Una película pretenciosa, aburrida, ... su único interés reside en los distintos paisajes de la pobreza y la muerte en África, resaltados con una espectacular fotografía.

Si nunca has pensado en serio como se produce la ropa que compras, o los medicamentos de los que disfrutas, puede aportarte algo de interés, o aún ser reveladora. Pero para eso habría sido mejor ver un buen documental, y no una mala película.

Ante todo debo aclarar que he visto la película en vídeo, no en cine. A pesar de que mi pantalla es bastante grande y mi home cinema un Yamaha (que dicen los que saben de esto que es la mejor marca en altavoces), supongo que el no contemplar este espectáculo visual en formato super-gigante me ha privado de la sensación de asombro, vértigo, y maravilla, que me habrían sobrecogido y dejado clavado a mi butaca de haber estado en un cine.
Perdido pues el asombro tecnológico me he encontrado en casa, cara cara, con el resto de Polar Express, es decir, con la película. Ya sabéis, la historia, los personajes... todo eso que se engarza en el guión y te cuenta algo que despierta tu interes, curiosidad, ternura...
Como aquí no hay de eso (guión), pues no se despierta nada.
Más bién se duerme uno. (O al menos yo me dormí en el primer intento)
El veloz Polar Express no es más que la excusa para presentarnos unos escenarios digitales hermosísimos y mucha, mucha acción (absurda -de antología del disparate el viaje del ticket) que habrían sido de gran provecho si hubieran estado incluidos en algo que mereciera el nombre de película.
Las tonterías a las que recurre el... bueno, llamémoslo a pesar de todo "guionista"... recurre el guionista para cambiar de escenario causan verguenza ajena.
La guinda es el intento de ser "políticamente correctos" cumpliendo de modo torpísimo con la cuota racial y de clase (el negro, el pobre... se han dejado el asiático). Yo he pasado por algún apuro económico y me siento un poco ofendido por el paternalismo snob que desprende la cinta (por no hablar del racismo encubierto).
En fín, el resultado final es sencillamente catastrófico.
Con perdón, un coñazo.
Si querían hacer puro espectáculo, podrían haber rodado un videoclip sobre la Navidad, en vez de martirizarnos con esta pseudo-película.
Al acabar de verla -a base de amor propio, y porque ya esta visualizando esta crítica- sólo podía pensar "Que harto estoy, pero que harto...."

Creo que la película plantea un punto de vista interesante sobre el aislamiento mental, y físico, de la Corte respecto al resto del mundo. Hace muy verosímil la idea de que estando en el centro de todo no se enteren de nada, como sucede con "Lost in Translation".

Aunque desde esta perspectiva (habrá muchas más) me parece una película de una sóla idea, a la que se subordinan el resto de los aspectos como secundarios (los rituales de paso y la organización diaria del tiempo, la centralidad de la maternidad, etc).

Siendo menos pedante y más comprensible, Lost in Translation trata el tema del aislamiento, pero trabaja la vertiente laboral, el dilema del contenido de las relaciones de pareja, ... al faltarle todo eso Marie-Antoniette se me hace muyyyy lenta :).(Y eso que yo pienso que 2001 o "El último Emperador" son películas ágiles)

La fotografía es maravillosa, y también la ambientación. Supongo que a los muy interesados en el periodo, o a los que hallan estado allí, o a los que les sorprenda completamente el entorno, la película les habrá parecido menos vacía pero a mí me ha resultado mucho menos interesante, a distancia, que las dos películas anteriores de Sofía Coppola.

Madagascar (la primera) me gustó y sorpendió al mismo tiempo. Tiene el aire de la fábula clásica, y su virtud. Y con ésto quiero decir que puede pasar como una película entretenida más, o como una reflexión sobre problemas actuales de la que extraer una enseñanza para el futuro.
Madagascar (1) ataca, como "La Playa", el mito que une "Natural" y "Bueno". Muestra -con razón- que esa idea es una estupidez propia de burgueses con propensión a soñar paraisos en vez de aceptar (o arreglar) el mundo en el que viven.
Madagascar (2) ataca, ataca los nervios, usando todos los gags y personajes de la primera pero sacados de contexto. Carentes de sentido. Como pasa con Piratas del Caribe 2 y 3.
Hay a quién le gustan las sucesiones de caidas, bofetones, y chistes fáciles.
A mí me suelen aburrir, salvo las de los hermanos Marx, que consiguen engastar sus disparates, como perlas, en un guión.
Así que quién entienda por "pasar un buen rato" y "es para los niños" ver un montón de escenas descabelladas, que la disfrute.
Yo me vuelvo a casa a ver la primera.

Después de darle varias vueltas, creo que he conseguido encontrar sentido a la película: El director y Viggo Mortensen deben haberse comido casi todo el presupuesto, el uno por hacerse responsable del engendro y el otro por poner la carita. El resto de los actores españoles han actuado gratis para salir junto a una estrella de Hollywood, a ver si así les conocen al otro lado del atlántico, que es donde se gana pasta de verdad (único interés de nuestro queridos pseudo-intelectuales de la escena). Por eso la duración de sus papeles -sin cobrar- es, en general, directamente proporcional a lo que necesitan de promoción y les falta de calidad: De ahí, por ejemplo, que Elena Anaya, con sus poderosas razones, haya destrozado el papel de Angélica de Alquezar, mientras Pilar López de Ayala interpreta un personajillo secundario.

Por lo demás, había que cumplir con las entretenidas novelas de Pérez Reverte sacando las escenas más importantes de los libros, pero sin más vínculo entre ellas que su aparición sucesiva en la pantalla, de modo que las breves intervenciones de los personajes más bién parecen cameos, y al engendro no hay quién le encuentre sentido.

En suma, quién quiera una buena ambientación, en plan versión medieval de "Salvar al Soldado Ryan" o "El Enemigo a las Puertas", pero sin la historia de ésta última, la disfrutará.

Yo casi me duermo en un par de ocasiones, aunque salvo de la quema los diez minutos del principio. (pasados los cuales os podéis salir del cine con tranquilidad. ¡Que son dos horas y media y el tiempo es oro! :P).

Suerte a quién, de todas maneras, decida verla ...