No se que tiene el personaje principal que no deja de cautivarme. Una historia que se siente fugaz en la vida. Porco Rosso llega a nuestra vida, de la misma manera que se va: rápida y dejándonos una gran aventura en el camino.

Que película. La historia de dos marineros vigilantes de un faro, es un pretexto perfecto para llevarnos a través de un descenso a la locura de los personajes. La fotografía es muy buena. El ratio usado nos hace sentir el aislamiento de los personajes. ¡Dios mío Robert Pattinson! Me parecería injusto seguirlo encasillando en el papel del vampiro brilloso, pero debe darle gracias a William Dafoe que ayuda en esa dinámica que exalta a ambos actores.

La fotografía es lo que podemos resaltar en demasía de esta película. La historia por momentos toma caminos de conveniencia lo cual le quita mucha credibilidad a la hora de contar una película supuestamente basada en acontecimientos de la guerra. Se vuelve predecible por momentos debido a esas mismas conveniencias. Las influencias del director en el teatro se percibe en ciertas escenas donde los personajes hablan y caminan a la vez, es muy agradable de ver ese detalle.

Mientras veía esta película, no podía evitar pensar en Moonrise Kingdom. La idea de un niño obsesionado con el nazismo me parece excelente, pero no siento que se termine de explotar la idea. Los momentos de drama son bruscamente cortados por comedia que no debería estar. Con el punto anterior nos vamos con la tonalidad de la película, tiene serios problemas en decidir si quiere dar risa o no por momentos.

Creo que nunca me había sentido nostálgico por una época en la que no había nacido... ni siquiera mis padres habían nacido. La historia de un actor en decadencia, un doble de riesgo problemático y una actriz conocida en un Hollywood en renovación, es bastante agradable. Realmente es un tributo hecho al cine con el que probablemente Tarantino creció o se desarrolló. Definitivamente es mi favorita del director.