Me fastidia pensar que se podría haber hecho algo mejor… como por ejemplo, que el protagonista fuese el único del planeta, pero me ganó el guionista de Hollywood. Seguro que pensó que el espectador no aceptaría el reto de que solo hubiese un protagonista. A mi me hubiese encantado, sería algo distinto, y no lo mismo de siempre. Luego, están muchos fallos del guión como no explicar porqué Will es inmune a la pandemia o virus o como se quiera llamar. Y por último, esos infectados muy poco creíbles, que solo dan miedillo cuando gritan y aun así molestan en vez de asustar, sin dejar a un lado claramente ese malo imprescindible para que Will tenga un objetivo en la peli, ese malo que tanto le gusta a la gente y el que más conoce al protagonista pese a solo salir por la noche mientras éste está encerrado en su casita. Y sin tampoco olvidar la trampa en la que cae Will, donde luego descubrimos que no era ni más ni menos que del malo malísimo del film, haciendo acto de presencia ahora con perros enfadadísimos… se notaba que había que meter algo en la historia que volviera a enganchar al espectador.
Ahora bien, destacar sin duda el principio del film, donde vemos la soledad del protagonista y lo que hace día a día. Puede que nos canse un poco pero a fin de cuentas, es creíble ya que yo haría lo mismo si estuviera en su situación. Pero luego la escena que más me encantó es sin duda lo de la perra a punto de transformarse: la cámara se acerca a los dos, lentamente, mientras Will canta una canción que de alguna forma nos recuerda al principio del film, cuando estaban juntos y vivian bien, una canción que nos da seguridad… pero que se rompe cuando vemos planos duros del pelo caído, de zonas infectadas… y de pronto la perra le ataca y aparece luego el primer plano de Will, sufriendo, luchando, diciendo muchas cosas con esa expresión magnífica que solo faltaba una lágrima mientras la estaba ahogando, y por último, la cámara se aleja y lo deja solo completamente. Por lo demás, solo salvo estas dos situaciones. Fink