Nolan cierra su maravilloso círculo oscuro. Que el director, gracias a su trilogía, ha conseguido rescatar de las tinieblas en las que se encontraba al héroe del comic en la gran pantalla es un hecho contrastable desde la primera cinta que filmó.
En este caso llegamos a la tercera y última, que resuelve todos los enigmas abiertos en las dos primeras películas y deja esa apuerta abierta para seguir explotando el filón del hombre murciélago.

El director destapa la caja de fuegos artificiales para ofrecernos la misma calidad pero mucho mas grande y mucho mas ruidoso. Si ese iba a ser el final al menos que fuera mas espectacular que nunca. Y el show le ha quedado redondo.

Un héroe que lo ha perdido todo debe enfrentarse a su mayor reto, salvar a Ghotam practicamente solo, como un hombre desnudo contra el mundo. Y eso se refleja perfectamente. La sensación de estar definitivamente todo perdido sobrevuela hasta el final, lo que hace mantener el nivel de interes durante las casi tres horas que dura el film. Un logro, sin duda.

Creo que la cinta se resiente si se la compara con la segunda parte. La elección del villano no es la mas acertada una vez gastado el comodín del Joker(majestuoso Ledger), némesis por antonomasia de Batman, en la anterior película. Igualmente no termina de convencer Anne Hathaway como Catwoman, aunque el dibujo de su personaje está perfectamente adaptado al mundo creado por el director. Podría haber dado mucho mas. Aun así, si que mantiene el tipo general gracias a los giros de guión y el fantástico final.

Podemos decir que Nolan ha hecho un gran trabajo con sus películas y ha devuelto al heróe de Dream Comics al sitio que le correspondía, y tambien que el elenco de actores que ha llevado el peso de los tres largometrajes (sobretodo Bale) han demostrado un nivel de interpretación superior, dotando a sus personajes de gran carisma.

Todo queda resuelto, Ghotam sigue teniendo héroe. Por lo menos hasta que próximamente surjan nuevas amenzas y el logo del murciélago vuelva a dibujarse en el cielo oscuro.

Insidious 2 es a todas luces un pequeño puzle de miedo. Un rompecabezas de casas encantadas. A James Wan le gusta su trabajo, se le nota. Cada película que dirige se le reconoce más maestría filmando, mas pez en menos agua, dentro de este género de terror sobrenatural que en estos tiempos está ya un poco sobreexplotado.
Diremos que la dificultad del reto de Insidious 2 recaía en el guión, en el hecho de hilar toda la trama que ya se vio en la exitosa primera parte, crear una historia envolvente que atase todos los cabos sueltos y a su vez enganchara de nuevo como si debutase en pantalla. Y la verdad que el triple salto con tirabuzón le ha salido clavado a Wan, porque allí dónde otras películas han caído la suya ha evitado con firmeza el agujero.
Insidious 2, sin revelar nada ni “spoilear” la película, continúa directamente la historia de la primera parte, como si entre una y otra no hubiesen pasado tres largos años. Superar esa barrera e introducir al espectador en la trama de nuevo recordando cómo nos habíamos quedado entonces era otra prueba de fuego (más teniendo encima uno de estos guiones rebuscados) que se pasa con nota medianamente alta. Si bien es cierto que la cinta se puede disfrutar sin haber visto la primera realmente se consigue exprimir todo el jugo a esta segunda parte habiendo sido partícipe de la historia de los Lambert desde el primer momento. Entenderlas como un todo es lo que hace a la saga salir airosa por encima de lo normal, con escenas de la segunda que inciden en la primera y viceversa.
No sé si por ambición, por innovación, por osadía o por otra razón Wan ha querido tocar en esta película unos cuantos elementos del género y mezclarlos en su particular coctelera. Así a lo largo de la narración nos encontramos planos de cámara fijos al más puro estilo “Paranormal Activity”, grabaciones amateurs para aportar realismo (“El Proyecto de la Bruja de Blair” o “REC”)… el resultado, que puede no agradar a todos, resulta satisfactorio para introducir al espectador en la dinámica que realmente requieren esas escenas.
En cuanto a las decepciones nos encontramos con un par de ellas. Hay sustos de todo tipo y de todos los colores, unos más logrados que otros (si, tranquilos algún brinco vais a dar) pero no es el fuerte del metraje, hemos llegado a un punto en el que hemos visto tantas veces esta clase de sobresaltos en otras tantas películas que parece que hemos desarrollado (eso me ocurre a mí) un sexto sentido para intuirlos y ya no causan tanta impresión como antaño. Creo que el camino que para mí marcó Gore Verbinski en 2002 con “The Ring” ya está demasiado recorrido por muchos peregrinos y hay que encontrar fórmulas para regenerar un género como éste para que pueda volver a brillar de nuevo.
Por otro lado alguien debería haberle dicho al director que una película que pretende ser una saga de terror de éxito y continuada, en cierta forma seria, no puede elegir como carta de presentación (tanto al principio, dando el pistoletazo de salida como al final para cerrar el telón) un rótulo con unas letras rojas horribles, tipo circo de los horrores, con una música estruendosa que lo único que consigue es precisamente lo contrario a lo que pretende, dar risa y sacarte de contexto. No sé si se trata de algún tipo de homenaje, pero ha quedado peor que mal.
En resumen, James Wan cierra el círculo (¿?) de la familia Lambert de una manera notable, con un buen trabajo de su reparto de actores y con una cinta (y una saga) que engancha por su guión y no tanto por sus efectos, muy consumible y muy disfrutable en una butaca (si es acolchada, mejor).

Django, Django...podriamos estar hablando perfectamente de "Malditos Bastardos 2". Si hay un director que tiene una huella propia que sabe dejar marcada en todas sus peliculas ese es Tarantino. Si cambiamos el escenario de la segunda guerra mundial por la del oeste americano, o viceversa, tenemos seguramente las mismas señas con diferente paisaje.Pero eso no es malo, sobretodo si adoras al director, porque desde la selección de actores (destaco por encima de todos a Christoph Waltz, mas cómico aquí que en MB) hasta la cuidada banda sonora, pasando por esos pequeños homenajes que tanto le gustan meter a Tarantino (dar un pequeño papel al Django original o esos planos de cámara típicos del Spaghetti Western).

Valiente argumento y violencia elegante, de nuevo, para contar una historia de liberación con muchisimos detalles interesantes. Altamente recomendable para quien ve en este director un maestro y sabe paladear su cine. Para el resto...no estoy tan seguro.

Detachment es una apuesta personal, muy personal de Tony Kaye. Hacer una crítica encubierta del escalón mas marginal de la educación siempre es tirarse a una piscina llena de tiburones hambrientos, pero hacerlo además de una manera tan intimista es hacerlo sangrando para ser presa aun mas fácil de los escualos.

Adolescentes con problemas y sin futuro, familias rotas, profesores a los que se les pide ejerzan de padres, falta de valores...todo ello dentro de un instituto tan vivo como vacío, una cáscara rota, cuyo peso recae sobre los hombros de un profesor suplente (Brody hace un trabajo alucinante) que tiene que vivir mirando atrás, sin perder de vista un pasado tortuoso que le atormenta. ¿Como educar a los demás cuando no somos capaces de entendernos nosotros mismos?. Esa parece la cuestión que Kaye nos plantea y el guante que nos lanza a la cara.

Y sí, el trabajo del director sale a flote y resurge desde debajo de todo ese mar negro de emociones desgarradoras y deprimentes para desembocar en un film de buen gusto, pero que no llega a conseguir todo lo que pretende. Se queda alejada de la orilla porque peca de ambiciosa. Quiere mirarse en tantos espejos, explicar la historia desde tantos puntos de vista, que una y otra vez el film nos saca de la carretera para dejarnos un poco perdidos en mitad de la nada. Y al final solo te quedas con una pequeña parte de todo lo que la película pretende revelar, que sabes de por sí, por la manera de narrarlo, que tiene que ser mucho y bueno, pero que sin saber en que momento y en que lugar...se te ha perdido toda esa mágia.

María. Marihuana. Es la chispa que enciende la mecha de la última película de Oliver Stone.
"Salvajes" apunta alto y finalmente dispara a media altura. Si, tenemos una cinta violenta, sensual y sexual, atractiva y oscura, sobre la producción y distribución de la droga y sobretodo los daños colaterales que produce el negocio.
Sube y baja, sube y baja. Empieza por las nubes, con imagen y narración soberbias pero decae en el enfoque, simplificando la imagen de los cárteles mexicanos y aumentando la del dúo protagonista, que se convierten en una especie de superhéroes al rescate de la chica. Se podía haber aspirado a mucho más si el director le hubiera dado un toque mas realista al asunto. Si, se que hablamos de ficción, pero se podía haber hecho. Quizá dando mas prontagonismo a un estupendo John Travolta que no acaba de aparecer demasiado a lo largo de la cinta.
Muy bien Benicio y muy bien Salma, que se portan como auténticos latinos al servicio del mal. Y alguna sorpresilla interpretativa para bien de la pareja jovencita protagonista. Poquito más.

Entretiene pero no despunta. Stone cumple, y eso es decir demasiado.