Uno de los tantos rejuntes de planos y secuencias restauradas "como se pueda" de las cosas que quedaron incompletas o perdidas de Welles. Volviendo a la ciudad donde su famoso villano hacía sus correrías, Orson recorre diversas locaciones, filosofando acerca de los deleites que la misma puede proporcionar, a saber:

"Cosas lindas para escuchar" (música)

"Cosas lindas para mirar" (dice el gordo mientras mira con cara de pervertido a dos jovencitas que pasan frente a él, que apuran el paso seguramente espantadas por la túnica y el sombrero negros)

"Y cosas lindas para comer" (Los únicos planos detalle, se los llevan tortas y demás golosinas. Si confiamos en el lenguaje cinematográfico, podemos concluir que es lo que más le atraia al amigo)

Luego se trenza con Mickey Rouke en una parodia de cine de espías, y hasta termina haciendo un truco de magia de "chica que desaparece dentro de una caja", pero ayudándos por una pistola. No pregunten, nadie lo entendió.

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Desperdicié una hora y media viendo Una bala en la cabeza, y ahora me quiero pegar un balazo en las bolas.

Para los que añoramos al viejo y querido cine de acción de la década del 80, este comienzo de año debería haber sido un orgasmo.

Por un lado, con "El último desafio (The Last Stand), tuvimos el regreso del hijo pródigo del género, el Gobernator Arnold, luego del impasse que se tomó para creerse el nuevo Ronald Reagan. Con "Un buen día para morir" (A Good Day to Die Hard), mostraba otra vez su camiseta sucia y desgarrada el inefable John McClane. Y con esta "Una bala en la cabeza" (Bullet To The Head), Stallone vuelve a salir de la zona de confort probando suerte con un proyecto original, luego de robar exitosamente en estos últimos años con sus probados Rocky, Rambo, y su apilada de viejas glorias de geriátrico "The Expendables".

Desafortunadamente, de este menú de tres platos, solamente la entretenida revisión juguetona del western dirigida por el coreano Kim Ji Woon, entregó un producto bueno. La quinta "Die Hard" resultó una patada en las bolas para los seguidores de la saga, y en "Una bala..." el viejo Sly mete la pata hasta la rodilla (la peli no resultó muy "original", después de todo). Arnoldo va liderando el score del 2013, por ahora.

Dirigida por Walter "The Warriors" Hill - un director que tiene la fama de "legendario" solamente porque Dios es grande - la cinta sigue a un asesino a sueldo (Stallone), y a un policía (un coreano desconocido que ni me gasto en buscar como se llama) que unen sus fuerzas luego de que sus respectivos compañeros son asesinados por un enemigo en común.

El tono es seriote: no esperen ver el humor y los personajes chispeantes que hacían pasable a "48 Horas". Sí esperen ver un montón de situaciones y tramas ya vistas en el cine de acción del siglo pasado.

Para quienes odian la voz de caído del catre del actor de Rambo, lamento contarles que la historia se va siguiendo con una narración introspectiva en off del tipo. Una selección de fotos de archivo de Sly usadas para mostrar el prontuario desde la juventud del personaje, te mostrará progresivamente los efectos del botox en el rostro humano.

Para cagarla del todo, "Una bala..." recurre por quichicienta vez al cliché más gastado, usado y regurgitado de la historia del cine policial y de acción, que a esta altura ya habría que prohibir su uso por ley del sindicato de guionistas. Una ayuda: Stallone tiene una hija, llena tatuajes de estrellitas. ¿En qué situación podría verse involucrada? (HAGAN SUS APUESTAS Y PASEN A COBRAR EN LA SECCIÓN "SPOILER"):

spoiler:

¡Sí! En el acto final, la chica termina secuestrada por el villano y atada a una silla en una refinería abandonada, donde será rescatada previa llamada amenazante: "Tenemos a tu hija, entréganos (lo que sea) o te la devolveremos en pedazos”.

La bisagra en el humor televisivo que produjo en los 70 "Monty Python's Flying Circus", provocó varios seguidores a lo largo del globo. En E.E.U.U. llegó "Saturday Night Live", en España tienen a "Muchachada Nui", y en Argentina, los precursores fueron "Cha cha cha" (originalmente "De la cabeza").

Debo ser el único boludo del país al que este programa no le causaba gracia. No sólo eso: soy un demente incoherente, porque en cambio sí me meo de risa con "Peter Capusotto y sus videos" y "Todo por dos pesos", que supuestamente maman del mismo chorro.

Pero es que el líder de esta troupe, Alfredo Casero, en mi opinión tiene menos gracia que Santo Biassati. NUNCA JAMÁS ME PUDO SACAR UNA SONRISA, EL GORDO. Es un misterio para mí que le ven de gracioso a este tipo.

En cuanto al resto del elenco, podemos concluir quién tenía talento y quién no, de acuerdo a su devenir posterior y a su actualidad (año 2013):

- Pablo Cedrón: terminó haciéndose el paraguayo en lo de Nicolás Repetto. Luego actuando en novelitas pedorras

- Mex Urtizberea: dando lástima en programas de la TV Pública que no miraban ni sus parientes, y ahora como "desahogo cómico" de programas de deportes en cable.

- Mariana Briski: a Tinelli con su compañera, y lo último que le conocimos fue el papel de la esposa de Francella en el sketch "Pero si es una nena". Las otras chicas de Cha cha cha, desaparecidas en acción.

- Rodolfo Samsó (uno de los pocos que zafaba del programa): robando con el personaje de Alakran primero en el Show del Chiste, y más tarde en casamientos, cumpleaños y show privados. Actuamente en la radio con Beto Casella.

- Flavio Alberti: directo a ser el co-creador de un programa de culto que todos guardamos en nuestros corazones: Todo por 2 pesos. Ese SÍ que fue algo realmente revolucionario para la tele argenta.

- Diego Capusotto: idem que el anterior, llendo aún más lejos y creando a "Peter Capusotto", uno de los programas humorísticos más geniales, inteligentes y delirantes de la historia de la TV nacional. Un verdadero suceso y sensación de YouTube.

CONCLUSIÓN: Está claro, Capusotto y Alberti eran los único con buena madera de Cha cha cha. Casero que siga actuando en telenovelas y unitarios grasas para las amas de casa: le creo más haciéndose el serio que tratando de hacer reir.

Death Note, la serie de TV animé basada en el manga de Tsugumi Oba, es simplemente fantástica. Uno de los guiones policíacos más logrados para una serie de TV, un duelo de intelectos atrapante, el juego del gato y el ratón definitivo.

PERO ES UNA SERIE DE 37 CAPÍTULOS.

Esta versión "Death Note: Relight” (a veces nombrada como “Rewrite”, que es la traducción correcta del japonés), es la serie recontra editada y condensada para hacerla entrar en la duración de una película. Como resultado se arruina completamente, echando a perder el suspenso y el desarrollo de los personajes, que eran el corazón de la original.

No veas esto, ve la original, te juro que vale la pena. Tampoco veas las películas de live-action (las hechas con actores de carne y hueso) hasta que veas primero la serie.

Esta es la que vale:
http://www.filmaffinity.com/es/film686560.html

Como si la intentona de Gus Van Sant de hacer la remake de Psicosis no hubiera sido ya una mala idea, viene el portugués este con cero verguenza y el ego más grande que el Everest, y decide hacer por su cuenta una secuela del clásico "Belle de Jour", de Buñuel con la veterana Deneuve. El muy arrogante tiene el tupé de pretender hacer que esta "segunda parte" sea más bien el climax de la película original.

Aquí otra hace el papel de Séverine, ya vieja y hecha mierda, mientras que Piccoli vuelve supuestamente para revelarle el secreto de "que era lo que había ahí dentro".

Manoel de Oliveira se mandá una introducción eterna mostrando quichicientas tomas de la ciudad, empalma con una escena de la conversación con un barman donde convenientemente se relata verbalmente todo lo que pasó en la "primera parte" - para poner a tiro a los boludos que no la vieron - y finaliza con una cena íntima entre dos pseudo-mudos que te dejará totalmente intrigado, preguntándote como alguien pudo hacer esta mierda y salir indemne.

Ni hablar del gallo que aparece de la nada (ah, sí, sí, ya entendimos lo que quisiste hacer, huevos tristes)