Tiene todo lo necesario para ser una buena entrega de la franquicia: Ritmo, mucha acción, gadgets, giros inesperados, buenos efectos especiales, escenarios exóticos, chicas guapas, villanos correctos, toques de humor, y como no Sean Connery. La verdad, no entiendo por que algunos la califican como una de las peores de la serie, a mi es de las que más me ha gustado. Si vale, lo de hacer pasa a Bond por japonés es una estupidez y tiene más detalles tontos pero son fallos menores. La historia es del todo inverosímil pero eso siempre ha sido una constante en la saga, al igual que la necedad de los villanos a la hora de asesinar al protagonista. Donald Pleasence no tiene tiempo de lucirse por que aparece como 5 minutos en pantalla. Recomendable entretenimiento.

Esta es una de las películas más justitas e impersonales de mi adorado John Carpenter, pero aún así es entretenida y se deja ver. No es un mal remake, de hecho mejora a la original en algunas cosas y muestra escenas que en aquella no pudieron debido a la falta de presupuesto. El problema es que se pierde gran parte del mensaje filosófico, centrándose más en las muertes, lo que hace de este remake una versión mucho más convencional y previsible, incluso hay momentos que causan risa, cosa más que reprochable cuando hablamos de un film de terror puro. Los actores dejan bastante que desear, sobre todo los niños que no imponen respeto ni tienen esa clase que tenían los de la película de Wolf Rilla. De los adultos solo merece la pena salvar a un correcto Cristopher Reeve que sin embargo pone unos caretos muy mejorables cuando los niños intentan penetrar en su mente. Los efectos especiales están bien y se incluyen numerosos guiños a la versión de 1960. Como ya he dicho no es una maravilla pero para pasar un rato entretenido si que es muy válida.

A pesar de los esfuerzos de Woody Harrelson, un simple pasatiempo banal, de usar y tirar, una comedia romántica de humor friki con algunas hordas de zombis de por medio para disimular, de terror no tiene absolutamente nada y como comedia solo funciona a ratos, mientras que los toques dramáticos parecen metidos con calzador. Hay cosas que tienen gracia, como el cameo de Bill Murray o los últimos minutos que son realmente entretenidos y originales. Pero el tono general es el de un producto hecho con prisas para recaudar algunos millones y nada más, claro que los 80 minutos que dura se hacen amenos pero llegan los títulos de créditos y te preguntas; ¿Eso era todo?. Pasable.

Más de lo mismo, si, pero es que encima para ofrecerlo hay que forzar las situaciones hasta el punto de convertir a los personajes en unos completos cretinos.

No me queda claro por que el malo entrena a Daniel-San si lo que pretende es que le partan la cara en la escena final, se supone que es para estropear más la relación maestro-alumno pero si tan seguro estaba de su discípulo tampoco había necesidad, la cuestión es rellenar minutos como sea. La parte en que se vuelve "malvado" me recordó a Spiderman 3, produce mucha vergüenza ajena, y las escenas de Miyagui zurrándole a unos karatekas que le sacan 4 cabezas y 50 años de juventud son el culmen de lo irrisorio. A evitar seriamente.

Repleta de tópicos, previsible a cada paso y sin aportar absolutamente nada nuevo al género. Los personajes repiten todo el rato lo que está ocurriendo como si el espectador tuviese un retraso mental. La presencia de Sandra Bullock en un papel en el que no encaja no es un aliciente si no todo lo contrario, toda esa subtrama personal es totalmente prescindible. Entretenida a ratos pero nada más.