Una historia de intolerancia, no excesivamente bien resuelta. Carece de esa potencia para enfrentarse firmemente al tema que aborda.

No es larga, pero a mi me lo ha parecido, bordea el asunto con poca trascendencia y aunque es evidente el empeño, no resulta creíble.

Las escenas de amor entre los chicos se ven muy forzadas, no parecían sentirse cómodos; ignoro si era lo que Gitta Gsell, al frente de la dirección, deseaba transmitir.

Antonio de la Torre hace una composición del personaje atractiva y absorbente, cargada de matices y señales. La he visto tres veces... y las tres me asombra. Es inquietante comprobar lo que puede esconder, una sencilla apariencia, metódica y pulcra...

Película excelente, donde nos adentra con imágenes en la mente de un frío e insensible asesino en serie. Parte de la maldad, esa tan atractiva para quienes nos encontramos en un lugar plácido y complaciente.

Me fascina este tipo de cine, retorcido e inquietante... HOGAR, EL PRACTICANTE, MIENTRAS DUERMES. Todos los personajes de esas películas se mueven a través de una lateralidad desconcertante.

La valoré hace unos años con un 8.

No decae en ningún momento, se presenta como un trabajo de Brian De Palma, enérgico, brillante, entretenido y complejo. Las interpretaciones son magníficas. Al Pacino desarrolla su personaje con sobresaliente riqueza de matices. Sean Penn, se aloja en un registro eficaz, pese a encontrarse alejado de otros trabajos; no parece temer asumir riesgos... lo cual se agradece.

El guion consigue mantener el interés sin que jamás pierda atractivo. El final es una delicia de tensión sostenida e intriga. Una música excelente, que ambienta en todo momento aquellos años que tan bien refleja.

Evocadora y triste. Se mueve entre esos afectos esquivos que Santiago (Leonardo Sbaraglia) necesita y no encuentra... Una historia de sutil intensidad, con interpretación sensible y profunda del actor argentino.

Su argumento es llano pero no simple, sensible, pero no azucarado. En ningún momento se banalizan los sentimientos, aunque nadie en su entorno parezca entenderlos... solo busca que lo quieran, y en nadie halla cobertura a su apremio por obtener ese amor definitivo y compensatorio.

He observado atentamente la actuación de Nuria Herrero, al margen de la extraña historia... y el comportamiento no lo he entendido... bueno, o si; pues se enmarca en esa nueva forma de interactuar en la vida real, trasladada al cine.

A los pocos minutos me dieron ganas de pasar a otra cosa... pero decidí conocer el final de tan inmenso despropósito. Me habló de Zerø un alma gemela, y tiene razón en todo cuanto dijo...

El cine avanza hacia esos lugares tan alejados del entretenimiento tradicional. Me gustan los experimentos, que todo cambie, pero cuando ese cambio es un despropósito, también se debe destacar. ¿Verdad?