Al no haber leído la novela de Reverte no puedo dirigir mi crítica hacía comparaciones odiosas, así que como un simple espectador he visto La carta esférica sin saber lo que me iba a encontrar. Realmente, la esperiencia no ha sido desagradable, al contrario de las críticas que la acusan de aburrida, yo la he encontrado bastante interesante, se nota que Uribe le ha querido dar un toque Film noir, de ahí la voz en off de Carmelo y la sibilina interpretación de Aitana tratando de dar el pego como femme fatale, no lo consigue, obviamante, pero eso es lo de menos ya que es una actriz que a pesar de sus evidentes carencias interpretativas, siempre llena la pantalla. Lo peor, yo diría que es la fotografía de Aguirresarobe que no cala, sobretodo las escenas acuáticas son más bien mediocres. Lo mejor, duda no cabe, es la espléndorosa banda sonora de Bingen Mendizábal y la interpretación de Javier García Gallego como Capitán.

Ases calientes es de esas películas que impactan en un primer visionado, en el sentido de que las expectativas son tan bajas que los resultados finales son más elevados de los esperados, por desgracia todo esto se desmorona cuando se ve el film por segunda vez, y donde se comprueba que la originalidad da paso a la mediocridad, que el montaje está mal ensamblado y que el reparto, a pesar de sus más que evidentes ganas por darlo todo al máximo, no consigue salvar la película de un guión mal equilibrado y un final metido con calzador. Por resaltar algo quizás lo más interesante sea el tandem formado por la cantante Alicia Keys y la siempre excelente Taraji P. Henson.

Es una película, es cierto, y por lo tanto sus creadores tienen el derecho de tomarse todas las libertades artísticas que quieran, pero también es cierto que podrían haberse acercado a la figura de Lola Flores con un poco más de respeto, respeto no hacía su vida privada, sino respeto hacía su arte, porque a fin de cuentas Lola Flores se hizo famosa por ser un torbellino en los escenarios no por sus escarceos amoroso, que los tuvo, y probablemente más de los que llegan a aparecer en la película. La película empieza bien, hay que reconocerlo, pero en el momento en el que se deja de lado la vida profesional de Lola en favor de disputas y líos amorosos, la película naúfraga, almenos para mí que estaba más interesado en ver su ascenso al estrellato que no sus líos de faldas. Una lástima ya que se podría haber sacado mucho de la estancia de Lola en México y sobretodo de su amistad con Carmen Sevilla. Una lastima porqué podría haber sido una buena película. Por decir algo bueno, me uno al coro de alabanzas hacía Gala Évora que está fantástica, y destacaría el vestuario, maquillaje y los decorados.

Los vividores (risible y poco coherente título que no pega nada con la trama) es quizás la película más atípica que he visto de Altman simplemente porque la trama recae sólo en los dos personajes protagonistas al contrario de casi todo el resto de la filmografía de Altman en la que un grupo de actores llevaban el peso de la función. Lo más gracioso es que siendo como es una película extraña en su filmografía, sea una de las mejores, tanto a nivel de puesta en escena, a nivel actoral y sobretodo en lo que respecta a la dirección de fotografía. Es un film que encandila, que agarra y mantiene al espectador atento a lo que ocurre a pesar de los evidentes cortes narrativos, a pesar del poco desarrollo de algunos personajes, y a pesar de que la relación de Beatty con Christie sea tan fría y distante que en ningún momento nadie llegue a creerse que puedan estar enamorados. Para la historia quedan sus últimos veinte minutos y (como ya he dicho) la dirección de fotografía. En cuanto a la banda sonora, me gusta Leonard Cohen, pero sus canciones no están bien usadas dentro de la película.

Entretenido thriller de suspense cuyo principal interés radica precisamente en ser eso, entretenido. Y para ser una película española de género, más concretamente el thriller, esto es algo sumamente raro. Del triunfo de la película en este aspecto habría que culpar a su director Daniel Monzón que con una puesta en escena sobria y alejada de efectismos cutres que consigue crear una atmósfera creible y un crescendo que encuentra su punto más álgido en el espléndido climax final en las Cuevas del Infierno. En cuanto al reparto Timothy Hutton y Lucía Jiménez demuestran ser unos actores solventes a pesar de su nula compenetración como pareja. Entre lo bueno destacaria también la espléndida banda sonora (y ya van...) de Roque Baños y la estupenda labor de dirección artística y localizaciones. Recomendable para los amantes de los thriller serios.