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España España · Valladolid
Críticas de Marcos B
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Críticas 76
Críticas ordenadas por utilidad
7
20 de noviembre de 2021
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando escuché que Ridley Scott, a punto de cumplir 84 años, se embarcaba en un proyecto de grandes magnitudes tomé la noticia con cierta cautela. No sabía exactamente como iba a enfocar la obra literaria de Eric Jager, en primer lugar por la mezcla entre novela y crónica verídica que se esconde entre sus páginas y, en segundo término, por las dudas que genera el tratamiento del cine en el Hollywood actual.

A favor tenía dos elementos muy importantes: el reencuentro de Matt Damon y Ben Affleck para la escritura de guion, que tantas alegrías me dieron en sus años jóvenes; y de forma paradójica la mano en el timón del propio Scott, siempre con temas interesantes por contar, respaldado por algunas de las grandes obras maestras de la historia del cine moderno. Sus producciones siempre están envueltas en un halo de rigor que ha de ser tenido en cuenta, y la incertidumbre de si sería capaz de mantener su independencia narrativa, se convirtieron en potentes imanes para captar la atención.

'The Last Duel' parte de un único hecho fundamental que consigue mover apellidos, honores y agitar reinos. La violación de Marguerite de Carrouges (Jodie Comer) se transforma en el elemento capaz de sembrar la discordia y poner en jaque, a la vez que nos hace reflexionar sobre la integridad y la credibilidad de una persona y su derecho indiscutible a contar con credibilidad.

A ambos lados dos amigos de batallas. Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver). Los dos coincidentes en varias campañas bélicas durante años, ambos con aspiraciones de ascender en su estado social. Caballeros y escuderos que danzan con sus piezas en un tablero, dónde cada movimiento significa aumentar sus propiedades, honores, riquezas y apariencias; fundamentales en la Edad Media para construir pequeños feudos bajo el reinado de Carlos VI. Una época en la que las alianzas incrementan el poder y provoca enfrentamientos entre las distintas casas.

El caballero de Carrouges toma por esposa a Marguerite, lo que aumenta su influencia en varios estratos. No sin levantar ciertas envidias en sus círculos más cercanos, sin exceptuar a su compañero Le Gris, que sirve como escudero al capitán Pierre d’Alençon (Ben Affleck), voraz de poder e instigador interesado en escalar influencias en el reino. Durante una campaña en Escocia de De Carrouges, Le Gris viola a su esposa. Las ínfulas de dominio por perpetrar su linaje, elevan el delito a juicio, para dictaminar como sentencia un duelo a muerte entre los dos combatientes, que repercutiría en la muerte de Marguerite De Carrouges, por mandato divino, si su marido es derrotado.

Scott no se conforma con narrar el conflicto en un solo bloque. Cada uno de los tres protagonistas cuenta con su verdad diferenciada por capítulos. Cada uno de ellos cuenta una realidad que va destapando las personalidades y las motivaciones del triángulo. Pero va aún más allá, y conduce a la profunda reflexión de lo que vale la vida y el testimonio de una víctima dentro de una época fundamentalmente masculina. Critica un régimen de posesión sobre otra persona y su derecho a llevar ante los tribunales el abuso.

Scott va caldeando el ambiente. Utiliza un tenebroso ambiente filmado en diversas regiones de Irlanda y sus castillos. La época medieval aparece sucia y corrupta, como corruptos son sus personajes en su tenacidad por anular el juicio de alguien en su propio beneficio. Los tonos azulados predominan en un entorno invernal exterior, con cierta calidez envenenada en los interiores de los aposentos, en los que se urden las más despreciables maquinaciones por conquistar el poder. Hombres bestia que recuerdan a ‘El Duelo a Garrotazos’ de Francisco de Goya. Magníficas interpretaciones de Matt Damon y Adam Driver con sus personalidades fuertemente marcadas y matizadas. Sobresale la belleza de Jodie Comer en una interpretación contenida y sobrecogedora; sus primeros planos con lágrimas en los ojos erizan el vello de la piel.

Estupendo guion que peca en algunos momentos en revelarse “algo actual”, no restando en demasía al magnífico libreto. Intensas imágenes de batallas y escaramuzas, descarnadas y brutales sin ahorrar fluidos. Caballos sementales sin muros con plenos derechos.

Una película bien narrada, extensa, de tempo lento, que nos devuelve la fe en un relato de época bien escrito y dirigido. Atronador uso del sonido para terminar en un remanso de paz y esperanza; acompañados por una partitura muy correcta de Harry Gregson-Williams. Ridley Scott disipa dudas y firma una de las películas más interesantes del año. Deja poso.


Publicado originalmente en: https://cinemiamor.wordpress.com/2021/11/20/las-tres-verdades-el-ultimo-duelo-2021-ridley-scott/
Marcos B
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7
7 de agosto de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos en la Viena de 1906. Hanna Leitner (Maresi Riegner), esposa y madre de dos hijas, se mueve en los estratos de la alta burguesía, bajo la opresión de un mundo en el que no termina de encajar. Enferma de asma, y en medio de una crisis respiratoria, el reposo parece presentarse como única alternativa a su dolencia; una enfermedad que la postra y la limita física e intelectualmente, relegándola a un mundo de mera observación, objeto de rutina sexual y fotógrafa no realizada, conformándose a solo mirar la actividad profesional de su marido.

Con nocturnidad, decide marchar al Sanatorio de Monte Verità, en la ciudad de Ascona al sur de Suiza. Con rapidez se encontrará inmersa dentro de un ambiente magnético, rodeada por una naturaleza acogedora que conecta directamente con su sentir y ser más profundos. Allí, en Monte Verità, empieza a encontrarse consigo misma, hallando poco a poco la realización personal.

El director, Stefan Jäger, toma como punto de partida los hechos reales de Monte Verità, en el distrito suizo de Locarno. Fundado por Henri Oedenkoven e Ida Hofmann, a medio camino entre el sanatorio y comuna primitiva, caminamos a través de un mundo etéreo y bohemio a principios del Siglo XX, mucho antes de que surjan los movimientos de liberadores que aglutinan a personas y artistas de toda índole. Jäger, utiliza el personaje de Hanna Leitner como eje vertebral para articular la acción; dando cita en un mismo lugar a personajes reales y de ficción. Con exquisita sensibilidad, asistimos a la plasmación del guion escrito por Kornelija Naraks, inundado de un mensaje inspirador que nos sacude hondo, gracias a la riqueza y los matices de los intérpretes. Desde la real y misteriosa Lotte (Hannah Herzsprung), a las vidas de la bailarina Isadora Duncan, el escritor Hermann Hesse o el terapeuta Otto Gross.

La inspiradísima banda sonora de Volker Betelmann, se transforma en un personaje mayor más, consiguiendo que las secuencias con partitura crezcan a niveles absolutamente místicos y cautivadores; atravesando los paisajes montañosos con una sobrecogedora fotografía de Daniela Knapp, dando vida a los entornos y bosques.

Cada elemento nos conduce de forma inexorable hacia la conversión de Hanna Leitner. Su disciplinado cariz como fotógrafa del lugar, nos traslada a bellas fotografías en blanco y negro. Emociona cada vez que destapa el objetivo de las antiguas cámaras fotográficas y, con cariño, coloca las planchas fotosensibles como si de un preciado tesoro se tratase. De menos a más, haciéndose enorme en medio de la inmensidad, controlando los tiempos de exposición para obtener un resultado perfecto.

La historia de una joven mujer, que en silencio grita en rebeldía para conseguir la preciada y justa libertad personal. Una mujer que no olvida sus orígenes, escribiendo y manteniendo el contacto con su familia aun a riesgo de no ser correspondida.

Un pasaje a mirar de frente y sin miedo, recorriendo esas fotografía que retratan una época. Un atardecer que augura nuevas y excitantes fotografías, atrapados por una mirada optimista, en un trabajo cinematográfico repleto de valentía; donde las épocas se unen, el alma vibra y nos agita en la butaca del cine henchidos de puro gozo.



https://cinemiamor.wordpress.com/2022/08/07/la-libertad-te-pertenece-la-fotografa-de-monte-verita-2021-stefan-jager/
Marcos B
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Comuneros
Documental
España2022
7.1
471
Documental
7
22 de junio de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus nombres: Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado. Para algunos, héroes; para el Reino de Carlos I, un hatajo de traidores a exterminar. La Guerra de Comunidades en el corazón de la España del Siglo XVI, se convierte en un evento histórico de primera magnitud. Sanguinario, atroz, visionario e inspirador; con ecos que retumban, no solo si aguzamos el oído en la tierra de la Campa de Villalar, sino en muchos hechos acontecidos durante los siguientes cinco siglos de la Historia Europea.

‘Comuneros’ es una película multidisciplinar, que aúna en su desarrollo: documental, investigación, animación y enseñanza. Pablo García Sanz, (‘¡Folk!, Una mirada a la música tradicional’, 2018) construye un relato apasionante a la vez que instructivo, dotando a la narración documental de recursos cinematográficos, muchas veces más propios del cine de ficción, que nos conducen al cine histórico, con intrigas y revueltas, y un tono épico y emocionante que consigue atrapar al espectador a través de la fascinación de la época. Para ello reúne a un equipo de 18 historiadores que irán desgranando sus puntos de vista, ofreciendo sus conocimientos para comprender esta batalla. A la vez, intercalará imágenes de los emplazamientos originales en los que tuvieron lugar los sucesos.

La película se transforma en una enorme batalla de risk, repleta de nombres y apellidos para la eternidad. Un proyecto que se alarga en su proceso de creación durante más de dos años, para conseguir un acabado pulido y potente al mismo tiempo. Las sobresalientes secuencias de animación, resplandecen dando vida a los personajes del momento, consiguiendo una profunda inmersión histórica. Es la contundente voz en off la que estremece, la que se mezcla con las bellas composiciones de El Naán, potenciando, más si cabe, la sucesión de acontecimientos. Se nos muestra, de forma minuciosa, los parajes de Tierra de Campos y sus imponentes fortalezas. Las construcciones y la arquitectura de Castilla adquieren vida; a veces sus casas, sillerías y artesonados parecen hablar más allá de su condición inanimada, saltando las fronteras de la propia pantalla de la sala de cine.

Un film que se beneficia de un atronador diseño de sonido, cautivando con sus muchos matices en la atenta escucha; aderezado con una soberbia dirección de arte, mimada en cada uno de sus ángulos, sorprendiendo con su acabado visual. Suma al conjunto una gran dirección de fotografía que destaca en las localizaciones exteriores. Bellos cuadros de los campos castellanos y su entorno, testigos de ancestrales batallas. El montaje, pletórico de destreza en su elección, otorgando un ritmo dinámico.

Los nombres que nos acompañan en plazas, calles y monumentos cobran una nueva dimensión. Los Tres Comuneros, el Sacro Imperio Romano Germánico. El Obispo Acuña y María Pacheco, pionera y continuadora del espíritu comunero. Una película que habla, diferenciando con sapiencia, de revolución, revuelta y rebelión. De la lucha por unos ideales, con libertad y sin nacionalismos, que aún reverberan desde el fragor de la encarnizada batalla y posterior ajusticiamiento. El Mito, ese que pasa por tres fases: paraíso, caída y redención. Ramales de nuestra historia que nos hacen comprender el presente, con los intrincados y complejos instrumentos puestos en las manos del cine. El cinematógrafo, testigo de excepción para la Historia.
Marcos B
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7
23 de abril de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es To the Wonder una película para despreciar, tal y como quieren hacernos creer. Tampoco es una película para ver doblada, porque el inglés, el francés, el español y el italiano están presentes en la nueva incursión cinematográfica de Terrence Malick.

Y perdonad que insista con el no despreciar, porque To the Wonder navega a años luz, de las películas de otros que se hacen llamar autores. No es una película completamente hecha de material nuevo. El propio Malick hace mención del uso de metraje de The Tree of Life, en los títulos de credito finales. Y perdonad que insista con la versión original, porque bien vale un desplazamiento para ver esta obra en sus idiomas originales.

To the Wonder es una buena película, que narra los estados del amor, con la sensibilidad y la óptica única del director tejano. No necesita de palabras explicitas para contar lo que sucede. Si The Tree of Life era sobre todo una película profundamente espiritual y trascendental; To The Wonder, nos habla de la perdida terrenal, de las miserias humanas, de las dudas que se presentan en nuestras vidas; y del profundo desamor que se produce en nuestros corazones.

Película de pocas palabras, y circular en su composición, no pretende dar soluciones a su discurso: Tan sólo presentar hechos, de unas vidas que pueden ser la de muchos. Valiéndose de unas parcas interpretaciones, una excelente fotografía, y un score puramente clásico, pasa con buena nota la prueba del visionado. Es tan bonita que le perdono errores de raccord, que quizás estén hechos aposta, ya que muchas veces el montaje parece una sinfonía jazzistica en la que la improvisación es la principal protagonista.

Vale más de lo que se dice por ahí. Emociona, vaya que si emociona. Y todo ello usando el mecanismo de segunda página, que a muchos les resulta molesto o repetitivo. Notable película, cuando parecía que las primeras opiniones se la querían quitar de golpe y porrazo. Buena y quizás más que eso.
Marcos B
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9
16 de noviembre de 2019
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cámara se desliza lentamente con un travelling frontal, mientras nos muestra esos rostros de otro tiempo que contienen los gritos de la historia. Llegado cierto momento gira y asciende, para desembocar en un hombre anciano y risueño, que no parece tener prisa en su discurso. Nos habla sin pausa, dirigiéndose a cámara, a modo de confesión no solicitada pero necesaria. Su excusa se retrotrae a aquellos momentos en los que se dedicaba a “pintar paredes”. Un trazo aquí, otro allá, y poco a poco irá confeccionando a su gusto el fresco que cubre varias décadas. Porque las paredes hablan, y en muchos casos están dibujadas con sangre.

Se llama Frank Sheeran, y en algún momento después de combatir en la Segunda Guerra Mundial fue camionero. Supongo que es durante ese tipo de conflictos cuando el ser humano, si se mancha las manos de sangre, pierde cierta sensibilidad y cordura, y un disparo no es mucho más diferente que arreglar la tapa del delco, repartir los cuartos traseros de una ternera, o abrir en familia los regalos de navidad. Lo que no se puede negar es que una historia es siempre una historia, y contarla es en ocasiones un acto de exorcismo. Sobre todo si en tu camino te cruzas con tipos cómo Russel Bufalino o el bueno de Jimmy Hofffa. Y es así, trufado de personajes, cuando yendo adelante y atrás en tu vida, consigues narrar los retazos más importantes de la pintura.

Se dice que en los tiempos del cine clásico, el guion era tan importante, que hasta un director mediocre podía dirigir una película. Aquí nos topamos con un texto maravilloso, y con un director sobresaliente y fuera de época, que ha hecho lo que le ha venido en gana. Que con ojo sabio, y a cuestas con las alforjas del tiempo comprende la globalidad del proceso cinematográfico. En un guion soberano a modo de puzzle, servido por las excelencias del montaje, y sabiendo viajar en los tiempos sin que ello sea un inconveniente. Y por si todo ello no fuera suficiente, desde una frecuencia fundamental, saber saltar entre diferentes estaciones, sin perder el tono primigenio de Frank Sheeran. Que el relato esté al servicio de sus intérpretes, y eso no suponga una barrera para dejar sus improntas; siendo hipnótico en la narración a la par que hechizante. Con la sartén por el mango, y siempre conociendo los tiempos de cocinado. Manejando el tempo con las alquimias del pasado, en tiempos y con herramientas del presente.

Que retrate una época, nos cuente los sucesos de la historia, y nos transporte a un estado de catarsis sin que el metraje le pese. Que unos actores, otrora magníficos, sigan ofreciendo interpretaciones sobrecogedoras, recitando las líneas del armónico fundamental. Cuando entran esas melodías del pasado, y ellos se siguen atreviendo a mirar a los ojos del espectador.

Y Scorsese detrás de la cámara, siendo testigo y haciéndonos partícipes de la épica. Desde La Batalla de Anzio, mientras Frank Conduce a una boda. Desde el sabotaje al taxi y las lavanderías, llegando a las más altas esferas políticas y a las manos que rigen el mundo. Siendo consciente que el tiempo se termina, y que tus vástagos renegarán de ti. Y a tu modo, ni bien ni mal, arrepintiéndote. Solo, mientras la cámara se aleja en travelling, y tímidamente se atreve a mirar a ese anciano que tiene tantas cosas que decir.
Marcos B
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