismo y el oportunismo es su fuerte, porque lo que no cuenta tan neutral productora - seguro que se les pasó sin querer - es que sus amigos del PSOE (los amigos de la productora, digo) en 2013 ganaron una moción de censura con el apoyo imprescindible del acosador. Cosas que pasan, cosas del PSOE. Y se quedaron tan panchos. La productora también; y es que un olvido lo tiene cualquiera. Su directora, Ana Pastor, no, pero por esta vez hizo una excepción.
——-
La serie, por otra parte, se queda tristemente en la superficie, y no porque no quiera, sino porque ni sabe ni puede. Y es monótono y, aunque no dura más que una película al uso, algo somnoliento. Y ella, a veces bien, a veces poco espontánea. La presencia y el estilo del escritor Juan José Millás a mí me parece prescindible y, aunque no sé por qué, desagradable. Vomitiva fue también la actitud del fiscal jefe Ancos, como para haberle metido en la cárcel. Y, aunque es algo muy subjetivo, muchos pensamos que Nevenka dejó Ponferrada, pero no porque fuera como algunos parecen pintar, que se viera forzada a salir de España poco menos que desterrada, sino que evidentemente su entorno más cercano, Ponferrada, se volvería irrespirable y para rehacer su vida se trasladó a Inglaterra como podía haberlo hecho a otra ciudad española, incluso me atrevería a decir que al vecino León. Poner más o menos distancia de por medio es cuestión de cada uno, aunque lo que importa es que haya rehecho su vida felizmente, algo que se merece y de lo que la gran mayoría de nosotros nos alegramos sinceramente.
Yo, como dije, por supuesto que le creo a ella, y aunque no hace falta, tampoco hubiera estado de más haberle dejado hablar a él, para que nadie diga que no se le permite defenderse, y pese a saber que no nos va a convencer en absoluto, porque ya habló lo que tenía que hablar ante los jueces. Más que nada por eso de los dos puntos de vista y por lo de la mujer del César. Si bien lo de la imparcialidad a Newtral sería como pedirle peras.
Nota:
Por cierto, las imágenes tampoco le hacen honor a Ponferrada, una ciudad mucho más bella y luminosa de lo que muestran la mayoría de los primeros planos del documental. Pareciera intencionado que a los realizadores, pese a algunas tomas luminosas desde la distancia, no les importara tanto mostrar su indudable belleza como el hecho de querer transformar o editar (fotográficamente hablando) una ciudad más acorde con el triste y crudo tema que trata. Ponferrada, aunque su nombre nos hable de un puente de hierro, nunca acogió el óxido en sus calles.
También es incuestionable la utilización actual del caso por parte de una ideología, cuando en su momento, a nivel nacional, no municipal, la ignoraron por ser concejala de determinado partido, se pusieron de perfil y no la apoyaron, digan lo que digan, como hubieran hecho con otra mujer un poquito más de izquierdas (perdón por la ironía).
Es paradójico que la productora Newtral, que tan poco honor hace a su nombre, sea la encargada de dar hoy voz a Nevenka. El cinismo y el oportunismo es su fuerte, porque lo que no cuenta tan neutral productora - seguro que se les pasó sin querer - es que sus amigos del PSOE (los amigos de la productora, digo) en 2013 ganaron una moción de censura con el apoyo imprescindible del acosador. Cosas que pasan, cosas del PSOE. Y se quedaron tan panchos. La productora también; y es que un olvido lo tiene cualquiera. Su directora, Ana Pastor, no, pero por esta vez hizo una excepción.
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La serie, por otra parte, se queda tristemente en la superficie, y no porque no quiera, sino porque ni sabe ni puede. Y es monótono y, aunque no dura más que una película al uso, algo somnoliento. Y ella, a veces bien, a veces poco espontánea. La presencia y el estilo del escritor Juan José Millás a mí me parece prescindible y, aunque no sé por qué, desagradable. Vomitiva fue también la actitud del fiscal jefe Ancos, como para haberle metido en la cárcel. Y, aunque es algo muy subjetivo, muchos pensamos que Nevenka dejó Ponferrada, pero no porque fuera como algunos parecen pintar, que se viera forzada a salir de España poco menos que desterrada, sino que evidentemente su entorno más cercano, Ponferrada, se volvería irrespirable y para rehacer su vida se trasladó a Inglaterra como podía haberlo hecho a otra ciudad española, incluso me atrevería a decir que al vecino León. Poner más o menos distancia de por medio es cuestión de cada uno, aunque lo que importa es que haya rehecho su vida felizmente, algo que se merece y de lo que la gran mayoría de nosotros nos alegramos sinceramente.
Yo, como dije, por supuesto que le creo a ella, y aunque no hace falta, tampoco hubiera estado de más haberle dejado hablar a él, para que nadie diga que no se le permite defenderse, y pese a saber que no nos va a convencer en absoluto, porque ya habló lo que tenía que hablar ante los jueces. Más que nada por eso de los dos puntos de vista y por lo de la mujer del César. Si bien lo de la imparcialidad a Newtral sería como pedirle peras.
Nota:
Por cierto, las imágenes tampoco le hacen honor a Ponferrada, una ciudad mucho más bella y luminosa de lo que muestran la mayoría de los primeros planos del documental. Pareciera intencionado que a los realizadores, pese a algunas tomas luminosas desde la distancia, no les importara tanto mostrar su indudable belleza como el hecho de querer transformar o editar (fotográficamente hablando) una ciudad más acorde con el triste y crudo tema que trata. Ponferrada, aunque su nombre nos hable de un puente de hierro, nunca acogió el óxido en sus calles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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23 de marzo de 2021
51 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin entrar a valorar su contenido, está serie no es ningún documental. A una vaca se le puede llamar oveja, pero no deja de ser una vaca.
Esto es una entrevista, un “testimonio”, y por definición, en los testimonios no se confronta nada. Una cosa no se convierte en documental solo por aportar documentos, lo mismo que no se es el Niño Jesús solo por nacer en un pesebre.
Y es que ya harta esa aberración que algunos tan patéticamente dicen ahora: “es su verdad”, “es mi verdad”..., cuando deberían decir “su versión, su punto de vista”. Mi opinión es que “Verdad” es una y tiene un valor absoluto, y como he oído reciente y acertadamente, “la verdad no es una opinión”.
De un documental se espera objetividad, y en esta serie solo hay un punto de vista, por lo que es subjetivo, sin entrar en si el testimonio es verdadero, medio verdad, interesado o no.
Lo que sí parece es que la cadena de momento lo ha elevado a categoría de prueba irrefutable y se alza como buitre por encima de juicios, jueces y juezas, que son a quienes corresponde juzgarlo; jueces y juezas muy acostumbrados a sentenciar, como debe de ser, duramente a los maltratadores, y que hoy por hoy, ya han estudiado y juzgado las demandas de la presunta víctima (a la que, por cierto, se le suponen buenos abogados), y que, finalmente, dichos jueces y juezas las han rechazado, archivado, sobreseído o no han considerado procedente investigar, al menos de momento.
Eso sí, para muchos “la verdad” de los jueces no es “su verdad”.
En fin, con esto, repito, no entro en absoluto a considerar si ella o él tienen o no razón, ni quién es el malo o el más malo de la película.
Lo que sí me parece es que el tal Jorge Javier Vázquez, sentado en su trono, parece y se cree el inquisidor mayor de la república, y la tal Carlota... la juez instructora disfrazada de Bruja Avería. Ambos ya han dictado sentencia.
Esto es una entrevista, un “testimonio”, y por definición, en los testimonios no se confronta nada. Una cosa no se convierte en documental solo por aportar documentos, lo mismo que no se es el Niño Jesús solo por nacer en un pesebre.
Y es que ya harta esa aberración que algunos tan patéticamente dicen ahora: “es su verdad”, “es mi verdad”..., cuando deberían decir “su versión, su punto de vista”. Mi opinión es que “Verdad” es una y tiene un valor absoluto, y como he oído reciente y acertadamente, “la verdad no es una opinión”.
De un documental se espera objetividad, y en esta serie solo hay un punto de vista, por lo que es subjetivo, sin entrar en si el testimonio es verdadero, medio verdad, interesado o no.
Lo que sí parece es que la cadena de momento lo ha elevado a categoría de prueba irrefutable y se alza como buitre por encima de juicios, jueces y juezas, que son a quienes corresponde juzgarlo; jueces y juezas muy acostumbrados a sentenciar, como debe de ser, duramente a los maltratadores, y que hoy por hoy, ya han estudiado y juzgado las demandas de la presunta víctima (a la que, por cierto, se le suponen buenos abogados), y que, finalmente, dichos jueces y juezas las han rechazado, archivado, sobreseído o no han considerado procedente investigar, al menos de momento.
Eso sí, para muchos “la verdad” de los jueces no es “su verdad”.
En fin, con esto, repito, no entro en absoluto a considerar si ella o él tienen o no razón, ni quién es el malo o el más malo de la película.
Lo que sí me parece es que el tal Jorge Javier Vázquez, sentado en su trono, parece y se cree el inquisidor mayor de la república, y la tal Carlota... la juez instructora disfrazada de Bruja Avería. Ambos ya han dictado sentencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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4 de octubre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada comercial, modesto, pero cine que mira a las entrañas.
Descarnado y seco. No apto para aficionados al cine de acción de usar y tirar.
Parece mentira que la haya dirigido Nicolas Cage.
Descarnado y seco. No apto para aficionados al cine de acción de usar y tirar.
Parece mentira que la haya dirigido Nicolas Cage.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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1 de octubre de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los inicios de Patria, la novela de Fernando Aramburu, dicen que a uno de sus personajes, Taxo, tras asesinarlo ETA, lo habían enterrado en San Sebastián, y no en su pueblo, a pesar de que en él tenían el panteón familiar, porque si lo enterraban en el pueblo atacarían la tumba.
Y sigue:
“Bittori, en el cementerio, durante la ceremonia del sepelio, le susurró a Xabier una cosa que este nunca ha olvidado. ¿Qué cosa? Pues que le parecía que, más que enterrar al Taxo, lo estaban escondiendo”. (Pág. 32)
—
El documental es doloroso y muestra sin lugar a dudas que mientras la sociedad vasca en general no asimile su culpa y el mundo abertzale, en particular, no asuma y reconozca su responsabilidad sin paliativos, ambages, equidistancias ni homenajes a los asesinos, esa sociedad seguirá enferma y la herida no cerrará hasta que, como también dijo uno de los personajes de Aramburu, “Es la ley de la vida. Al final siempre gana el olvido”.
Y sigue:
“Bittori, en el cementerio, durante la ceremonia del sepelio, le susurró a Xabier una cosa que este nunca ha olvidado. ¿Qué cosa? Pues que le parecía que, más que enterrar al Taxo, lo estaban escondiendo”. (Pág. 32)
—
El documental es doloroso y muestra sin lugar a dudas que mientras la sociedad vasca en general no asimile su culpa y el mundo abertzale, en particular, no asuma y reconozca su responsabilidad sin paliativos, ambages, equidistancias ni homenajes a los asesinos, esa sociedad seguirá enferma y la herida no cerrará hasta que, como también dijo uno de los personajes de Aramburu, “Es la ley de la vida. Al final siempre gana el olvido”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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